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La doble vida de la condesa de Romanones en Madrid: una espía para acabar con Hitler

«Un día un espía nazi quiso matarme, pero me salvé, fui más rápida. Siempre llevaba un pequeño revolver en mi bolso», recordaba en sus memorias Aline Griffith, fallecida el lunes a los 94 años en la capital

A la izquierda, Aline Griffith en su juventud; a la derecha, el restaurante Horcher ABC

S. L.

En 1944, con 21 años, la norteamericana Aline Griffith (fallecida el lunes por la noche a los 94 años) aterrizó en Madrid con la misión de espiar a los nazis de Hitler. Se instaló en el lujoso hotel Ritz y se codeó con ... la sociedad madrileña más selecta: aristócratas, toreros y cantantes. Su trabajo le proporcionaba todo lo necesario para hacer amigos . «Era un Madrid apasionante que recorría en coche de caballos, los hombres eran galanes, existían infinidad de fiestas donde se lucían joyas auténticas y vestidos largos. Era un ciudad muy interesante, con mucha clase y elegancia», explicaba en sus memorias como espía en la capital, entre 1943 y 1987, en «La espía que vestía de rojo».

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