Los molestos cochazos de los ricos saudíes

Los automóviles son fabricados a medida a partir de versiones limitadas de famosos modelos diseñados por prestigiosas casas de motor como Ferarri, Lamborghini o Bentley.

Coincidiendo con el final del Ramadán, el desfile de despampanantes vehículos llega a Europa para realizar una primera parada en la ciudad de Cannes, en la costa sur de Francia. Tras disfrutar del mar y la elegancia de la ciudad ponen sus GPS rumbo a Londres. Aunque la nacionalidad de los propietarios es muy diversa, la mayoría son qataríes, sauditas, emiratíes y kuwaitíes que huyen del pegajoso calor de Oriente Medio para disfrutar de sus vacaciones.

Ahora bien, estos árabes con las carteras a rebosar suscitan fascinación e indignación a partes iguales. Londres les parece la ciudad perfecta para gastar sus petrodólares y exhibir sus poderosas máquinas ante un público tradicionalmente aficionado al automóvil. Al mismo tiempo los vecinos más recatados y acostumbrados a una vida pacífica en Knightsbridge, donde el precio medio de la vivienda ronda los 3.6 millones de libras, no le acaban de ver el mismo atractivo. Muchos desearían que se arruinasen mañana mismo y tuvieran que deshacerse de su flota.

Por lo general, s uelen aparcar en cualquier lugar, independientemente de que esté permitido o no y pisan el acelerador al máximo para mostrar los caballos que tienen sus coches, según los residentes locales. Éstos se quejan de conducción temeraria y de circular por las calles como si participasen en un rally.

El impacto de estos peculiares amantes de la velocidad en Londres instó a la cadena británica Channel 4 a emitir un documental titulado «Millionaire Boy Racers» el pasado año. Retrataba fidedignamente la difícil convivencia entre los residentes británicos y aquellos que durante un mes se convierten en pilotos de Fórmula 1.

«Una vez más hemos visto el regreso de los superdeportivos a Knightsbridge. De nuevo corren por las inmediaciones de Sloane Square hasta las 3 o 4 de la mañana. Parece que los residentes locales sufriremos otro insomne agosto», comentó Panda Morgan-Thomas, una consultora de gestión que vive en el exclusivo distrito.

Algunos de los «juguetes motorizados» lucen ocasionalmente multas de estacionamiento en la luna . A estos niveles, bien pueden darse el lujo de pagarlas cómodamente si es que algún día les llegan a sus domicilios que se encuentran a miles de kilómetros.

«Hacemos todo lo posible para garantizar que todas las multas pendientes se pagan, cualquiera que sea la nacionalidad del conductor. Sin embargo, cuando los coches no están registrados en este país, a veces es muy difícil localizar a las personas», comenta un portavoz del Ayuntamiento de Westminster.

Este año el vehículo que ha concitados más flashes y protagonizado más selfies es un Ferrari 458 Spider cubierto de oro, valorado en 242.000 euros y propiedad de un boxeador iraquí.