El último balance del Gobierno explica los números rojos del Ayuntamiento de Madrid

El documento es una nota de prensa del Ministerio de Hacienda y Función Pública, 16 páginas que resumen los datos nacionales de ejecución presupuestaria a lo largo de 2022. En el apartado de entidades locales, el Gobierno central refleja que los ayuntamientos presentaron un déficit total de 1.647 millones de euros (un 0,12% del PIB), frente al superávit del 0,29% de 2021. «Este saldo negativo es coyuntural y de carácter técnico», señala el ministerio.

El motivo, explica el documento, es la liquidación negativa a la que se enfrentaron las entidades locales en 2020, el año que estalló la pandemia. El Estado mantuvo inalteradas las entregas a cuenta para que las administraciones pudieran seguir prestando sus servicios, a pesar de la caída de los ingresos impositivos como consecuencia de la crisis sanitaria. Según marcan las reglas contables, toda esa liquidación negativa, que suma 2.907 millones de euros, se imputa en 2022. «Este desacople explica que las administraciones locales registren déficit en 2022», apunta el informe, «si no se tuviera en cuenta ese efecto, habrían cerrado el año pasado con un ligero superávit».

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El balance ha servido al equipo de Almeida para corroborar la tesis que han defendido en las últimas semanas: «Es un déficit coyuntural y técnico como ha reconocido el propio Ministerio de Hacienda». Para revertir esa desviación, el Gobierno central compensará esta liquidación negativa a lo largo de tres años (2022, 2023 y 2024). En otras palabras, el déficit se carga en un solo ejercicio (2022), pero en términos de dinero contante y sonante se aplicará en tres tramos. La fotografía contable es peor de lo que realmente hay en la caja.

El otro argumento para justificar el agujero de 236 millones en las arcas madrileñas es la flexibilización de la ley de estabilidad presupuestaria a raíz del Covid-19. Cuando arreció el virus, la Unión Europea levantó las reglas de gasto para permitir inyecciones públicas a los sectores más afectados. Una medida que, aunque no concedió demasiado margen, sí que relajó la capacidad de cerrar las cuentas en números rojos. En cualquier caso, el desajuste se atajará en los próximos años. «Es una cuestión contable que en 2023 y 2024 se invertirá y el efecto del pago de las liquidaciones supondrá más superávit para los ayuntamientos», informa el ministerio.

En el pleno municipal del pasado martes, la responsable de Hacienda y Personal del ayuntamiento, Engracia Hidalgo, saltó ante las críticas de la oposición: «¿Qué pasaría si estuviésemos con la ley de estabilidad vigente y no se hubieran suspendido por Europa las reglas fiscales? Pues que tendríamos que presentar un plan económico financiero en el cual diríamos: "Medidas a adoptar, ninguna". ¿Qué pasaría si nuestro déficit fuese estructural? Pues que evidentemente tendríamos que hacer unas medidas de ajuste. Pero como no estamos en ninguno de los dos casos, no hay que tomar ninguna medida adicional».