Podemos acusa al PSOE de hacer seguidismo de Meloni por el control del asilo

La secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, ha comparecido en el patio del Congreso con un doble objetivo. Reiterar las cinco condiciones que le pone a PSOE y Sumar para la investidura de Pedro Sánchez y mostrar su firme oposición a un pacto que, según su criterio, atenta contra «cualquier principio europeo».

El acuerdo de los embajadores de los Estados miembros de la Unión Europea –con la oposición de Polonia y Hungría– incluye la posibilidad de extender el tiempo de detención de los inmigrantes irregulares, así como de acelerar la evaluación de las solicitudes de asilo, para decidir si los demandantes tienen derecho a la acogida o son devueltos a su país. Si el pacto prospera y termina aprobado, los inmigrantes podrán ser retenidos hasta cuarenta semanas mientras se estudia su caso.

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Verstrynge, sin mencionar directamente a los socialistas, pero sin dejar lugar a la duda, ha criticado «la deriva de seguidismo a la extrema derecha». «Creemos que no tiene sentido construir una campaña electoral azuzando el miedo a un posible Gobierno de la derecha y de la extrema derecha en nuestro país, pero después, que cuando hablemos de políticas de asilo, hagamos ese seguidismo de Meloni y los Gobiernos nacionales y la Comisión compren el discurso de la extrema derecha a nivel europeo», ha afirmado la número tres de Podemos.

La formación de Belarra lleva semanas, meses, criticando la suavidad de Sumar a la hora de confrontar con el PSOE y de alzar la voz en el debate público. Este jueves ha sido un ejemplo del terreno que Podemos quiere abonar y considera ahora abandonado. «Nos parece que va en contra de cualquier principio europeo y os comunicamos que estamos en contra del desbloqueo de este pacto», ha insistido Verstrynge.

El acuerdo recoge también la obligatoriedad de la solidaridad entre los Estados miembros de la Unión Europea en casos graves de crisis migratorias, como el vivido en septiembre en la isla italiana de Lampedusa, pero esto es insuficiente para Podemos, que se opone a cualquier posibilidad cercana a las devoluciones en caliente. Si el pacto prospera, los inmigrantes procedentes de países de los que se rechaza el 75 por ciento de solicitudes de asilo prácticamente serán expulsados de inmediato.

A mediados del mes pasado, miles de inmigrantes llegaron de manera irregular a Lampedusa. Entonces, Meloni pidió a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, mayor determinación frente a la inmigración irregular, un fenómeno que afecta sobre todo a los países del sur de Europa, España incluido, y planteó una suerte de bloqueo marítimo para impedir la entrada en aguas europeas de embarcaciones con inmigrantes.

Vox no dudó en secundar a la primera ministra italiana y reclamó un cerrojazo naval ante cualquier «invasión migratoria». La formación de Santiago Abascal, en un argumento utilizado también por el PP e incluso por Ciudadanos, ha echado en cara en un sinfín de ocasiones al Gobierno de Sánchez favorecer la entrada de inmigrantes en situación irregular con un «efecto llamada».

Una crítica que persigue a Sánchez desde que decidió, al poco tiempo de llegar al Ejecutivo vía moción de censura, acoger el buque Aquarius, de la oenegé Open Arms, que transportaba a 629 personas a bordo. La decisión llegó después de que Italia y Malta negasen la apertura de sus puertos a la embarcación. Hoy el presidente en funciones ve cómo Podemos, con su líder y su número dos aún en su Consejo de Ministros, le reprocha hacer «seguidismo de la extrema derecha».