El Marrakech de Yves Saint Laurent

En la residencia que ahora alberga la Fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent se exponen cuarenta modelos que evidencian la gran influencia que Marruecos y África tuvieron en la vida y obra de Saint Laurent, fallecido en 2008. Es verdad que esos modelos estaban en la primera retrospectiva del Petit Palais de París, el año pasado, pero también que en Marrakech, y quintaesenciada la inspiración africana, adquieren mayor importancia. La fundación Pierre Bergé-Yves Saint Laurent ha estado detrás de ambas. La de París estaba auspiciada «bajo el alto patronazgo de Madame Carla Bruni-Sarkozy» y la de Marrakech, «bajo el alto patronazgo de Su Majestad el Rey Mohamed VI». En Marrakech no hay esmóquines, trenchs , camisas blancas con lazo o cualquiera de las prendas que revolucionaron el armario femenino de la gente fina. Si Coco Chanel liberó a la mujer, YSL la mandó a trabajar o de fiesta bien vestida. En Marrakech está concentrada solo una parte de lo que en el Petit Palais estaba dedicado a sus viajes: Rusia, China, India, España, Japón, África y Marruecos. Se concentra en los dos últimos.

La exposición se abre con una sala para una pieza. Pero una muy especial, que también es la del cartel promocional. Es la capa de fay , ese tejido de urdimbre de seda muy denso que consigue efecto moaré. Una capa roja, fechada en 1989 y bordada de buganvillas por Fraçois Lesage, el maestro bordador de la alta costura. En tres salas más, la «Inspiración marroquí», el «África soñada» y los «Colores de Marruecos». Saint Laurent se apropió de la tradición marroquí y la recreó en sus desfiles de alta costura.

El naranja del azafrán, el azul del Jardin Majorelle o el violeta de las buganvillas. «Esta ciudad me ha traído el color», dijo Saint Laurent. También le trajo algún disgusto. En 1971, Tahlita Getty, la mujer de John Paul Getty Jr. (el padre del que acaba de morir) falleció de una sobredosis de heroína en Marrakech. Tahlita Pol, de la pandilla de Yves Saint Laurent, murió con su abrigo de visón puesto. Eso arrastró a YSL a ponerse él mismo de todo. Sus dos musas, Betty Catroux y Loulou de la Falaise, también se pegaban sus fiestas de drogas y alcohol. Como todos en ese ambiente y en esa época. Pero ellas están vivas (y estupendas) e YSL muerto. Las dos compañeras del modista acompañaron a Pierre Bergé en la presentación de la Fundación y de la exposición en el Jardín Majorelle. Viendo y escuchando a Bergé («la moda no es un arte, pero necesita a un artista para existir») se entiende mejor cómo una persona tan frágil como Yves Saint Laurent pudo desarrollar su talento. Aunque el propio Bergé diga que es un hombre de negocios solo a veces. También dice que la alta costura no tiene sentido hoy en día porque la alta costura acompañaba un arte de vivir que ha desaparecido. El prêt-à-porter creado por Yves Saint Laurent Rive Gauche que Loulou de la Falaise (la femenina) y Betty Catroux (la chicazo) se pusieron antes que nadie, probablemente tampoco exista ya. A ellas ( it girls cuando nadie por aquí decía it girls ) también habría que disfrutarlas en un museo, como a la capa bordada de buganvillas por Lesage.

«Yves Saint Laurent y Marruecos».Jardin Majorelle. Avenue Yacoub El Mansour. Marrakech (Marruecos).