La recuperación del Palacio de Vargas y el Reservado de Felipe II en la Casa de Campo empezará antes de verano

En torno al palacete, el Rey materializó todos sus deseos. Su finca de recreo predilecta tendría una gran masa forestal que conectara la casa-palacio con el monte del Pardo para poder dar rienda suelta a su pasión, la caza. También idearon cuatro lagos para que pudiera pescar y que éstos, a su vez, sirvieran para abastecer a las huertas y los jardines renacentistas que encargó.

Cinco siglos después, el Área de Cultura, Turismo y Deporte se ha propuesto un reto a la altura del original, recuperar aquella villa de nobles y monarcas, sus jardines reservados y las grutas que lo atraviesan tal y como fueron en el siglo XVI . Una vez rehabilitado, servirá de centro de interpretación sobre la propia Casa de Campo, su flora, fauna y como marco único donde contar «in situ» las vicisitudes por las que ha pasado este recinto, desde la villa de la época romana hallada hasta las trincheras de la Guerra Civil .

En mayo de 2018, la Comisión Local de Patrimonio Histórico rechazó la propuesta del Gobierno de Manuela Carmena para transformar la Casa de Vargas en un centro dedicado a la gastronomía. La declaración como Bien de Interés Cultural de toda la Casa de Campo y los Reales Sitios impedía que tuviera otro uso que no fuese «característico cultural y/o museológico, ligado preferentemente a hechos o actividades relacionados con el Sitio Histórico». Por ello, «tras un estudio pormenorizado de esas trazas históricas», el Gobierno de José Luis-Martinez-Almeida propone «la recuperación de ese espacio de excepcional valor, hoy en proceso de abandono, como sede de un conjunto museístico y de jardines históricos que actúa como puerta de entrada y nexo entre el centro de la ciudad y el ámbito natural de la Casa de Campo», según indica el anteproyecto, al que ha tenido acceso ABC.

En total, el Consistorio invertirá 13,35 millones de euros para rehabilitar todos los elementos situados tanto en el Reservado Chico como en el Grande, según consta en el borrador. Habrá que esperar hasta el final del mandato para ver completada toda la restauración y la museografía. Pero el primer paso para lograrlo comenzará a partir de abril, cuando se prevé que se adjudicará el contrato para realizar catas arqueológicas dentro de la casa .

«La primera fase empezará con la demolición de los muros interiores más modernos, que no son los originales, los que se pusieron en los años 60 y 70 del siglo XX. Con la prospección arqueológica dentro de la casa queremos buscar el suelo del siglo XVI. La apariencia exterior es del siglo XVIII y creemos que Sabatini respetó el interior y solo elevó unos 80 centímetros el suelo», explica a ABC el director general de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento, Luis Lafuente.

Según reseña el anteproyecto, en 1720 se ciega el pórtico de fachada con una nueva portada. En 1770, la intervención de Sabatini «reestructura totalmente la envolvente de fachadas y cubierta, mientras mantiene los cuerpos interiores, con modificaciones puntuales en el pabellón oeste y de más calado en el este».

A continuación de esas demoliciones, se iniciará la exploración del subsuelo donde se situaban los jardines del Reservado Chico, donde en su momento se colocaron las casetas de obras para el soterramiento la M-30 y la creación de Madrid Río y ahora se encuentran parte de los viveros del Área de Medio Ambiente . «Para recuperar el jardín se trasladarán los viveros del Reservado Chico al Grande. Con la prospección arqueológica se van a saber por dónde van los conductos de agua del siglo XVI, XVII y XVIII y la canalización a la fuente del Águila », indica el experto.

Esta obra del Renacimiento italiano, realizada en el siglo XVI por el escultor Florentino Giovanni Angelo Montorsoli, está ahora custodiada por Patrimonio Nacional , pero tienen un molde del que pretenden obtener una reproducción que sería colocada en el lugar del jardín donde estuvo entonces. En este enclave también permaneció durante años la estatua ecuestre de Felipe III , que después Isabel II mandó a la Plaza Mayor , donde aún permanece.

En concreto, la mitad inferior del Reservado Chico corresponde al Jardín de Cuadros, diseñado por Juan Bautista de Toledo y Jerónimo Algora. La mitad superior, menos formalizada, alberga arbolados y el probable invernadero de los naranjos. Fuera del recinto se disponen las cocinas y otras dependencias. También están allí los cuadrantes de huerta rodeados de frutales con los surcos de las hortalizas en el espacio, al estilo andalusí.

En función de los resultados que arrojen las prospecciones dentro de la Casa de Vargas, se redactará el proyecto final de rehabilitación del Palacio. La intención del Área que dirige Andrea Levy (PP) es iniciar las obras a finales de 2022 , unos trabajos que está previsto que se prolonguen entre año y medio y dos años.

En principio, si los resultados de la investigación arqueológica no cambian los planes, el planteamiento de Cultura es establecer en el pabellón oeste de la planta baja el «museo de la Casa de Campo, los Sitios Reales y el origen de la capitalidad» . En el ala este, que es la parte del complejo que más alteró la intervención de Sabatini, se dedicaría a un aula y espacios multiusos. En el siguiente piso, en el pabellón oeste, se evocarían las antiguas dependencias de la alcoba de Felipe II . En el gran salón de las recepciones se establecería el centro de información y en la zona este se habilitaría el espacio para albergar una biblioteca y un centro de documentación.

En el pabellón central se recuperarían las estructuras originales y en los del este y oeste, donde los muros internos del siglo XX serán demolidos, se realzarían los tabiques sobre los restos de la huella original con una nueva arquitectura. También se recuperarían los artesonados desaparecidos de los distintos espacios dentro de la cubierta general que sí que se mantiene.

Dentro de esta primera fase, se acometería también la restauración de las grutas que mandó construir Felipe II, un laberinto para la diversión de los monarcas que, al mismo tiempo, hacía las veces de cerramiento de los jardines del Reservado Chico. Compuesto por cinco estancias abovedadas y conectada al exterior mediante arcos, este subterráneo contaba con una sala de mosaicos.