Arquitectos del Hospital de La Paz advierten que trasladarlo retrasaría años el proyecto

El proyecto de renovar totalmente La Paz partió de la ex presidenta Cristina Cifuentes. La idea era ir derribando edificios al tiempo que se levantaban otros nuevos en su lugar , trasladando temporalmente los servicios y sin detener, en ningún momento, la actividad en esta gran ciudad hospitalaria. Se convocó un concurso de arquitectura para elegir el proyecto que lo materializaría, y que contó con las aportaciones realizadas por más de 700 trabajadores del centro sanitario. Lo ganó, en noviembre de 2019, el Estudio Burgos y Garrido, el Estudio Mapa y el Estudio Cruz y Neila.

El director del equipo ganador, Ginés Garrido, no entiende la razón de plantear, más de un año después, la posibilidad de otra ubicación para el nuevo hospital. Se habla de cinco posibles ubicaciones en estudio, la más probable de las cuales le parece la zona norte de la prolongación de la Castellana, en el entorno de Tres Olivos . La complicación vendría, a su juicio, de que este es un suelo con muchos propietarios que necesitaría la creación de una junta de compensación para determinar las cargas y los beneficios, y sólo después se podría hacer el proyecto de reparcelación. Que deberá pasar los correspondientes trámites de aprobación por el Ayuntamiento.

A esto le seguiría la urbanización de la zona, lo que supone llevar las redes -electricidad, alcantarillado, etc-, algo que llevará «años» ya que se trata de dar servicio a un hospital donde trabajan miles de personas. Atendiendo a lo que señala el cronograma del Plan General de Ordenación Urbana, que recoge el contenido del Plan Especial para este área, la urbanización no finalizaría hasta pasados ocho años.

Otro elemento a tener en cuenta es que el proyecto de remodelación del Hospital de La Paz se refiere a una superficie de 320.000 metros cuadrados sobre rasante, y «en ningún sector de esa zona hay un aparovechamiento urbanístico así para uso dotacional», lo que obligaría a realizar una modificación del Plan Especial, «para la que tendrían que estar de acuerdo todos los propietarios», y del Plan de Urbanismo, que pasara la tramitación del Ayuntamiento y luego de la Comunidad de Madrid.

Tampoco entiende Garrido la utilidad de llevarse un centro hospitalario que es urbano, al que se puede llegar en transporte público y que se sitúa en uno de los ejes más representantivos de Madrid, el paseo de la Castellana , para trasladarlo «al borde de la ciudad, porque después de allí está el campo» . Recuerda que, según el mismo cronograma del Plan de Urbanismo, la construcción del Metro a la zona «no finalizaría hasta pasados 11 años».

Sospecha que puede haber una motivación política, como el deseo de desvincularse del proyecto que lideró en su día Cifuentes. Pero también contempla que se quiera reproducir el sistema de concesión, por el que una empresa construye y luego gestiona el centro, como se hizo con los siete hospitales construidos en la época de la presidencia de Esperanza Aguirre.

En todo caso, alerta que la opción de mover el proyecto de su actual ubicación supondría un retraso en las obras, que ahora se podrían iniciar de inmediato. Y si se quiere optar a fondos de recuperación de la Unión Europea, el proyecto que ganó el concurso y que él defiende podría conseguir una financiación de 330 millones de euros por lo construido hasta 2026, mientras que una alternativa en otro emplazamiento, dándose mucha prisa, «como mucho conseguiría 100 millones». En su conclusión, en Castellana Norte «el hospital se empezaría más tarde y con incertidumbre».

Desde la Consejería de Sanidad han señalado desde el primer momento que las cinco ubicaciones alternativas son sólo una posibilidad en estudio, aunque se mantiene prioritariamente el plan inicial.