Siglos de historia en legajos de los cementerios para trazar el árbol genealógico de los madrileños
Todos los registros de los enterramientos de las catorce necrópolis de Madrid desde 1884 serán digitalizados para la consulta de investigadores y familiares

La epidemia de cólera asiática que asoló Madrid en 1885 obligó a extender un cementerio provisional sobre lo que hoy es la necrópolis de La Almudena . La magnitud de aquella crisis sanitaria fue tal que incluso tuvieron que dedicar una zona ... exclusiva -la ‘Gloria’- a los párvulos que no sobrevivieron a la enfermedad infecciosa. Un año antes, cuando el camposanto apenas era un proyecto, fue inhumado Pedro Regalado. Tenía 14 meses. Su nombre es el primero que consta en los cientos de legajos encuadernados en una piel desgastada por el paso de los siglos y que todavía se custodian en el sótano de las oficinas del antiguo cementerio del Este . La valiosa información que aportan los datos de las fichas de los fallecimientos y los libros de inhumaciones permitirá reconstruir el árbol genealógico de los madrileños hasta remontarse a más de 120 años atrás.
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La empresa funeraria municipal, que depende del Área de Seguridad y Emergencias, ha suscrito un convenio con la organización sin ánimo de lucro FamilySearch para digitalizar e indexar, mediante técnicas de inteligencia artificial, el archivo histórico al completo . Los trabajos, según explicó a ABC el director de operaciones de los cementerios de Madrid, Rafael Mendoza, comenzarán en «las próximas semanas» y se prolongarán durante varios meses. El objetivo es que el año que viene toda la información pueda ser consultada tanto por investigadores que lo necesiten para sus estudios como por interesados legitimados o cualquier ciudadano que quiera llegar a sus antepasados a través de una base de datos que facilitará todas las búsquedas a los documentos históricos. «Se trata de un acuerdo que nos ayuda a seguir cumpliendo con el compromiso de poner en valor el patrimonio cultural que albergan los cementerios municipales», añade Mendoza.

Según subrayan desde la concejalía que dirige la concejal Inmaculada Sanz (PP), el proyecto estará supervisado por el equipo legal, documental y tecnológico de los Servicios Funerarios de Madrid para «garantizar la calidad de la digitalización, el correcto tratamiento de la documentación original en materia de seguridad, honor, intimidad, derechos de imagen o propiedad intelectual , así como las pautas de conservación a largo plazo del conjunto de datos».
Junto a la elegante caligrafía en tinta roja de la primera reseña de La Almudena, consta un apunte histórico. En homenaje al pequeño fallecido, el Rey Alfonso XII concedió a la familia de Regalado la tumba en perpetuidad, circunstancia que solo poseen dos personas en todo el historial.
Apoyo del Rey Alfonso XII
Apenas unos días antes, el 9 de septiembre de 1884, fue enterrada Maravillas Leal, la primera persona que consta en el cementerio civil. «Se creía que se inhumó allí porque se había suicidado, pero el registro del fallecimiento incide en que su muerte se debió a una tisis pulmonar . Por lo tanto, se entiende que se le dio sepultura allí porque simplemente no era católica», explica a ABC la responsable de la oficina de La Almudena, Marta Márquez. Ante el recelo que supuso para la Iglesia la construcción de estos nichos civiles, cuentan que el propio monarca asistió a este primer entierro para dar su respaldo a estos ciudadanos. Sin embargo, no se ha hallado por el momento ningún documento oficial que constate esta versión.
Fue José I Bonaparte , que ocupó el poder entre 1808 y 1813, quien decretó la construcción de los cementerios extramuros, en la periferia de la villa. En aquel momento solo había uno, el del Norte. Esta decisión se tomó para sacar los sepelios de las parroquias del centro de Madrid por motivos sanitarios, ya que muchos de los cadáveres se inhumaban sin féretros , solo cubiertos por un sudario y no se enterraban a gran profundidad, lo que generaba malos olores en el entorno.

Durante el corto reinado del hermano de Napoleón se erigieron tres necrópolis a las afueras de la capital, ya que la del Norte ya no podía acoger más cuerpos al colmatarse tras la Guerra de la Independencia . En estos años también se crearon los cementerios sacramentales, junto a las ermitas, como el de San Isidro y el de Santa María de Carabanchel.
Sobre los terrenos adquiridos al entonces Ayuntamiento de Vicálvaro, Alfonso XII ordenó construir en 1877 un camposanto con capacidad para albergar a la mitad de las personas que perdiesen la vida cada año en Madrid. El Consistorio capitalino pretendía crear así una necrópolis municipal que, en palabras de Mendoza, «garantizara la atención universal y la acogida de ciudadanos de diferente culto y pensamiento». Así, el actual cementerio de La Almudena consta de un sector católico, uno hebreo -inaugurado en 1922- y otro civil.
Presidentes de la I y II República, alcaldes de todos los signos políticos, científicos como Santiago Ramón y Cajal , escritores como Vicente Aleixandre , artistas como la archiconocida Lola Flores y su hijo, Antonio, el expresidente del Atlético de Madrid, Jesús Gil y Gil , o el futbolista Alfredo Di Stéfano son algunas de las personalidades que constan en el registro.
También aparecen detalles del destino del cuerpo de Isaac Peral, que fue enterrado en un primer momento en La Almudena, pero más tarde se le trasladó a su ciudad natal, Cartagena. Ni siquiera en plena Guerra Civil faltan anotaciones. A los fusilados en las tapias del cementerio se les daba sepultura a pesar de que se ignoraba su identidad. Por eso, en aquellos años en muchas fichas aparece de forma reiterada la palabra «desconocido» . Sus nombres y las pistas sobre los que carecen de ellos son solo un ejemplo del extraordinario interés histórico y cultural que reflejan estas notas sobre los tiempos pretéritos de la capital.
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