El casero de hoteles 5 estrellas convertido en inquiokupa de lujo

Nelson González y Otty Díaz conocieron a Losada a través de un portal inmobiliario de internet, tras sacar su piso al mercado en febrero de este año. Primero, firmaron un contrato temporal, hasta agosto, pero en verano decidieron prorrogarlo durante un año. Entonces empezaron los problemas. «Dejó de pagar», dice González, y así consta en la demanda de desahucio interpuesta contra Losada a la que ha tenido acceso este diario. No es la única.

González y su mujer le reclamaban una deuda de 5.173 euros por la falta de pago de septiembre y octubre (2.100 euros cada mes) más los suministros. Pero eso fue hace dos meses, fecha en la que se presentó ante el juzgado. La cuantía ha aumentado porque, según afirman los afectados, noviembre y diciembre tampoco ha abonado el alquiler. «Contando solo el alquiler, sin los suministros, son 9.373 euros», revela González que, impotente, ha recurrido a una empresa de desokupación para tratar de recuperar su vivienda.

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Lo ha hecho «por desesperación», tras tener conocimiento de que era, al menos, la segunda víctima de Losada en solo un año. Solo con estos dos afectados, los que ABC ha podido acreditar mediante las demandas de desahucio, acumula una deuda, hasta la actualidad, de 40.035 euros.

«¿Cómo íbamos a desconfiar con las nóminas y la declaración de la renta que nos presentó? Se lo alquilamos de buena fe. Seguimos sin entender si realmente tiene ese dinero por qué no abona el alquiler», añade. Al principio, según su testimonio, el fundador de Losan Hoteles (y más fondos de inversión del sector, como Alameda Capital) le comunicó que «no podía pagar porque le embargaron las cuentas». «Luego, que estaba en el hospital por una caída... Excusas», opina González. A la empresa de desokupación no le abre la puerta, pero en la urbanización lo reconocen a la primera, solo con mostrar su foto. «Es César, vecino del...», dicen antes de pronunciar el piso en el que reside: «La última vez que lo vimos fue hace dos días».

Comenzó a buscar información sobre su ya inquiokupa en internet, hasta que en octubre dio con el afectado anterior. Losada salió de la casa de su primera víctima (que le reclama en la demanda, a la que también ha accedido este diario, 30.662 euros) solo un día antes de entrar en la de González.

«Hace tres meses que no me paga. Tampoco los servicios. No sé qué hacer. ¿A ti te ha hecho lo mismo?», le pregunta González al que fue el anterior casero del creador de Losan. «Me temo que has sido víctima de César. Yo le he tenido de inquiokupa durante un año«, revela el primer perjudicado, Francisco Rodríguez (nombre ficticio), en unos mensajes que ABC ha consultado. Y termina: »Me vendría bien la dirección de la casa donde está, porque el juzgado no logra localizarlo«. Losada estaba –y continúa estando– a solo tres kilómetros, en la que es su zona franca: Valdebebas.

Rodríguez se topó con el empresario en enero de 2022, y firmó con él un contrato de alquiler de un año que podía ser prorrogable a siete, por 2.600 euros al mes. Todo se gestionó a través de una agencia. En el primer momento, el inquiokupa abonó un mes de fianza y dos de garantía. «Luego, nada de nada», asevera este hombre, al que también le contó que había sido hospitalizado. En septiembre de 2022, tras seis meses de impagos, Rodríguez lo denunció. En la demanda consta que «desde la firma del contrato, solo ha realizado un ingreso parcial en el mes de junio y otro completo en julio». La deuda en concepto de rentas era entonces de 14.300 euros.

Pero Losada no abandonó esa casa hasta febrero de 2023, tras recurrir también a una empresa de desokupación. «No sé a qué acuerdo llegarían ni me interesa, pero se fue», confiesa esta otra víctima. «Me dejó la casa con desperfectos cifrados en más de 8.000 euros y estoy convencido de que a la agencia la engañó», concluye Rodríguez, que continuará batallando en los tribunales.

González y su mujer esperan tener la misma suerte y que su casa se libere cuanto antes. Por trabajo, residen desde hace años en Países Bajos y emplean el dinero que consiguen con el alquiler en pagar la hipoteca de ese mismo inmueble, pero también en sufragar los gastos de sus padres. «Dependen de nosotros porque no tienen pensión. Realmente, necesitamos ese dinero», confiesan, pero es más. A él se le ha terminado el contrato de trabajo en Holanda y ha solicitado a su empresa el traslado a España. «¿Pero cómo vamos a volver si no tenemos a dónde?», se pregunta.

Cuando buscaron en internet quién era Losada, al igual que hizo Rodríguez, ya era tarde. De haber revisado antes el pasado del empresario no le habrían arrendado la vivienda. Tal fue su fama que era su propio nombre el que ocupaba titulares de la prensa especializada, y no el del fondo que fundó y gestionó. Los medios lo alababan diciendo incluso que había levantado un «imperio» en Europa y Estados Unidos. Su época dorada comenzó en el año 2006, cuando fundó Losan Hotels; aunque nada queda de eso. Ahora, sale en la lista de deudores de Hacienda con 4.628.718 euros; su última sociedad, el fondo Alameda Capital, también aparece con una deuda de 631.738 euros.

Este diario ha intentado en diversas ocasiones ponerse en contacto con él para recabar su versión. «Estoy en una reunión, ¿puedes llamarme en quince minutos?», solicitó una de ellas tras saber de qué se trataba. Pasado ese tiempo, no contestó; tampoco a comunicaciones posteriores.

De origen riojano, alumbró el fondo hotelero Losan, del que eran accionistas once cajas de ahorros, y consiguió hasta 800 millones de euros de financiación. Con ellos amasó una cartera de 14 hoteles repartidos por las principales ciudades europeas, así como Washington y Nueva York. Él mismo presumía en una entrevista: «Tenemos una rentabilidad anual del 30%. Compramos hoteles y los cedemos en contratos de gestión o alquiler a cadenas de primer orden». Todos de lujo, y adjudicados a empresas como Eurostars en Venecia; Marriot en Washington; NH en Ginebra o Barceló en Colonia.

En 2008, adquirió el hotel Silken de Londres, construido por el arquitecto Norman Foster, por 155 millones de euros. Ahí es nada. Pero el matrimonio entre el empresario y las cajas duró poco. En 2009 fue destituido, tal y como publicó El Confidencial, acusado por los accionistas de apropiación indebida. La irregularidad descubierta, según el artículo, ascendió a 20 millones de euros. Comenzó entonces una batalla judicial y Losada fue condenado, en una sentencia dictada de conformidad, por un delito de administración desleal, como ha podido constatar ABC.

Después del divorcio, alardeó de fundar Losan Hotels II y de intentar conseguir una financiación de 2.000 millones para comprar 28 hoteles. En 2010 se hizo con el Husa Paseo del Arte, lo que se tildó como «el regreso del empresario a España después de 11 años». Poco se supo de él hasta 2015, cuando otra de sus sociedades, Leading Hospitality, dueña del entonces Holiday Inn Madrid Bernabéu (ahora un Hilton), se declaró en concurso de acreedores por una deuda de 7,64 millones de euros a cierre del ejercicio de 2013, publicó Expansión. El hotel tenía 150 empleados.

El periplo continúa con la creación de Alameda Capital en 2018, que tenía la previsión (así lo anunciaron) de conseguir 4.000 millones de euros en cuatro años. «Fue más bombo que otra cosa», confiesan expertos del sector hotelero consultados. La deuda de esta empresa con Hacienda asciende a 631.738 euros. A partir de ese año, Losada se esfuma de las crónicas y de la vida empresarial. Hasta ahora: de casero de lujo a inquiokupa.