Entrevías, de las chabolas de los 40 a los pisos nuevos de los 70, en un barrio muy cañero

El núcleo urbano de Entrevías rondaba las 20 hectáreas de terreno en 1936. El resto del suelo estaba dedicado a tareas agrícolas. Esto fue así hasta que, en la década de los 40, comenzó la llegada masiva de campesinos a Madrid. Son los tiempos de los barrios sin permiso, de las chabolas levantadas de cualquier manera durante la noche. Y dio lugar a la formación de varios núcleos chabolistas, que llegaron a sumar más de 4.300 infraviviendas en torno a los 50.

En 1957 se calcula que ya vivían allí 24.000 personas. Fue entonces cuando la administración decidió intervenir en la zona: ese año se le encarga el proyecto de levantar allí un Poblado Dirigido a los jóvenes arquitectos Francisco Javier Sáez de Oíza y Jaime Alvear , junto a Manuel Sierra .

Como era habitual en la época, en Entrevías se utilizó la autoconstrucción: los propios vecinos participaban en los trabajos para levantar sus nuevas viviendas, de forma voluntaria. Así surgió ese poblado de casas de distintas tipologías -unifamiliares de dos plantas primero, bloques de cuatro alturas en la segunda fase, y combinación de bloques y torres en el Poblado Mínimo-, que dieron otro aspecto a un barrio en el que hubo que ir introduciendo los servicios de los que carecía: todos. El poblado fue remodelado por el Ivima a partir de 1985.

Una suerte algo distinta fue la que sufrió el cercano Pozo del Tío Raimundo: sus terrenos los compró la Compañía Madrileña de Urbanización, que empezó a venderlos en pequeñas parcelas en 1925. Los campesinos que emigraban a la capital los compraban, y construían sobre ellos sus viviendas. Así, hasta que en 1956, con más de 1.700 familias viviendo allí, la administración comienza a actuar sobre la zona abriendo pozos, tendidos de línea eléctrica, e iniciando expropiaciones y realojos.

Pero nada les fue fácil: los vecinos hubieron de organizarse en cooperativa para tener luz eléctrica , el agua corriente no llegó hasta 1969, y lo mismo el alcantarillado. Eso sí, los residentes ya se habían unido en una asociación de vecinos. Y tuvieron que lidiar incluso con el intento de hacer desaparecer el barrio por la vía de construir sobre él un gran núcleo de conexión viaria.

Circulaba desde años antes por la zona un personaje singular, el Padre Llanos, que movió Roma con Santiago para promover en el barrio cooperativas, escuelas y centros de formación, y dotarlo de servicios. La reedificación en esta zona comenzó en 1978, con el Plan Parcial, y se alargó hasta 1985.

Entrevías tuvo sus años más duros en los 80, cuando la heroína comenzó a circular por las calles y entre los jóvenes. Pero una vez más, sus residentes levantaron la cabeza y encararon el problema: allí nació Madres contra la Droga, y también el movimiento Coordinadora de Barrios , que aún sigue dando la batalla social desde la calle Peironcely. Muy cerca de donde está la iglesia de San Carlos Borromeo, con un potente historial reivindicativo y de ayuda a los necesitados a sus espaldas.