Obras de Plaza España: Una excavación a la ‘egipcia’ para sacar los restos de Sabatini del túnel de Ferraz

El empeño de ambas administraciones por salvar este importante legado del maestro italiano que se creía desaparecido por completo permitió encontrar la manera de cuadrar el círculo. No ha sido la maquinaria más puntera, sino la pericia de un equipo experto en excavaciones en Luxor (Egipto) la que ha permitido salvar las reliquias para que puedan ser conservadas en la superficie y que, tras su restauración en los próximos meses, formen parte de un gran itinerario arqueológico junto al resto de estructuras de la época encontradas durante los trabajos y que serán también musealizadas .

Un túnel en mina a lo largo de 50 metros permitió mantener los sótanos del Palacio de Godoy destapados al inicio de las obras, hace ya dos veranos, en el extremo de la calle de Bailén. Pero los sobresaltos arqueológicos no quedaron ahí. La última sorpresa destapada en el subterráneo de Ferraz la pasada primavera ha supuesto un reto constructivo mayor. En este caso, mantenerlo ‘in situ’ no era una opción y moverlo parecía misión imposible.

Un primitivo sistema de palancas y rodillos, similar a los que se utilizan en la reconstrucción de los colosos del templo funerario de Amenofis III, ha posibilitado el traslado a la ‘egipcia’ de este vestigio del siglo XVIII hasta el exterior, a apenas 30 metros de su emplazamiento original. «La estructura se encuentra muy débil y totalmente descarbonatada. Al hallarse dentro del túnel sin gálibo ni posibilidad de meter maquinaria, la extracción se hacía muy complicada», explica a ABC el arqueólogo y restaurador especializado en la musealización de yacimientos arqueológicos, Miguel Ángel López Marcos , a quien Patrimonio encargó este complejo reto.

Él es también el responsable de una operación similar que se lleva a cabo en Luxor para restaurar doce gigantescas estatuas que pesan entre 25 y 300 toneladas. «Allí, en la mayoría de los casos no se puede usar maquinaria y se recurre a técnicas milenarias como las utilizadas en el antiguo Egipto, con palancas, rodillos y rieles para desplazar las piezas o polipastos -un sistema de poleas- para elevar grandes pesos», indica López Marcos. «Aquí, en Ferraz, estamos usando métodos similares que facilitan la extracción para realizar posteriormente una anastilosis, y reconstruir y musealizar la arquería del cuartel de San Gil, que curiosamente se encuentra junto al templo de Debod», añade el experto.

En junio comenzó el primer paso. Tras analizar el espacio disponible y el estado de la piedra, se comenzó a dividir la gran mole semicircular en cinco bloques, cada uno de entre 20 y 30 toneladas, excepto uno más pequeño, de otras 3 toneladas. Para ello, se utilizó hilo de diamante, que facilita su posterior cosido -con morteros hidrófugos y ladrillo similar al original- al ejecutar un corte limpio.

A continuación, cada pieza se enjaula en una estructura metálica recubierta con poliestireno expandido para evitar dañar el material. Estos cofres se montan con gatos hidráulicos sobre un sistema de tanquetas que se desplazan por raíles hasta el dique de carga, donde finalmente se elevan hasta el exterior en una góndola.

Una vez culminado el túnel de Ferraz y ya preparada la zona de los jardines de la plaza donde se trasladarán los restos, comenzará la última fase, la recomposición de este delicado puzle de cinco piezas, que se prolongará unas ocho semanas. Los trabajos, según los cálculos del Área de Obras y Equipamientos a cargo de la reforma de la plaza de España, se culminarán antes de que acabe el año.

«El secreto está en repartir cargas, para no ampliar las fisuras, ya que este tipo de material suele estar multifracturado», apostilla López Marcos, que habla con conocimiento de causa. El arqueólogo se encargó de trasladar el mausoleo romano de Arroyomolinos que se encontró hace una década en un aparcamiento de la localidad. Y bajo el mandato de Alberto Ruiz-Gallardón también se le encomendó extraer la muralla de la época de Carlos III que se halló en el ‘parking’ de la calle de Serrano. «Ese tipo de argamasas no tienen resistencia mecánica y se deshacen cuando se les aplica un poco de carga. Pero en Egipto estamos habituados a trabajar con andamiajes de madera para rescatar materiales y estructuras endebles como estas y las del cuartel de San Gil», arguye.

Los tres conjuntos encontrados -los contrafuertes de Bailén, los sótanos del palacio de Godoy y el ‘camino de ronda’ del también llamado cuartel de Leganitos- corresponden a tres edificios ideados por Sabatini en el siglo XVIII. Debido a la posición que ocupa cada uno, se ha acordado establecer un paseo cultural entre el Palacio Real y el templo de Debod, donde se van a vincular los hitos hallados con la evolución de la ciudad en este lugar.

«Los distintos restos arqueológicos hallados a lo largo de la obra aportarán un mayor valor, si cabe, a la nueva plaza de España. Lo que en un principio pudo parecer un problema porque nos obligaba a cambiar los planes, hemos sabido convertirlo en una oportunidad. No solo será un espacio más accesible, verde e integrador, sino que sumará un importante valor cultural añadido a la zona», expresó a ABC la delegada del Obras y Equipamientos, Paloma García Romero (PP), que se muestra convencida de que la futura plaza de España se va a convertir en un nuevo «polo turístico de la ciudad» en el año en el que, precisamente, se celebra el tercer centenario del gran arquitecto italiano.