Tenerife se rinde ante las Fuerzas Armadas en un desfile aislado de la tensión política

La ubicación del recorrido también ha evitado los abucheos al Gobierno que se han dado en anteriores ocasiones. Con menos edificios alrededor del desfile y el público a bastante distancia de las autoridades, el público solo ha vitoreado al coche de los Reyes en su recorrido. De hecho, el público más cercano estaba a más de cien metros de distancia y solo les han dejado acercarse una vez las autoridades se han alejado para ocupar sus asientos en la tribuna.

Bajo la tradicional 'panza de burro' del norte de las islas canarias -un mar de nubes que ocupa su cielo durante muchos días del año-, Don Felipe y Doña Letizia han llegado a las 11.30 horas (hora canaria) a la tribuna real aplaudidos por la ciudadanía. Tras los honores militares, el Rey, con uniforme de Capitán General de la Armada, ha pasado revista y saludado a las autoridades.

Más allá de su formalidad militar, ha sido una cita de ambiente relajado pese a la tensión que preside la actualidad politica, lejos de la polémica que por ejemplo reinó en la Conferencia de Presidentes celebrada el viernes en Barcelona. Al Día de las Fuerzas Armadas nunca acude el presidente del Gobierno, aunque sí la ministra de Defensa, Margarita Robles; y el del Interior, Fernando Grande-Marlaska. También el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Teodoro López Calderón, y otras autoridades civiles y militares, como la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Esperanza Casteleiro.

Después ha tenido lugar uno de los momentos siempre más esperados y aclamados por el público: el salto paracaidista. En esta ocasión han sido dos los saltadores de la Patrulla Acrobática del Ejército del Aire los que han aterrizado con precisión ante la tribuna tras descender desde unos mil metros de altura. El primero ha sido el cabo Iván García Estrada, encargado de portar una enseña con el emblema del décimo aniversario de la proclamación del Rey. Tras él, el cabo 1º Francisco Vivo López ha descendido con una bandera de España de 24 metros cuadrados y 15 kilos de peso. Una difícil tarea con la que ha demostrado su experiencia tras años de servicio dedicado al paracaidismo. Ha sido precisamente su despedida ante miles de personas antes de dejar el servicio activo en los próximos meses, con más de 12.000 lanzamientos a sus espaldas.

Si el anterior era el momento espectacular, después se ha hecho el silencio para el acto de homenaje a los que dieron su vida por España. El Rey ha colocado una corona de flores mientras sonaba 'La muerte no es el final'. Precisamente, el Ministerio de Defensa ha invitado a esta celebración del Día de las Fuerzas Armadas a unos 200 familiares de militares fallecidos en acto de servicio y también Margarita Robles ha acudido antes del desfile a rendirles un homenaje en el Palacio de la Capitanía General de Canarias.

Con el paso de la Patrulla Águila pintando en el cielo los colores de la bandera ha dado comienzo el desfile aéreo, en el que han participado un total de 45 aeronaves, una decena menos de las previstas debido al bajo techo de nubes. Entre los que sí han surcado el cielo tinerfeño, cazas de combate Eurofighter y F18 como los que despliegan de forma rotatoria en países del flanco este de la OTAN para disuadir la entrada de aviones rusos en territorio aliado, los Harrier de la Armada y helicópteros de enseñanza o maniobras. El público no ha podido disfrutar de aviones de transporte como el A400M, de transporte táctico, de vigilancia y rescate o lucha contraincendios. El desfile aéreo lo ha cerrado de nuevo la Patrulla Águila en lo que también es la despedida en este evento de su mítico avión C-101, 'culo pollo', con el que lleva más de cuarenta años haciendo acrobacias aéreas y que será dado de baja próximamente.

El desfile terrestre ha comenzado con la parte motorizada con una sección de motos de la Guardia Real. A continuación, toda una exhibición sobre ruedas de los Ejércitos, la Armada, la Unidad Militar de Emergencias (UME) o la Guardia Civil. El despliegue ha sido completo pese a la complejidad logística del traslado de todo el material desde la península. No han faltado carros de combate Leopard como los enviados a Ucrania para combatir a Rusia o desplegados en la misión de las Fuerzas Armadas en Letonia. También vehículos de Infantería de Marina Pizarro, vehículos de zapadores Castor, Vamtac de movilidad táctica o vehículos de lucha contra incendios. También un lanzamisiles Nasams o dos morteros embarcados.

En el desfile a pie han tenido especial protagonismo unidades canarias. Con ellas, han desfilado por los 1.120 metros de recorridos uniformados de la Guardia Real, la Armada, el Ejército del Aire y del Espacio, la Guardia Civil, la UME y el Ejército de Tierra. Desfilan con uniforme de gala excepto los de uniformidad especial, dando lugar a escenas peculiares como la de los miembros de la unidad de montaña del Ejército de Jaca, desfilando en territorio canario con los esquís a la espalda.

Todos ellos a una velocidad de 124 pasos por minuto excepto las de paso específico, de las más esperadas por el público: la Legión a 160 pasos por minuto y los Regulares a 90 pasos por minuto. Y no ha faltado la habitual mascota, en este caso una cabra de nombre Camarón de un año y medio de vida y pelaje marrón con manchas blancas.