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Sánchez asume que España tendrá que reconocer a Palestina en solitario tras intentar convencer a otros países

El reconocimiento unilateral tendrá lugar en las próximas semanas

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Pedro Sánchez, atendiendo a los medios este miércoles, a su llegada al Consejo Europeo en Bruselas EFE
Mariano Alonso

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asume ya que el reconocimiento de Palestina como Estado que propugna y para el que ha llevado a cabo incluso una gira por diversos países europeos tendrá que hacerlo España en solitario. Y que será pronto, muy pronto. «Semanas antes que meses», precisan fuentes de Moncloa, coincidiendo con la conclusión este jueves en Bruselas del Consejo Europeo extraordinario, al que el jefe del Ejecutivo español ha llegado después de haberse reunido desde la semana pasada, en sus respectivos territorios, con los primeros ministros de Polonia, Noruega, Irlanda y Eslovenia.

Una ronda de contactos que ha incluido además la primera entrevista bilateral con el flamante primer ministro de Portugal, Luís Montenegro, que mantuvo el lunes en Madrid. En la comparecencia posterior ante los medios en el Palacio de La Moncloa, el dirigente conservador del país vecino dejó claro sobre la pretensión de Sánchez que «no vamos tan rápido», y abogó en lugar de ello por apoyar la membresía de Palestina en la ONU como primer paso.

Con el primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, se firmó en Oslo el pasado viernes un acuerdo por el que el país nórdico -que no pertenece a la Unión Europea (UE) pero sí al espacio económico europeo- se declaraba «preparado» para hacer ese reconocimiento, aunque sin concretar cuándo. Todo después de que su Parlamento instase el pasado noviembre a ese reconocimiento, como ya hizo en nuestro país el Congreso de los Diputados hace una década, en 2014, por unanimidad, cuando el popular Mariano Rajoy gobernaba con mayoría absoluta.

 

Ya en Bruselas Sánchez ha mantenido contactos bilaterales con el primer ministro de Malta, Robert Abela, y con el de Luxemburgo, Luc Frieden. El primero firmó en la última cumbre europea, -ésta ordinaria, celebrada en marzo- un documento impulsado por España junto a Irlanda y Eslovenia para ese reconocimiento, aunque ese compromiso no ha ido más allá, si bien el Gobierno está convencido de que harán también un reconocimiento a Palestina aunque éste no se produzca de manera simultánea al que hará España. En cuanto a Luxemburgo, tampoco está en la línea de España, y allí la posibilidad de reconocer a Palestina como Estado genera mucha controversia interna.

Lo que deja claro el equipo monclovita es que «la decisión política está tomada», o lo que es lo mismo: que es inamovible. Y que «el único horizonte temporal» del que ha hablado hasta el momento el jefe del Ejecutivo es el del semestre en curso. Aunque como ya informó ABC los trámites se han acelerado y la declaración estará lista, muy seguramente antes de las elecciones europeas del próximo 9 de junio.

Un debate «muy fluido»

 

Igualmente, en el Gobierno cunde el convencimiento de que el debate sobre esta cuestión en la comunidad internacional es «muy fluido», como demuestra, explican, el debate que está teniendo lugar esta misma semana en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, en el que va a participar el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Y en ese sentido aseguran que estarán atentos a los acontecimientos de las próximas semanas.

Por otra parte, Moncloa cree que la crisis por el ataque de Irán a Israel del pasado fin de semana es un elemento «paralelo» al del eventual reconocimiento de un Estado palestino, y que por lo tanto no influye, o no debería influir, en el mismo.

En definitiva, la intención de Sánchez de impulsar un reconocimiento más global de Palestina no ha alcanzado sus objetivos, y hoy por hoy los grandes países de la UE están muy lejos de considerarlo prioritario ante la crisis política y bélica desatada tras el ataque de Hamás del 7 de octubre y la respuesta militar de Israel sobre la Franja de Gaza, un conflicto en el que las víctimas se cuentan por decenas de miles. Desde el Gobierno aseguran que la gira europea ha sido un punto de partida muy importante, y que el presidente está liderando un proceso que terminará dando sus frutos.

Los planes de Sánchez tampoco cuentan con el pleno respaldo de puertas adentro. Si bien sus socios, tanto los parlamentarios como el de coalición, Sumar, son partidarios de efectuar ese reconocimiento, los de Yolanda Díaz ya le han dejado claro que se tendría que hacer en el Congreso, dado que es «un acuerdo del Gobierno», y no en ningún otro lugar o «en un mitin», como aseveró en el pleno parlamentario de la semana pasada el portavoz de ese grupo, Íñigo Errejón.

Esos mismos socios aprovechan la coyuntura para reprocharle al líder del PSOE su postura contraria a la autodeterminación del Sahara Occidental, tras reconocer la soberanía de Marruecos sobre la antigua colonia española, en un giro copernicano sobre las relaciones con Rabat realizado sin consenso, y después de que en 2022 se desvelase la infección por Pegasus del móvil del presidente y de varios de sus minstros.

Por su parte, en todo lo relativo al conflicto de Oriente Próximo la posición presidencial tiende a chocar con Junts per Catalunya, dada la proclividad tradicional hacia Israel del espacio del nacionalismo conservador, e incluso con el PNV, cuyo portavoz en la Cámara Baja, Aitor Esteban, ya expresó sus dudas, en el debate parlamentario de la semana pasada, sobre la idoneidad de ese reconocimiento unilateral.

Vox, por su parte, es abiertamente contrario al reconocimiento de Palestina mientras que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha mostrado sus dudas, si bien defiende, en línea con el programa electoral del Partido Popular (PP) la solución de los dos estados para el conflicto. En ningún momento el Gobierno se ha puesto en contacto con el primer partido de la oposición para consensuar la postura sobre esta cuestión, como lamentan desde Génova, si bien Moncloa no descarta hacerlo a la hora de hacer el reconocimiento definitivo de Palestina, que no obstante no tiene que votarse en el Congreso.

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