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Crimen de Valdemoro: el descuartizador escondía una cuchilla cuando entraba en la cárcel

En prisión desde el domingo, el autodenominado «carnicero tatuador» está bajo el protocolo antisuicidio y se investiga si padece alguna enfermedad mental sin tratar

Leandro V., colombiano de 27 años, es el asesino confeso del crimen de Valdemoro ABC

S. L.

Después de asesinar a una amiga y trocear su cuerpo, el descuartizador de Valdemoro ingresó en la prisión de la localidad el pasado domingo. Ese mismo día, en su registro de entrada, el personal penitenciario le requisó una cuchilla que escondía en un doble fondo de la cartera.

Leandro V., colombiano de 27 años, intentaba así introducir en la cárcel una navaja de 6 centímetros , camuflada con una tarjeta de crédito. Por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 del municipio, el autoproclamado «carnicero tatuador» y asesino confeso de la víctima ingresó en prisión, comunicada y sin fianza, la madrugada del domingo. Dado su perfil psicológico está bajo el protocolo antisuicidio , es decir, está vigilado en todo momento.

Leo posa con una máscara de Belcebú

Leo también pasó por la enfermería. Se investiga si padece alguna enfermedad mental , como esquizofrenia, sin que se haya medicado, según apuntaban fuentes de su entorno. Sus obsesiones por todo lo diabólico , la macabra decoración de su vivienda (que había okupado hace 5 años) y sus siniestros mensajes en redes sociales eran indicios de unas oscuras aficiones que podían tornarse peligrosas. La víspera de su detención fue a cortarse el pelo y actuó con normalidad, mientras en su casa había restos humanos de la fallecida.

Varias versiones

Todavía se desconoce cómo Leo llevó a cabo el terrible crimen, que se descubrió el pasado jueves, y sobre el que se investigan las causas. La Guardia Civil halló la cabeza de la joven asesinada en unos matorrales y el tronco en la vivienda. Horas antes, los vecinos habían advertido la humareda y el olor nauseabundo que procedía de la casa del okupa tatuador. Él insistió en que se le había quemado la barbacoa ; trataba de carbonizar el cuerpo.

Al parecer, fue la expareja del descuartizador quien avisó a los agentes, después de que Leo le confesara lo sucedido y le pidiera ayuda para deshacerse del cadáver. Otro relato sostiene que fue un vecino quien vio al asesino tirar una bolsa de basura que goteaba sangre y dio la voz de alarma.

Sea como fuere, los agentes encontraron los restos de la fallecida repartidos por la vivienda, la barbacoa y la basura. No se ha confirmado que el asesino tuviese una relación sentimental con su víctima , hija de un guardia civil, si bien algunas fuentes aseguran que eran novios.

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