«Este Gobierno cuida más a los delincuentes que a los policías y guardias civiles»

Esta vez, convocados por el Sindicato Unificado de Policía (SUP) y la Asociación Unificada de Guardia Civil (AUGC), se han congregado en la calle Alcalá y frente al Congreso entre 6.000 (el dato de la Delegación del Gobierno) y 20.000 (de los organizadores) en un ambiente festivo pero muy reivindicativo en el que no ha faltado un contudente alegato contra la reforma del delito de sedición.

«Las piedras en Cataluña nos las tiraban a nosotros. Y ¿para qué? Para la foto, la palmadita en la espalda y el mercadeo de votos«, ha clamado la secretaria general del SUP, Mónica Gracia, en el cierre del acto, jaleada por sus compañeros. Juan Fernández, al frente de AUGC, también ha suscrito este alegato político que excede el 'leit motiv' de la convocatoria, basada en reivindicar el cumplimiento íntegro del acuerdo salarial, la jubilación anticipada de los agentes en las mismas condiciones que el resto de cuerpos policiales, la jornada laboral de 35 horas como el resto de funcionarios y la reclasificación de la escala básica al grupo B.

«Marlaska, dimisión» o «Policías de primera, condiciones de tercera» son dos de las proclamas que se han escuchado en la calle Alcalá de Madrid, tomada por miles de policías nacionales y guardias civiles llegados de toda España para reivindicar derechos y denunciar los incumplimientos del Gobierno.

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No han faltado las consignas contra el presidente, «Ea, ea, Sánchez se cabrea», se ha coreado megáfono en mano, entre un despliegue multicolor de banderas de España y de cartelería del SUP y la AUGC, las dos organizaciones convocantes, que consideran un éxito la cita del 26-N.

El centro de la protesta, con todo, ha sido el ministro del Interior a quien señalan directamente por no cumplir el último tramo de equiparación salarial firmado en 2018 y hacer oídos sordos al resto de peticiones. Dicen que han negociado con ministros de todo tipo, «pero nunca con un muro de piedra como Marlaska. Por eso salimos a la calle«.

«Mismo trabajo, mismo sueldo y misma jubilación». Ángel del Castillo, guardia civil jubilado que ha pasado toda su vida destinado en el País Vasco, sin perder su acento granadino, lo tiene claro. Ha viajado a Madrid en autobús con su mujer, su hija, también agente y le acompaña otro hijo cabo y sus nietos: dos niños, bandera en mano fundidos con los gritos de los compañeros de sus padres, tíos y abuelo.

Se ha hablado de peligrosidad y penosidad, con mención a las fronteras de Ceuta y Melilla, al Campo de Gibraltar y a Cataluña. «No les importamos, saben que siempre estamos aquí», dicen los dos secretarios generales.

El apoyo político ha llegado de la mano del PP, Cs y Vox con la asistencia de los diputados Ana Vázquez, Miguel Gutiérrez y Javier Ortega Smith, quien no ha parado de hacerse fotos y ha tratado de colocarse en la cabecera de la manifestación. Los convocantes han optado porque no lo hiciera ningún político, solo agentes.

Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia y del Consejo de Víctimas de Delitos de Odio, representó a la sociedad civil e intervino al final del acto para aplaudir la «valentía del SUP y la AUGC, que siempre lo han sido, siempre a la cabeza». «¿Qué tienen los policías y guardias civiles que no se materializa en una igualdad de trato?», se preguntó. «Vamos a estar con vosotros, ahora y siempre», añadió y pidió al Gobierno que escuche unas reivindicaciones »que son justas«.

Pese al hartazgo y el evidente malestar entre las organizaciones sindicales y el Ministerio, la marcha transcurrió en un ambiente festivo, vista con simpatía por muchos ciudadanos que se acercaron a los agentes para mostrarles su apoyo. La reforma del delito de sedición y la de la cuestionada Ley de Seguridad Ciudadana están también en el argumentario de la queja generalizada. Ambas las viven como una ofensa a los valores que defienden policías y guardias civiles. «Prefieren inflar de dinero público partidas presupuestarias encaminadas a dividir a España en lugar de unirla y dotarla de la seguridad que nuestros ciudadanos se merecen«, criticó Mónica Gracia.