A los toros no sólo se va a ver toros

Sin embargo, los tendidos aparecen completos cada tarde. Entre las peñas es todo un ritual que se cumple cada tarde. La ventaja que tienen los de la parte de sol es que sean buenas las faenas o no lo sean, ellos tienen la diversión garantizada. La mitad de la plaza acude a la Monumental a buen comer, mejor beber, pésimamente cantar, torpemente bailar y, sobre todo, echarse unas risas, pasárselo bien y en muchos casos, enfrascarse en una batalla de trozos de fruta del zurracapote, vino y bebidas varias, restos de comida, etc.

Por ello, mientras los aficionados de los tendidos de sombra acuden a la corrida de toros con sus mejores galas, por supuesto, siempre de blanco y rojo , los mozos de sol al atuendo habitual de los Sanfermines añaden sombreros, una bata blanca que en pocos minutos deja de ser blanca, una toalla para cubrir el cuello y mal secar la cara, y otros muchos complementos que suponen un disfraz y un divertimento.

Hay mucha gente que critica la actitud de los mozos de las peñas. Incluso hay toreros que no desean acudir a Pamplona para torear . Pero también hay muchas personas que encuentran divertida esta costumbre. De hecho, la salida de las peñas de la corrida de toros se ha convertido en un acto más de los Sanfermines que es seguida por miles de personas, que se arremolinan en el recorrido para contemplar las estampas con las que salen estos aficionados y, por qué no, también para bailar con la música que ponen las charangas.

Porque tras la corrida de toros, las peñas bajan a la arena para salir todas en procesión, una detrás de otra. De aquí acude cada a su sede recorriendo las calles del Casco Antiguo de la ciudad e inundando con su música todos los rincones.

En los laterales del recorrido de las peñas hay tanto niños como ancianos. No es algo exclusivo de los jóvenes . Muchas personas que van exclusivamente a la salida de las peñas, como quien va a los fuegos artificiales o al encierro. Resulta un espectáculo divertido como pocos, marchoso y gratuito.

Si usted acude un día a la salida de las peñas, no les pregunte por cómo ha ido la corrida de toros, la mayoría no lo sabrá. Pero tiene garantizado todo un espectáculo, un buen rato de diversión y sobre todo, humor, mucho humor.