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Las dos ciudades que separa el Metro de Madrid

BAJO CIELO

Un viaje en Metro tiene algo de mágico porque entras en una ciudad y sales en otra. Es como un viaje en el mismo tiempo, pero con un fondo distinto

Madrid 'se sabina'

Estación de Metro de Vicálvaro Tania Sieira
Alfonso J. Ussía

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Decía Ramón de la Serna que «el metro es la forma más profunda de la prisa». Llegó como un relámpago de modernidad, allá en 1919, con un trayecto que unía Cuatro Caminos con la Puerta del Sol. Lo que hasta entonces era un paseo en ... gabán, de tranvía o a caballo, fue a principios del siglo pasado un agujero hacia el futuro, una bajada al submundo de la ciudad que te tragaba en Antón Martin para escupirte en Iglesia, en cinco o diez minutos de trayecto, y con la seguridad de que no te atropellara nadie en la alocada ciudad que era (y es) Madrid. Azorín, por ejemplo, adoraba sentarse en los bancos de las paradas de Metro para dejar en su memoria las imágenes de una población que no conocía en superficie, una suerte de retratos que iban pasando delante de sus ojos que después contaba en prosa de periódico costumbrista. Luego vendría todo lo demás hasta hoy. Que es a lo que hemos venido a contar.

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