Médicos aconsejan baños de sol entre marzo y octubre en lugar de suplementos de vitamina D

Un documento del Servicio Madrileño de Salud concluye que no hay constancia de beneficios en tomarlos en población sana

Qué son los baños de sol que recomienda el Servicio de Salud de Madrid: tiempo de exposición y cómo conseguir la vitamina D

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Cada vez es más frecuente que, al hacerse una analítica, salte el asterisco que avisa de algún valor por encima o debajo de la norma, y su médico le advierta que tiene carencia de vitamina D. Es difícil de explicar incluso por los expertos cómo ... puede ser que en una región con 3.000 horas de sol al año, la población tenga carencias de esta vitamina. Pero el recurso de tomar un suplemento puede no ser la mejor opción: según un documento que han elaborado expertos del Servicio Madrileño de Salud, no hay constancia de que estos fármacos aporten beneficios. De hecho, recomiendan a los médicos que, en pacientes adultos sanos, no pidan mediciones del nivel de vitamina D ni receten suplementos; es mejor, dicen, tomar el sol a diario y comer ciertos alimentos.

El documento lo ha elaborado un grupo de trabajo de Atención Primaria y especialistas del Hospital Clínico, e incluye recomendaciones para el resto de facultativos: primero, que no es necesario hacer analíticas para medir los niveles de esta vitamina en adultos sanos, ni tampoco tomar suplementos cuando está baja. Segundo, que el mejor método para tener el nivel adecuado es tomar el sol 15 minutos al día entre marzo y octubre, en la cara y los brazos. Eso, y tomar alimentos ricos en vitamina D.

Este elemento juega un papel fundamental en nuestra salud, sobre todo en el metabolismo óseo y el equilibrio del calcio. Pero no hay constancia científica de que tenga impacto en otras patologías, como el cáncer o enfermedades cardiovasculares y respiratorias. En los últimos años se ha observado un incremento del consumo de suplementos de vitamina D. Y ni los estudios coinciden en si esto aporta beneficios, ni hay siquiera consenso en cuanto a los niveles óptimos de vitamina D que hay que tener. El más aceptado es el que marca la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria: 20 nanogramos por mililitro.

Entre los expertos que han elaborado este documento de consenso, hay farmacéuticos de Atención Primaria, médicos de Familia, endocrinos, internistas, farmacéuticas hospitalarias, geriatras, reumatólogos y especialistas en análisis clínicos. Y su conclusión es que no está claro que en adultos sanos, tomar estos suplementos de calcifediol o colecalciferol (dos formas de vitamina D) o de otros fármacos «tenga algún beneficio sobre la salud». Ni que en este grupo haya una relación entre niveles bajos de vitamina D y consecuencias para los huesos.

Riesgo de fractura

Lo explica el jefe del servicio de Farmacia de la Gerencia Asistencial de Atención Primaria, José Manuel Izquierdo: «Vimos que el consumo de suplementos de vitamina D se había incrementado mucho, y también las mediciones de esta vitamina» en las analíticas. La recomendación pasa porque los pacientes adultos y sanos, antes que tomar suplementos de vitamina D, tomen el sol en exposición directa, en cara y brazos, «puede ser con protección solar, aunque esto reduzca algo el efecto». Es también importante tomar alimentos ricos en esta vitamina, como «pescados como la caballa, el salmón y la trucha, algunas setas, el aceite de hígado de bacalao, la yema de huevo…».

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Lo dicho, advierte el experto, no es aplicable a los pacientes que sí tienen factores de riesgo por tener más baja la vitamina D; en estos casos sí serían eficaces estos suplementos. Son en total nueve los grupos de riesgo identificados en los que podría estar indicada la prescripción de suplementos específicos. Estas son: personas con obesidad candidatas a cirugía bariátrica; mujeres en el embarazo y la lactancia con factores de riesgo de déficit; pacientes con alto riesgo de fractura; pacientes con sintomatología sugerente de déficit de vitamina D o trastorno del metabolismo óseo; personas con trastornos del metabolismo del fósforo y el calcio; los que tienen enfermedad renal crónica, mala absorción de vitamina D o que reciben fármacos que interfieren con su absorción.

Y tan importante como ello es la posología del tratamiento: como recuerda José Manuel Izquierdo, es imprescindible «seguir a rajatabla la pauta que indica tu médico, que está fijada en función del perfil de cada uno».

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