Luz verde definitiva de la Asamblea de Madrid a la nueva rebaja del impuesto de sucesiones y donaciones

La consejera de Economía, Rocío Albert, ha defendido esa rebaja fiscal, que es la número 32 desde que Isabel Díaz Ayuso es presidenta de la Comunidad de Madrid. En 2004 se aprobó la primera bonificación en el impuesto de sucesiones y donaciones en Madrid, del 99 por ciento para los grupos I y II, incluidos padres e hijos. En 2019, se aumentaron las bonificaciones hasta el 15 por ciento entre hermanos y hasta el 10 por ciento para tíos y sobrinos. En 2022 se pasó al 25 por ciento en el grupo III al completo, entre tíos, sobrinos y hermanos. Y ahora se aumenta al 50 por ciento, en cumplimiento del programa electoral del Partido Popular.

La consejera ha recordado que esta rebaja de impuestos se enmarca en una trayectoria de 20 años de política fiscal «coherente y sostenida». Los gobiernos de Sánchez, ha remarcado, han subido más de cien veces los impuestos y las cotizaciones. Es una política «ideológica y pragmática», ha defendido. «Queremos crear un entorno fiscal que incentive la actividad económica y atraiga inversión». «Los impuestos son imprescindibles, y pagarlos es un deber, pero el deber de las administraciones es hacer un uso efectivo y no pedir un euro más de lo necesario. En Madrid creemos que el dinero donde mejor está es en el bolsillo de los ciudadanos».

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Desde que empezaron las bonificaciones en este impuesto en Madrid, la recaudación ha aumentado un 27, 5 por ciento y las donaciones declaradas han pasado de 4.000 sin bonificación a 77.300 en 2024. «Con esta ley enviamos un mensaje claro: en Madrid defendemos la autonomía fiscal reconocida en la Constitución», ha subrayado la consejería Albert.

La ley se ha tramitado por el procedimiento de lectura única, es decir, con un único debate parlamentario en el Pleno, sin paso por comisión. La Mesa y la Junta de Portavoces han permitido que se pudieran presentar enmiendas, algo que han aprovechado los tres grupos de la oposición: Más Madrid, PSOE y Vox.

Desde Más Madrid, la diputada Marta Lozano ha criticado «el liberalismo a la madrileña». «No hay nada que les excite más que bajar los impuestos a los más ricos», ha asegurado. Cree que la rebaja del impuesto de sucesiones y donaciones es «profundamente insolidario». «Es un nuevo golpe a las arcas públicos, un nuevo zarpazo a los servicios públicos». Y en esa misma línea ha subrayado que «esta medida invita a todos los ricachones de España a que instales su domicilio fiscal aquí». La diputada de Más Madrid ha terminado con una advertencia: «No vamos a permitir un paso atrás en el Estado del Bienestar».

El PSOE ha optado por mezclarlo todo en el debate: ha criticado que Ayuso no se pusiera el pinganillo en la Conferencia de Presidentes, ha hablado de su pareja, de los 'ricos y ultrarricos', de los «protocolos de la vergüenza», del borrador de la nueva ley de Universidades y ha acabado diciendo que cuando se traen medidas como esta a la Cámara se vota 'no' a la sanidad pública, a los madrileños y a sus necesidades. Según el portavoz socialista, no hay «una demanda social constante» de la rebaja de impuestos, como se dice en la exposición de motivos, porque en el Metro no se habla de ello.

El PSOE, como ha quedado claro en el debate, rechaza de forma frontal la rebaja de impuestos, y ha acusado al PP de «no creer en el Estado del Bienestar». «Ustedes son más de 'el que pueda hacer, que haga'». «La Comunidad de Madrid se ha convertido en un refugio fiscal», ha comentado. «Este proyecto de ley es un escándalo político, es insolidario con el resto del país, hacen una competencia desleal con el resto de comunidades autónomas».

Los socialistas aseguran que el crecimiento de Madrid no se debe a las políticas de la Comunidad ni a sus rebajas fiscales, sino a la inversión del Gobierno de Sánchez.

Por Vox, la diputada Ana Cuartero ha animado al PP a apoyar las enmiendas de su partido, que pide subir al máximo las bonificaciones y la retroactividad de su entrada en vigor, desde el 1 de enero de 2025. Cuartero ha recordado que Vox defiende, desde 2018, la supresión total del impuesto de sucesiones y donaciones en todo el territorio nacional.

El portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, ha sido especialmente crítico con el PP por proponer derogar el impuesto de Sucesiones en el Senado y sin embargo en la Asamblea se limite a aumentar la bonificación al 50 por ciento en el Grupo III. «Aquí hay diputados del PP que son senadores y han firmado esa derogación», ha señalado.

Por el PP, Ángel Alonso ha defendido la ley y la rebaja número 32 de impuestos desde que Ayuso es presidenta regional. Una rebaja, ha dicho, de un impuesto «injusto y anacrónico» y que servirá para que Madrid siga atrayendo a nuevos inversores. «Madrid es la región que más ingresos fiscales aporta a las cuentas del Estado, con un 46 por ciento del total. Madrid recauda un 154 por ciento más que Cataluña, que tiene más habitantes, más contribuyentes, los impuestos más altos y 15 impuestos propios». Según ha subrayado, la política fiscal del Gobierno de Ayuso «es el mejor garante de los servicios públicos» en la Comunidad de Madrid.

El PP rechaza la retroactividad que propone Vox, porque «genera inseguridad jurídica. Lo que hace fiable a una administración es la seguridad jurídica», ha subrayado. «La mejor forma de evitar la inseguridad y la arbitrariedad es que entre en vigor cuando se apruebe y se publique». «Vox es como el maestro Ciruela, que no sabía leer y puso una escuela», ha comentado el diputado del PP sobre la posición de Vox en relación con los impuestos. «Esperan a ver qué propone el PP y siempre piden un poquito más».