La investidura fallida en Murcia abre un cisma entre PP y Vox

El tímido saludo del pasado viernes entre el candidato popular y José Ángel Antelo, líder autonómico de Vox, que no se ha producido este lunes antes de la sesión definitiva, es una muestra de esa frialdad entre las dos formaciones de la derecha y anticipaba lo que ha pasado poco después durante la segunda votación de investidura, que también ha resultado fallida para López Miras, que solo ha recibido los votos favorables de su partido. Lo esperado.

Era un secreto a voces después de que no hubiera acuerdo durante el fin de semana. En realidad, no hubo ni una reunión. Ni siquiera se sentaron en una mesa Vox y PP porque, según fuentes populares, los de Antelo declinaron hacerlo si no se hablaba de reparto de consejerías en el Gobierno regional. «Solo quieren sillones».

La llamada del equipo de López Miras llegó el domingo, pero apenas duró unos minutos. Los que tardaron los responsables de Vox en agradecer el contacto y declinar la cita si, además de un acuerdo programático, no iba a tratarse también el reparto de consejerías, como ocurrió en la Comunidad Valenciana y Extremadura. En el PP insisten en el modelo de Baleares, donde Vox facilitó la investidura de la popular Marga Prohens con su abstención. Enrocados ambos en sus posiciones, la conversación finalizó sin novedad.

Horas después, los nueve diputados de Vox en la Asamblea han vuelto a votar en contra de la investidura de López Miras, como también lo han hecho los trece del PSOE y los dos de Podemos. Una decisión que abre un horizonte incierto en Murcia, que podría trasladarse a Aragón –donde todavía no hay acuerdo de gobierno entre ambos partidos– y al futuro Ejecutivo de España. Porque, como decía el propio López Miras en una entrevista en este periódico durante el fin de semana, «si Vox puede bloquear al PP en Murcia, también puede hacerlo en España».

Este lunes, solo sus compañeros de partido han apoyado al presidente en funciones, que deberá ahora decidir si explora más opciones para presentarse de nuevo ante la cámara en busca de su confianza antes de que expire el plazo de dos meses o si aboga por que se convoquen otras elecciones que ayuden a clarificar el panorama político.

Esta repetición electoral, que planeó con fuerza en Extremadura, significaría un nuevo escenario en la relación protagonizada entre el PP y Vox en los últimos años. Porque nunca antes se había producido un divorcio de tal calibre entre los dos partidos de la derecha que, como mucho, se habían mostrado distantes en la negociación puntual de alguna ley o de los presupuestos regionales o municipales, como ocurrió, por ejemplo, en Madrid hace algunos meses.

Este lunes, esa tensión se ha elevado siguiendo la escalada de los últimos días. Primero, López Miras ha acusado a Vox de haber «dejado de ser el muro contra el sanchismo para convertirse en su mejor apoyo» pensando más en las elecciones generales que en el porvenir de los murcianos. «Mantenemos una distancia infinita con el PSOE y no nos vamos a dejar chantajear ni confundir por el PP por un voto en contra de un gobierno que quiere que regalemos la representación que nos han dado», ha respondido Abascal, de forma premonitoria, en 'Espejo Público', de Antena 3.

El líder de Vox ha garantizado que su partido no está de «paripé» y que su posición tras el 23J será idéntica. Una postura que ha fijado este mediodía públicamente su portavoz en la Asamblea, que en su intervención final en el pleno ha entregado a López Miras un documento firmado en el que ponía sobre la mesa del PP una serie de medidas programáticas que coinciden con el ideario popular para la región y en el que exigía la Vicepresidencia del Gobierno murciano y dos consejerías para facilitar la investidura. «En la anterior legislatura, Ciudadanos, con solo seis diputados, tuvo la mitad de las consejerías, la Presidencia de la Asamblea y un senador autonómico», ha denunciado Antelo.

El PP les ha afeado que ni siquiera se hubieran preocupado de decir qué consejerías buscan asumir, «lo que explica que solo quieren sillones y les da igual el qué». Además, fuentes populares consultadas por ABC indican el trasfondo electoral del no a López Miras. «El no del PSOE buscaba obligar al PP a dar entrada a Vox en el Gobierno para después rasgarse las vestiduras de manera fingida con nuestra política de pactos. El no de Vox se basa en la búsqueda de conseguir cargos en el Ejecutivo regional, obviando las prioridades políticas que nos ofrecimos a valorar. Ambos blindan su interés electoral desprotegiendo el de los ciudadanos», apuntan estas fuentes, que no descartan una repetición electoral que, según ellos, castigaría la política «partidista» de Vox.

Precisamente, en Vox creen que si el PP no ha cerrado ya un acuerdo con ellos, como sucedió en Extremadura, es porque en la Región de Murcia no percibe el riesgo que sí había allí de que la izquierda gane los comicios en una hipotética repetición. Abascal ha subrayado este lunes que se comprometió con los murcianos a hacer valer sus votos y que nada le moverá de su palabra dada. «Eso no va a ocurrir», ha sentenciado rotundo.