Colonos | María Pagés
«Lo digo alto y claro, Madrid está en mí»
La bailaora María Pagés continúa 'Colonos', un serial que pone rostro a todos esos madrileños de adopción, españoles que un día llegaron a la capital y se enamoraron de sus calles y su vida convirtiéndose en un 'gato' más
María Pagés (Sevilla, 1963) no sólo tiene un compromiso multidisciplinar con la danza española, de la que es un referente mundial. También con la Comunidad de Madrid, y de ahí el Centro Coreográfico que lleva su nombre en Fuenlabrada. Pagés sabe, como andaluza ... de origen catalán que Madrid mira al Sur y «se mira en el Sur». Su llegada a la Capital, con 15 años, fue el acontecimiento más importante de su vida. Idealizaba un Madrid que resultó el más real. El Madrid que le da la vida.
¿Qué sintió cuando llegó a Madrid?
Cuando llegué para quedarme desde Sevilla, tenía 15 años. Era lo más importante que me estaba pasando. Es decir, era el acontecimiento más importante de mi vida.
¿Cuál es su primera imagen de Madrid?
Yo tengo una fotografía, no sé si es la que representa Madrid para mí, pero sí la primera. Con mi abuela y con mi madre. Una foto que representa a tres generaciones y la esperanza, porque yo era la esperanza de ellas.
¿Idealizaba desde antes la ciudad?
Por supuesto, era la capital. Siempre se tenía la mirada hacia arriba, hacia el Norte. La danza española estaba en Madrid. En Madrid estaban los grandes, los maestros. Era un idealizar algo que era muy real; todo eso existía. Era un reto.
El reto se superó con creces…
Se convirtió en mi día a día y en mi hogar.
¿Qué hay de ese dicho de que Madrid es la novena provincia de Andalucía?
Hay una verdad clara. En toda la zona de Madrid hay muchos andaluces, eso es una realidad. También hay una realidad romántica. Es que en Madrid se mira al sur. Encuentras a personas que por el hecho de ser andaluza genera simpatía y empatía. Eso lo he notado desde siempre. No había rechazo. Madrid es una ciudad acogedora. Cumple con esa leyenda urbana. Madrid te acoge. Yo lo digo alto y claro: Madrid está en mí. Está en una parte bonita de mi persona y por eso he hecho mi hogar.
¿Qué le ha aportado Madrid a nivel creativo?
Primero me ha abierto la posibilidad de estudiar con grandes maestros. Me abrió la posibilidad de acoger a mi compañía. Ahora se nos abre la posibilidad de la creación del Centro Coreográfico. Todo un reto profesional y personal que concluye y que da sentido a un proceso vital.
Pagés junto a su madre y su abuela frente a la Almudena
Si Madrid fuera un palo del flamenco, ¿cuál sería?
Chacón ya hablaba de los caracoles... Tiene cierto tono, pero Madrid es mucho más. Madrid es una fuente global del flamenco. Eso lo estamos promoviendo desde el Centro Coreográfico porque en Madrid pasa todo el flamenco.
¿Con qué color asocia Madrid?
Madrid abarca mucho más que su reducción a una sola cosa. Es una fuente de creatividad. Madrid da frutos, pare creadores. Todo eso es Madrid. Es como si quisiéramos reducir el flamenco a una única tonalidad o a un solo color. Es una diversidad en toda su amplitud.
¿Cómo ven Madrid desde fuera?
Creo que Madrid tiene una bonita imagen. Hice mi primera gira mundial con 16 años, fui a Japón, a la Unión Soviética… Se ve con mucha simpatía, como una ciudad que puede ser tu amiga.
¿Cuál es su lugar de Madrid?
Madrid es una ciudad de calle, una ciudad exterior, siempre te invita a salir y pasear. Siempre caemos en el Madrid de los Austrias, es donde reconoces que hay un Madrid hermoso, con luz; rico pero acogedor. Se está estupendamente por sus calles. Puedes ver un Madrid enorme por venir. También es una zona castiza, te encuentras con la Historia y la Literatura. Luego está ese Teatro Real, que es un referente. Desde la antigua Grecia se dice que una gran ciudad se mide por el teatro que tiene. Lo digo, sin embargo, con un poquito de pena porque en la sala grande del Teatro Real no entra siempre el flamenco. Parece que reducen el flamenco a una sala pequeña. Ésa es nuestra zona.
¿En todo el tiempo que lleva en Madrid, cómo ha visto la evolución de la ciudad?
Madrid ha crecido. Humanamente sí se conserva y eso es lo más importante para una ciudad. Es una ciudad que ha mantenido su humanidad. Los que hacen la ciudad son los seres humanos. Eso lo ha conservado. Puedes salir a dar un paseo y disfrutar de su luz. Y de su gente...
«Madrid es una ciudad que ha mantenido su humanidad»
¿Qué cambiaría de Madrid?
A los grandes amores no le ves los defectos. Pediría que se programase más danza en Madrid, en la sala grande del Teatro Real, equiparable a otros espectáculos como la ópera. Esto le daría a Madrid otra dimensión. Si pensamos que el flamenco se ha hecho internacional, lo ha sido porque ha estado presente en grandes teatros. ¿Por qué no se produce así en el Teatro Real? Podríamos ver el flamenco en toda su envergadura. Hay que darle la grandiosidad que hoy tiene. Darle la dimensión que merece. También programar más danza en general. Cuando la gente piensa en Madrid y en España sale la imagen del flamenco. Es algo que se da naturalmente en Madrid.
¿Qué echa de menos de Madrid cuando está fuera?
Es un compendio de cosas. Echo de menos mi casa. Por la luz, la temperatura; una chispa vital que tiene Madrid, la que le da su gente. La calle está viva, es la de todos. La comparten todos y la habitan todos. Eso no pasa en otros lugares.
«Madrid te da confianza»
¿Qué consejo le daría a un joven artista que viene a Madrid?
Que tenga fe en sí mismo. Que crea en lo que viene a hacer. Que nunca decaiga, porque hay oportunidades. Siempre la hay. Debo decir otra cosa: Madrid, cuando llegué, no me dio pudor ni miedo. Otras ciudades, en cambio, he visto ciudades más duras, incluso cuando he viajado de adulta. Cuando era adolescente iba sola por Madrid. Nunca me dio temor esta ciudad. Madrid te da confianza.
¿Qué hay de cierto en ese dicho de ‘Madrid me mata’?
A mí Madrid me da la vida.