Para entender por qué es así es necesario detallar que cada provincia tiene asignados un número de escaños que se reparte por población, pero no de forma directa. De modo que a las circunscripciones se les otorga un mínimo de 2 escaños, salvo a las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que eligen un diputado cada una.
La ley D'Hondt en circunscripciones pequeñas
El sistema de reparto de escaños genera que en circunscripciones más pequeñas sea necesario reunir menos votos para lograr un representante parlamentario. Por la contra, en el caso de Teruel, sus 106.350 votantes tienen que escoger a 3 representantes, lo que significa que cada uno de los diputados ha de obtener 35.450 votos para lograr un lugar en la Cámara Baja. Mientras que, por ejemplo, Madrid con 5.223.634 electores y 37 diputados, la relación es de 141.179 votos por cada asiento en el Congreso.
Y para repartir los escaños a partir del resultado en votos de las elecciones, se utiliza la Ley D'Hondt. Según este sistema, hay que que dividir el número total de votos que ha recibido un partido por 1, 2, 3, ... hasta llegar al número de cargos electos que se disputan en cada circunscripción. Y se asignan los 'sillones' a los candidatos que hayan obtenido las cifras más altas.
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