Alerta, medusas: La carabela portuguesa obliga a limitar el baño en las playas guipuzcoanas
También se han avistado ejemplares en aguas de Vizcaya y Cantabria
Bulos en playas y piscinas: de esperar dos horas para bañarse tras comer a orinar sobre picaduras de medusas
Un ejemplar de carabela portuguesa en el mar
Desde hace unos días son varios los puntos de la costa del Cantábrico donde se avistan unos llamativos reflejos violetas. En realidad, se trata de las temidas carabelas portuguesas, unos organismos similares a las medusas que ya han causado numerosas picaduras en las ... playas de Vizcaya. La abundante presencia de bancos de esta especie, una de las más urticantes de nuestras costas, incluso ha obligado a cerrar, de forma puntual, la playa de Zarauz.
Las primeras alarmas saltaron el fin de semana en San Sebastián. Los socorristas atendieron a tres bañistas con picaduras de este animal. Su presencia obligó a colocar la bandera amarilla en el arenal de Ondarreta, en la capital Guipuzcoana, y en las vecinas localidades de Getaria y Fuenterrabia.
Aunque, según informa Cruz Roja, la situación más crítica se está viviendo en Zarauz. En la mañana del lunes se avistó algún ejemplar esporádico, pero los bancos se fueron haciendo más intensos conforme avanzaba el día. Ya por la tarde, y después de que muchos bañistas resultaran heridos, entre ellos algunos niños, optaron por prohibir el baño. Solo en la parte central de la playa los socorristas retiraron una docena de ejemplares de carabela portuguesa.
Cruz Roja también ha detectado la presencia de este animal en la costa de Vizcaya, aunque de momento sin consecuencias para los que disfrutan del agua. También los bomberos del Ayuntamiento de Santander han avistado ejemplares cerca de la costa. «Sus tentáculos son muy urticantes», advertían en un mensaje en redes sociales.
Una de las especies más urticantes
Y es que la carabela portuguesa, que en realidad es un organismo colonial y no una medusa, es, según los expertos, una de las especies más urticantes que existen en las costas españolas. Tienen una vela muy característica, de colores que van desde el azul al morado, y bajo el agua esconden tentáculos que pueden alcanzar los 50 metros, aunque lo habitual es que ronden los diez. Es en esos brazos donde esconden una sustancia irritante que provoca un picor muy intenso en contacto con el ser humano.
Uno de los problemas añadidos es que los tentáculos siguen picando durante horas incluso cuando el organismo ha muerto o se han desprendido de la vela principal. De ahí que resulte especialmente peligros bañarse cuando se han avistado ejemplares ya que es indicativo de que puede haber restos de tentáculos bajo el mar.
Se trata, en realidad, de una especie característica de aguas calidas. Aparece en especial en aguas de regiones tropicales o en los océanos Pacífico e Índico. También es habitual en la corriente del Golfo Atlántico. Se cree que han llegado impulsadas desde ese Océano, impulsadas por las corrientes de viento y las temperaturas anormalmente altas que se están registrando este verano en el mar Cantábrico.
Y es que, se trata de un temido animal que raramente hace acto de presencia en la costa vasca. Hacía cinco años que no se tenía constancia de ellas y hay que remontarse a 2008 para encontrar otro verano con limitación de baños debido a la carabela portuguesa. Todo ello hace que aumente el riesgo, ya que los bañistas no suelen ser conscientes de que puede haber medusas en la zona. Las autoridades vascas y cántabras permanecen alerta por si fuera necesario poner en marcha protocolos adicionales.
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