El PP acelera las negociaciones con Vox en Murcia y Aragón para evitar un posible coste electoral
Azcón abre la puerta de su gobierno a los de Abascal, mientras López Miras se mantiene firme y sigue negando la opción
El PP se divide en su diagnóstico sobre si debió atacar más a Vox o ignorarlo
Editorial | Vox ante el espejo
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Azcón (PP) y Nolasco (Vox) durante un toma de contacto tras el 28M
Si algo quedó claro tras las elecciones del pasado domingo es que la sociedad española está más polarizada que nunca. Alas urnas acudieron los que querían mantener a Pedro Sánchez en el poder y los que trataban de desalojarlo. Pero también los que votaron ... porque no querían ver a Vox en el Gobierno y los que lo consideran parte necesaria del cambio. Realidades estas últimas que, de alguna manera, se reflejan también estos días en el Partido Popular, en cuyo seno interno se ha abierto un debate sobre qué posición adoptar respecto a la formación de Abascal.
Los de Feijóo reconocen que las negociaciones autonómicas con Vox le han pasado factura en los resultados del 23J. Herida electoral con un coste muy alto, que se quiere cerrar cuanto antes por si finalmente hay una repetición de los comicios a final de año. Por eso, tras la Junta Directiva Nacional del lunes, en la que se fijó la posición para las próximas semanas, tanto Jorge Azcón –líder regional en Aragón– como Fernando López Miras –su homólogo en Murcia– iniciaron ayer conversaciones con Vox para tratar de desbloquear la situación de ingobernabilidad en los parlamentos de ambas comunidades.
Azcón lo hizo con luz y taquígrafos, anunciando sus intenciones en una rueda de prensa y convocando después a los representantes de Vox, Teruel Existe y Partido Aragonés, los tres partidos que se mostraron abiertos a colaborar con la gobernabilidad de la región tras el 28M. Fue él mismo el que llevó a cabo los contactos, continuando con una labor personal que ha protagonizado en primera persona desde el momento inicial. Conversaciones discretas. Alejadas de la crispación que sí tuvieron, por ejemplo, en Extremadura. Sus llamadas telefónicas obtuvieron ayer una respuesta positiva y en los próximos días comenzarán las reuniones que desembocarán en un gobierno para Aragón. «Hoy abrimos un proceso de negociación que terminará antes del 23 de agosto, que es la fecha límite para convocar nuevas elecciones. Un escenario que no contemplamos», señaló el dirigente.
Su idea es formar un Gobierno «lo más amplio posible y lo más rápido que se pueda», según fuentes del PP. Lo primero pasa por incluir a Vox, que ostenta siete diputados en las Cortes de Aragón, y para lo segundo la única vía posible es ofrecerle sillones en el Ejecutivo, algo que no descartaba ayer Azcón. «Mis preferencias no han cambiado, pero no descarto ningún escenario de futuro en el gobierno». A esa frase, que ya abría la puerta a la posible entrada de Vox en alguna consejería, le siguió una reflexión que resultó más esclarecedora aún. «El resultado de las elecciones generales será otro elemento a tener en cuenta en las negociaciones», apuntó antes de resaltar que solo PP y Vox habían mejorado sus números respecto a los últimos comicios.
Amenaza independentista
La prioridad de Azcón, en cualquier caso, es alcanzar un acuerdo programático con los tres partidos y, a partir de ahí, hablar de lo demás. En ese sentido, se mostró firme en las líneas rojas que no estaría dispuesto a traspasar bajo ningún concepto. «Ni en violencia de género, ni en el trasvase del Ebro… nuestras ideas no van a cambiar. Lo que va en nuestro programa no va a variar. Habrá un programa de gobierno que hay que acabar de negociar, pero en el que por supuesto no estamos dispuestos a renunciar a ninguna de nuestras ideas centrales», dijo.
Azcón se mostró muy preocupado por el poder alcanzado por los independentistas el domingo y por la posición predominante alcanzada. «Si Sánchez tiene que pagar un precio, lo hará», señaló. Por eso, el popular apuntó que espera que el Gobierno de Aragón «sea un dique de contención a las amenazadas políticas que se ciernen sobre la política de la comunidad autónoma y de España. No vamos a claudicar, ni reblar en la defensa de lo que consideramos que es nuestro», señaló Azcón, confiado en que a lo largo de la semana se pueda anunciar el acuerdo de Gobierno.
Bloqueo en Murcia
En su caso, Vox ha aceptado reunirse para hablar y discutir un pacto. En Murcia, ni eso. Allí, los de Abascal se mantienen firmes en no sentarse alrededor de una mesa si no tienen antes la certeza de que estarán en el Gobierno.
Ayer, el portavoz popular en la Asamblea, Joaquín Segado, llamó a Vox para retomar las conversaciones, rotas hace semanas. Al otro lado del hilo telefónico estaba Raúl Martínez Alpañez, portavoz adjunto del partido derechista, al que emplazó para una reunión este miércoles a las 11:30. Ofrecimiento que fue rechazado tras la negativa del PP a hablar de sillones antes de un acuerdo programático. Vuelta al punto de salida.
Fuentes populares confirmaron a ABC que, en su intento por desbloquear la situación, están dispuestos a ofrecer puestos institucionales a Vox, como el senador autonómico o asientos en la Mesa de la Asamblea. Oferta insuficiente para el partido de Abascal, que sigue firme en su idea de entrar en el Ejecutivo murciano o ir a nuevas elecciones.
«No tenemos ningún miedo a ningún escenario. Solo tenemos miedo a traicionarnos a nosotros mismos y defraudar a las personas que nos han votado. Nuestra posición en Murcia no va a cambiar pase lo que pase en las elecciones del domingo», señaló Abascal en una visita a la ciudad días antes del 23J.
La negativa de Vox a negociar ese acuerdo programático abre la puerta a una repetición electoral que sería mala para los murcianos –se irían casi a final de año con un gobierno en funciones–, pero que podría ser positiva para el PP, donde ya manejan datos que les sitúan cerca de la mayoría absoluta en caso de nuevos comicios. «El bloqueo le está pasando factura a Vox», reconocen de puertas para dentro. López Miras, que el pasado domingo logró el tercer mejor resultado del PP en toda España, se siente respaldado por la dirección nacional y confía en poder desbloquear la situación lo antes posible y alejar cualquier coste electoral futuro para el partido.