Moncloa abre una crisis diplomática con Argentina tras el «inaceptable ataque» de Milei a Sánchez

Milei aterrizó el viernes en Madrid para participar en el Viva 24, cónclave donde Santiago Abascal se rodeó de aliados internacionales como impulso para las elecciones europeas. Desfilaron caras como la francesa Marine Le Pen, el portugués André Ventura o el ministro israelí Amichai Chikli; mientras que a través de la pantalla se sumaron el húngaro Viktor Orban y la italiana Giorgia Meloni. Pero el plato fuerte lo puso el argentino con un largo discurso plagado de alertas contra el socialismo, al que acusó de generar «odio, resentimiento, envidia», incluso «el asesinato si es necesario».

En esa diatriba, Milei incluyó una crítica al Gobierno de Pedro Sánchez, con referencia incluida a los negocios de su mujer, Begoña Gómez, y los cinco días de reflexión que se tomó para decidir su futuro tras sentirse víctima del «acoso de la derecha y la extrema derecha». Milei incluyó al presidente español entre «la calaña de gente atornillada al poder» y atacó a su esposa: «Qué niveles de abusos puede llegar a generar, aún con la mujer corrupta se ensucia y se toma cinco días para pensarlo». Consciente de que estas palabras en suelo español iban a tener una rápida réplica, añadió: «Me importa un rábano lo que opinan los zurdos».

Y así fue. El Gobierno y el PSOE dieron máxima trascendencia al «inaceptable ataque» a Sánchez y su familia. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, ofreció una declaración institucional desde el Palacio de la Moncloa para responderle, anunciar la llamada a consultas de la embajadora española y cargar contra PP y Vox por no condenar los «insultos».

«A Javier Milei se le ha recibido en la capital de España de buena fe para participar en un acto político de la extrema derecha y se le ha tratado con todo el respeto y deferencia debida, se ha puesto a su disposición recursos públicos del Estado español necesarios para su estancia y él ha respondido con un ataque frontal a nuestra democracia», dijo Albares en un breve discurso sin preguntas de la prensa. «Los insultos del señor Milei rompen con todos los usos diplomáticos y más elementales reglas de la convivencia entre países», continuó.

El ministro también explicó que se había puesto en contacto con todos los portavoces parlamentarios del Congreso para «recabar su apoyo» y que recibió la condena de la mayoría. Sin embargo, apostilló, «las de PP y Vox no se han producido todavía». En esta búsqueda de adhesiones, encontró malestar en Podemos, que le reprochó no reaccionar con la misma contundencia contra Israel por su ataque masivo contra el pueblo palestino y llevar semanas retrasando el reconocimiento del Estado palestino. La líder de Podemos, Ione Belarra, advirtió en el PSOE y el Gobierno una doble moral: «Nadie va a entender que hagan esto sin llamar antes a consultas a la embajadora en Israel».

También desde el PSOE exigieron al líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, «una condena clara» ante los «insultos» del argentino. «Es intolerable que un mandatario extranjero realice estas declaraciones, y lo haga en el marco de una convención ultra del partido que tiene como socio al PP de Alberto Núñez Feijóo en ayuntamientos, comunidades autónomas y estrategia nacional. Esperamos una condena clara y contundente por parte del jefe de la oposición», denunciaron fuentes de la dirección socialista.

A pesar de que el PP no tiene nada que ver con este evento de Vox, y que incluso Abascal criticó a los populares en el mismo, el PSOE insiste en confinar a Feijóo junto a Vox. Y se esforzaron este domingo en recordar que gobiernan juntos en la Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla y León, Región de Murcia y Extremadura.

El ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, lo escribió así en redes sociales: «La Internacional Ultra en Madrid demuestra que la ultraderecha es igual en todo el mundo: bulos, odio y recortes. (...) Sus terminales en España son Vox y el PP más extremista. Por eso fueron a la toma de posesión de Milei y no condenarán sus insultos». Y la vicepresidenta del Gobierno y número dos del PSOE, María Jesús Montero, siguió con la estrategia: «Los socios del PP se olvidan que España es una democracia y que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene la legitimidad de la urnas. Ningún insulto de la derecha populista nos apartará de nuestra hoja de ruta».

El PP evitó participar de lo que consideran una «estrategia del PSOE» de cara a las elecciones europeas y criticó que Albares llame para pedir apoyo contra Milei cuando «el Gobierno le acusó de drogarse». «El ministro de Exteriores, que no nos llamó para informarnos de la posición en el Sáhara, Ucrania, Israel o Gibraltar, llama hoy [por este domingo] para que el PP defienda a Pedro Sánchez de unas declaraciones del presidente argentino al que el Gobierno acusó de drogarse», señalan estas fuentes del PP.

Y añaden desde Génova: «Pretenden que Milei movilice al electorado al que ya no convence el Gobierno. Hace semanas que Sánchez debería haber dado explicaciones de los casos de supuesta corrupción que afectan a su Gobierno, su partido y entorno personal. Su silencio genera dudas internas, pero también desconfianza en el extranjero y debilidad en nuestras posiciones en el exterior». Está previsto que Sánchez aborde las explicaciones sobre los negocios de su mujer en una macrocomparecencia el próximo miércoles en el Congreso, donde diluirá este asunto con otros temas como el Consejo Europeo, Gibraltar y Palestina.

La relación del Gobierno español con el argentino desde la llegada de Milei a la Casa Rosada ha estado plagada de polémicas. Sánchez ya había cargado el ambiente con críticas al acto de Vox durante un mitin celebrado en Barcelona para impulsar la candidatura de Teresa Ribera a las europeas, metiendo a los participantes en «la nacional ultraderechista». «Representamos todo lo que ellos detestan y odian», avisó. Pero el choque con el Gobierno argentino viene de esas palabras del ministro de Transportes al insinuar que Milei había consumido drogas.

Argentina respondió con un comunicado repudiando «las calumnias e injurias formuladas» por el ministro español y acusando a Sánchez de «poner en peligro la unidad del Reino de España». En aquella ocasión, también recordaron los asuntos judiciales de su esposa. «Sánchez tiene otros problemas, como las acusaciones de corrupción a su mujer», dijo Milei en redes sociales. Moncloa no tardó en responder con otro comunicado en el que rechazó «rotundamente los términos infundados» de la Casa Rosada, pero en ningún momento habló sobre los exabruptos de Puente. El propio Puente dijo más tarde que si hubiera sido consciente de la repercusión, no lo hubiera dicho.

Albares también explicó este domingo que el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Comisión Europea, Josep Borrell, exministro socialista, le trasladó que «un ataque este calibre a un Estado miembro es también un ataque al conjunto de la Unión Europea». Y Albares zanjó: «Ha llevado las relaciones entre España y Argentina a su momento más grave de la historia reciente».

Abascal, por su parte, le pidió a Sánchez que se fuera a reflexionar otros cinco días. «¿Qué diablos tiene que ver la mujer del presidente con la soberanía y la dignidad de España? Los conflictos diplomáticos se abren cuando se ataca la soberanía de la Nación», dijo el líder de Vox, que lo resumió todo en un «patético numerito diplomático».