Leire Díez se reunió con Cerdán en Ferraz durante los cinco días de reflexión de Sánchez

La compareciente continuó en su afán de enmarcar sus presuntas «labores de fontanería de partido» en una investigación periodística sobre las cloacas del Estado en la que trabaja «desde hace años» y que verá la luz en forma de libro a finales de este año.

Díez pasó algo más de tres horas tratando de convencer a sus señorías en la sala Clara Campoamor del Cámara Alta, de que no mantenía una relación «personal ni profesional» con el exnúmero tres del PSOE Santos Cerdán, a pesar de reconocer que en abril de 2024 - después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, publicara su primera carta a la ciudadanía- se reunió con este hasta en dos ocasiones en la sede socialista de la calle Ferraz para entregarle información que había recabado, de forma altruista según su versión, sobre casos de «las cloacas» que podrían ser de su interés. «Fue en la quinta planta», confirmó. Se entregaron unos audios, pero no especificó de quién ni sobre qué. Tampoco si esas grabaciones se obtuvieron ilegalmente. Sí confirmó que en esa reunión también estuvieron presentes el director de comunicación del PSOE, Ion Antolín, y Juanfran Serrano, mano derecha del entonces secretario de Organización socialista.

No le gusta que la llamen la 'fontanera', porque Díez se considera una adalid del Estado de derecho que quiere acabar con la «mala praxis» de «distintas instituciones» mediante una investigación por la que ya se ha interesado una editorial, según dijo ella misma. También aseguró tener en su poder ahora mismo dos millones de documentos y diez mil audios comprometedores sobre las cloacas que darán para una novela, «o dos», «o las que hagan falta», amenazó. «¿Qué libro requiere construir pruebas contra un agente de la Guardia Civil que investiga la corrupción del PSOE», le cuestionó el senador de Vox Ángel Gordillo. Para esto, no tenía respuesta. Díez fue cauta, tal y como se esperaba, respondió preguntas a la carta y se cuidó de contestar todo aquello que «está actualmente judicializado».

Se refería a los videos que destaparon el 'caso fontanera'. Unas grabaciones de una reunión que mantuvo la propia Díez junto al empresario Javier Pérez Dolset, entre otros, con Alejandro Hamlyn, otro empresario del petróleo imputado en una trama millonaria de hidrocarburos -actualmente fugado de la Justicia- al que ofreció tratos de favor con la Fiscalía a cambio de información comprometida del teniente coronel Antonio Balas, jefe del Departamento de Delincuencia Económica de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que investiga la trama Cerdán. Para esto, tampoco hubo respuesta. Lo que sí aseguró tajantemente es que «jamás» ha actuado bajo las órdenes de Ferraz para investigar a jueces, fiscales o políticos. Tampoco ha mantenido «jamás» una reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el que, insistía, no tiene relación alguna. Lo que ha hecho siempre es «periodismo».

De Leire Díez no se conocen ahora mismo publicaciones periodísticas en medios de comunicación. Sí se sabe que ha militado en el PSOE, del que se dio de baja voluntaria, durante más de una década, y que logró puestos de trabajo muy lucrativos en dos empresas públicas, Enusa y Correos, de las que fue cesada. Ahora, según explicaba ella misma, es «autónoma» y se dedica exclusivamente a investigar esas «malas praxis» a distintos niveles del Estado.

La «periodista», que saltó a la fama este año después de publicarse los audios de la mencionada reunión en la que pedía «la cabeza de Balas», protagonizó un vodevil en el sótano de un hotel de Madrid cuando, en un intento de defender su trabajo y desligarse del PSOE, Víctor de Aldama, el denominado «nexo corruptor» de la trama Koldo, irrumpió para llamarla mentirosa y terminar enzarzándose con Pérez Dolset.

El comisionista la acusó de mentir y de querer «acabar con él», pero ella insistió este lunes en que no conoce a Aldama, jamás ha estado con él, y no sabe «de lo que habla». De la misma forma que no conoce al fiscal de Anticorrupción Antonio Grinda, que denunció haber sido víctima de los trabajos de «una que se llama Leire», que le ofreció un destino en el extranjero y ayudarle a liberarse de una demanda pagando a la demandante el triple de lo que le pedía en un procedimiento judicial a cambio de información sobre su jefe, Alejandro Luzón, máximo responsable de Anticorrupción, así como el archivo de siete causas. Algo que Díez negó por completo, yendo un paso más allá. Anunció que más pronto que tarde, sin fecha concreta, denunciará ella misma al fiscal Grinda por interponer este «una denuncia falsa» contra ella, algo que en ningún caso se produjo. «Yo no he compartido espacio tiempo con él, no lo conozco, esa reunión nunca se produjo». «Ya basta de mentiras», sentenció.