Entre el fervor, la tradición y la fiesta: así es el día de la Paloma en el barrio de La Latina

Es entonces cuando La Latina se llena de mantones como ofrendas, de ofrendas como mantones de Manila a la Virgen de la Paloma. Momento de recordar festividades pasadas, de conversaciones en una barra improvisada en unas calles que recobran, en mitad del verano, el bullir de otras épocas del año.

La historia de esta patrona 'oficiosa' de Madrid es larga, y empieza, como todo, con un milagro. Fue la vecina de Madrid, Isabel Tintero, a finales del siglo XVIII, quien, tras varias vicisitudes envueltas en el sudario de la leyenda y en el de la realidad, tomó para sí el cuadro virginal y de ahí se abrió una fe que ha mezclado a las modistillas y a la realeza en una estampa que ha venido repitiéndose cada año. Tanto pudo el culto a la Virgen de la Paloma, que se tuvo que construir una capilla para acoger a quienes se encomendaban a su amparo divino.

Sirva este apunte histórico para ilustrar una pasión de agosto que mezcla lo sagrado y lo profano, como la vida misma. Por ello, no es difícil que este jueves, en los escasos metros cuadrados que rodean la iglesia de la Paloma, el traje de chulapa se mezcle con curiosos en chanclas, japoneses de vacaciones y las tribus moteras, que de un tiempo a esta parte vienen a santiguarse frente a la Virgen.

Dicen los indicadores meteorológicos que las temperaturas, en comparación con el infierno en que nos ha subido el verano, serán benévolas antes de que los termómetros vuelvan a dispararse el viernes. A las 10.30, para abrir para algunos la jornada, la Casa de la Villa será el lugar donde se entregarán los galardones 'Palomas de Bronce de Bomberos de Madrid'.

Es hoy un miércoles que, para el común, sí comienza tarde. La pasión a la Paloma del madrileño más vernáculo o más convencido entiende que son días festivos en los que se celebra la vida, la esencia y la permanencia de las tradiciones más 'madriles'; por ello, la primera cita abierta es a las 12.30 horas de la mañana en el colegio de La Salle, en plena calle de la Paloma, 19, donde tendrá lugar una ofrenda floral y allí, entre pétalos exuberantes, se recordará a las víctimas de la explosión de gas de 2021, que pudo ser aún más trágica si no, dicen, llega a intervenir la Virgen.

Es, y estamos, a mediados de agosto, pero quien puede detiene las vacaciones para estar lo más cerca posible de la iglesia de la Paloma, entre barquilleros y organillos, mientras el templo, en el que no cabe un alfiler, celebra la solemne misa, a las 13.00, con las autoridades con abanico. Un momento de recogimiento en un damero de calles, en una zona de Madrid, donde el silencio atronará a jolgorio. Justo después de los oficios religiosos y de que Juan Miguel Gil, bombero del Ayuntamiento de Madrid, baje el cuadro de la Paloma con precaución y ternura a eso de las 14.15 horas para que el divino lienzo esté dispuesto en el presbiterio hasta las siete de la tarde y pueda ser besado por el gentío. Hay que resaltar que a las seis y media se cerrará el acceso para preparar la procesión que, a partir de las ocho de la tarde, recorrerá las calles del barrio.

En relación a las tradiciones, a las tradiciones de la fe, también resulta indispensable el prólogo, el prólogo taurino del día. El coso de Las Ventas acogerá a eso de las 10.30 una misa, de acceso libre, en la que una réplica del cuadro de la Virgen del día recordará a los fallecidos y presidirá la eucaristía.

Hay que centrarse en la procesión, con sus novedades que enriquecen un patrimonio que se cuida y que en el fondo es de todo el pueblo de Madrid. Según informa la Real Congregación de la Virgen de la Paloma, se ha procedido a una restauración completa de la carroza procesional «después de 65 años de uso».

En este sentido, y gracias a la generosidad de «congregantes, feligreses y devotos», se ha llevado a cabo un saneado de las maderas de la base, un cambio de ruedas, la restauración del grupo escultórico así como la fijación de piezas que, a razón del paso del tiempo, estaban gastadas.

Será digno de ver el policromado nuevo para retornar los brillos de una carroza que fuera construida, en el año 1959, por los Talleres Metalúrgicos 'Manuel Guijarro', a través de un boceto de Teodoro Azcona. Esta carroza, en aquel momento histórico, pudo ser confeccionada gracias a una tómbola popular que se situó delante del Teatro de la Latina.

El cortejo procesional contará con la clásica exhibición de los bomberos en la puerta de Toledo, y antes, a las siete, justo después del canto del Rosario, sonará una Salve en la voz de Mari Pepa de Chamberí.

Además, el desfile cuenta con la participación de una representación de la Hermandad de la Virgen de la Paloma de Málaga, unida desde hace tiempo con la advocación madrileña.

La comitiva estará animada por 13 peñas castizas que pondrán el color de lo añejo con respeto a un antiguo protocolo: las mujeres con pañuelo en el cuello y mantilla blanca, y que el recorrido se haga de cuatro en cuatro. Como mandan los cánones.

Aparte del aspecto evidentemente devocional, el día también está abierto a actuaciones de todo jaez en espacios tan arraigados como Las Vistillas, o la plaza de la Paja, o la del Humilladero. Espectáculos que persistirán hasta que llegue la madrugada del sábado. Este jueves es el día en el que el todo Madrid, el que no toma vacaciones, se reencuentra consigo mismo.