El PP se convence de que hay una estrategia PSOE-Vox contra Feijóo
En Moncloa dan por perdido otro Gobierno y piensan ya en que el de la derecha sea inestable
En Génova hablan abiertamente de «pinza»
Sánchez busca «la ventana» para convocar
Madrid
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Iniciar sesiónDesde hace semanas hay un nuevo escenario político encima de la mesa. El Gobierno mantiene que agotará la legislatura hasta 2027, pero todos los partidos –también Moncloa– valoran ya estrategias electorales y analizan lo que podría ocurrir si la derecha llegara a gobernar tras las ... próximas generales. Hayun elemento que lo ha cambiado todo: el auge de Vox en la mayoría de las encuestas y que por el momento no toque techo.
Hasta ahora el partido de Santiago Abascal permanecía como el actor minoritario del bloque de la derecha, incapaz de hacer sombra a los populares. En la dirección de Alberto Núñez Feijóo, de hecho, venían defendiendo que lo relevante es que la suma de ambas formaciones –rozando en todos los sondeos los 180 o 190 diputados– arroja una mayoría absoluta contundente. Sin embargo, todos los dirigentes consultados en los últimos días reconocen que no es lo mismo el peso que cada partido tenga en la ecuación, y que si Vox finalmente sube mucho a costa del PP los problemas no tardarían en llegar.
Antes del verano la sensación era que el Gobierno estaba agotado, que vivía sus horas más difíciles en mitad de los casos de corrupción y con Santos Cerdán en la cárcel. Y que debía lidiar con la angustia de que en cualquier momento se produjeran nuevas revelaciones. El PP se mantenía primero en los sondeos y no había duda de su posición de fuerza. Y, en cambio, a la vuelta del parón estival todo ha cambiado con Vox en un ascenso imparable.
La idea de que exista una «pinza» entre PSOE y Vox para debilitar al máximo a Feijóo empieza a estar extendida en Génova y en la mayoría de comunidades autónomas. «Los dos van a por nosotros», advierten distintos presidentes regionales. El propio líder del PP lo sugirió públicamente este lunes cuando habló de que tienen una hoja de ruta «coincidente». La número tres del partido, Alma Ezcurra –una de las dirigentes nacionales con más influencia en la nueva cúpula– lo expresó con más firmeza: «Comparten una estrategia y un objetivo: acabar con nosotros». En privado, fuentes populares van más allá y dan por hecho que la coordinación podría ser bastante mayor, incluyendo contactos entre ambos para frenar las aspiraciones del PP de tener una mayoría suficiente que le permita gobernar en solitario en el futuro.
Ezcurra, sin ir más lejos, reaccionó hace unos días a un ataque público de Vox dirigido al Gobierno de Ceuta (en manos del PP) de la siguiente manera: «Retiradlo, salvo que la orden sea de Bolaños». El partido de Abascal había acusado al PP de haber modificado el menú de los comedores escolares de la ciudad autónoma priorizando a la comunidad musulmana. La dirigente popular aclaraba en su mensaje que era una competencia del Ministerio de Educación y, de paso, mencionaba un nombre clave en toda esta sospecha: el del ministro de Presidencia y Justicia al que el PP acusa de tener relación con Vox.
En el entorno de Abascal niegan que existan esos contactos, pero en Génova la desconfianza ha ido a más en los últimos meses. La reflexión en la cúpula de Feijóo es la siguiente: «A Moncloa le viene bien que Vox siga creciendo; y Vox solo ataca al PP, al que considera su verdadero adversario. Mientras a los dos les dé resultado, van a seguir por ese camino».
Lo que también reflejan todos los sondeos –excepto el CIS de José Félix Tezanos– es que en este momento la derecha tendría una suma absolutamente contundente. En el Gobierno también lo saben y, por eso, como publicó ABC, tienen en la cabeza la posibilidad de adelantar las elecciones al año que viene si encuentran «una ventana de oportunidad». Esa ventana mira casi en exclusiva a que perciban un crecimiento decisivo de Vox.
Una legislatura corta
Algunos dirigentes del PP llevan semanas pensando también en ese escenario y urgen a pensar en una estrategia para combatirlo. Consideran que en Moncloa ya están pensando en lo que ocurrirá tras las próximas generales, descontando que el PSOE no tendrá números para gobernar, pero que podría aguantar en una cifra de escaños aceptable a base de engullir a Sumar y Podemos.
Y en esta situación, explican a este periódico, «todo su empeño va a ser un PP débil y un Vox fuerte» para provocar un Gobierno de la derecha muy inestable. Eso, continúan, podría provocar una legislatura corta: el verdadero objetivo a largo plazo pensando en que el PSOE tuviera de nuevo una oportunidad.
La creencia general en los cuadros populares, también en las autonomías donde gobiernan, es que el PSOE está trabajando en provocar un contexto endiablado para Feijóo. El líder del PP se comprometió en su congreso nacional de julio a un gobierno en solitario, evocando una mayoría suficiente como para no tener que formar coaliciones. Evitar experimentos y tener ministros que dependieran en exclusiva del PP. Se apoyaría en Vox, eso sí, de manera externa.
La otra incoherencia que los socialistas podrían buscar en el PP sería la de que pudiera formar gobierno a pesar de no ganar las elecciones. En Génova son categóricos: esa posibilidad, dicen, no existe. Pero ya ha habido dos encuestas recientes (obviando el CIS) que lo reflejan, al menos, como posibilidad: un PSOE al alza, que igualaría o superaría al PP, precisamente por el fuerte incremento de Vox. Sondeos que para Génova «son parte de una operación». «Ahora están en minarnos. En hacernos creer que pueden ser la primera fuerza cuando eso no va a ocurrir. Y que Feijóo tenga que lidiar con la mayor de sus incoherencias, que sería gobernar sin haber sido la lista más votada cuando ha basado su oposición en que él fue quien ganó las elecciones», reflexionan cargos consultados por ABC.
La nueva estrategia de Vox
Por otra parte, en el PP analizan los últimos movimientos de Vox –incluida la ausencia de Abascal en la tribuna de autoridades de la Fiesta Nacional y en la recepción de los Reyes en Palacio Real– como parte de su nueva estrategia «antisistema» y «divisiva», contribuyendo a la polarización. «Exactamente igual que el PSOE. Todo está dicho», rematan en la dirección. Feijóo llegó a sugerir que Vox se sumaba a los partidos que plantan al Rey cada 12 de octubre, que hasta ahora han sido solo Bildu y los independentistas.
Aunque Abascal dijo estar convencido de que el Rey no interpretaría su decisión como un desplante, el líder de Vox dio un paso más también este lunes cuando afirmó que Sánchez «estaba secuestrando a la Corona» y «la utilizaba contra España». Unas palabras que ponen en entredicho el papel de Felipe VI, teniendo en cuenta que también aseguró que el Gobierno está consiguiendo que la jefatura del Estado «no responda a su papel institucional», comparándolo con el «asalto» a otras instituciones. «Hasta utilizan la figura del Rey», alertan en el PP.
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