Sánchez anuncia un nuevo buque para Navantia Ferrol a 25 días de las elecciones gallegas

Desde el gobierno gallego, comenzando por su presidente, Alfonso Rueda, ya se daba por descontado que Sánchez activaría la maquinaria de anuncios electoralistas para tratar de aupar a su partido en Galicia ante unos comicios en los que acude con frías perspectivas. Los sondeos los mantienen como tercera fuerza, de nuevo por detrás del BNG. Que el emplazamiento escogido sea Ferrol tampoco es banal, pues el PP recuperó esta plaza el pasado 28 de mayo.

Previamente, antes de su declaración ante los medios de comunicación -sin preguntas-, el jefe del Ejecutivo ha visitado las instalaciones de Navantia y ha mantenido sendas reuniones con directivos la compañía y el comité de empresa. Como ya es costumbre, ningún representante de la Xunta ha sido invitado al acto del presidente del Gobierno -de la misma forma que tampoco se cursó invitación al alcalde de Ferrol, el popular José Manuel Rey Varela-, como ya sucedió, también en Navantia, el pasado 16 de diciembre. Rueda se encuentra en Madrid, en Fitur, pero podría haber acudido la conselleira María Jesús Lorenzana, responsable de Industria. Pese a tratarse del enésimo agravio, ha generado el lógico malestar en el ejecutivo autonómico.

«Si es verdad, lo celebro muchísimo», ha valorado Rueda el anuncio, con toda la intención, pues ha recordado que no es la primera vez que Sánchez hace promesas, «incluso cuando no había período electoral», hasta a él en persona, y después «se ha quedado todo en nada». Y aunque sea a poco más de «tres semanas» de unas elecciones, ha apostillado. Su responsable de industria, desde Santiago, ha criticado que el Gobierno se dedique a «poner tiritas» en el astillero ferrolano, por más que la carga de trabajo que conllevará el nuevo buque sea una buena nueva. La Xunta, ha dicho Lorenzana, sigue demandando una «apuesta real» en Navantia, que pasa por «reforzar las infraestructuras», con un dique seco que albergue buques de mayor tamaño; además de adaptarse a «los nuevos proyectos que vienen de hidrógeno verde».

Rey Varela, priorizando el empujón económico y de empleo, dejó a un lado electoralismo del anuncio, y se felicitó por el cambio de opinión del Gobierno, tras años asegurando que no era viable un encargo de estas características. Eso sí, el alcalde de Ferrol demandó que la construcción del buque se acometa «cuanto antes»; una vez que se ha trasladado a la opinión pública.

Sánchez ha reivindicado que la noticia que ha dado este miércoles supone «redoblar la apuesta» de su Gobierno por el naval español y «muy singularmente» por el astillero ferrolano. El nuevo buque, ha detallado, supondrá tres millones de horas de trabajo y la creación de 1.800 empleos directos e indirectos; incluyendo plantilla de Navantia, industria auxiliar y otros suministradores. Implicará la participación de casi 300 empresas españolas, de las que unas 135 serán gallegas, ha glosado.

«Es un hito más en el camino emprendido por mi Gobierno en los últimos años» en el sector naval, ha presumido, para que vuelva a ser un «auténtico emblema de la industria española», «tras años de parón y retroceso, por las razones que fueran», ha dejado caer.

Sin mayor concreción, el presidente del Gobierno ha asegurado que la construcción se iniciará «con la máxima celeridad» gracias a que el diseño del buque se basa en otro ya existente y en servicio en la Armada, el Cantabria.

El discurso que ha acompañado a la noticia ha tenido dos ejes. Por un lado el de reivindicar que, con las medidas que impulsa su ejecutiva, se atiende la «necesidad imperiosa» de la reindustrialización del país, con el consiguiente impacto en empleo y cohesión territorial.

Como segundo eje, el apoyo del Gobierno a Galicia, puesto en la picota por la Xunta, que considera que la Comunidad es menospreciada mientras se mima a Cataluña, País Vasco y otros socios preferentes de Sánchez. Éste ha dicho desde Ferrol que el nuevo buque supone una «gran oportunidad» para la comarca y para toda Galicia, y que se suma a inversiones en el astillero, en los últimos años, por valor de 140 millones de euros, «que se dice pronto». Ahí ha aprovechado para recordar la fábrica digital de bloques, el centro de excelencia y, especialmente, las cinco fragatas F110 en las que ya se viene trabajando en las instalaciones ferrolanas; «una auténtica palanca de transformación y oportunidades», ha ensalzado.

Al hilo, ha querido destacar el «compromiso del Gobierno de España y Navantia con Galicia», en términos de reindustrialización, pero también más allá, en la creación de un «nuevo ecosistema digital»; defendiendo que las «cifras» -11% del empleo industrial gallego, 5% del PIB industrial de la provincia de La Coruña- «ilustran a la perfección la relevancia» de ese compromiso. El nuevo buque supone, ha abundado, «un paso más, un paso muy importante, y seguro que no va a ser el último». «Esto es empleo, es industria, es futuro», ha cerrado.

El propio presidente del Gobierno se ha encargado de recordar que es la tercera vez que visita las instalaciones de Navantia Ferrol, y que en esta ocasión ha podido hacerlo con más calma. En la segunda, el 16 de diciembre del 23, hizo una parada rápida a primera hora con María Jesús Montero, entonces vicepresidenta cuarta y ministra de Hacienda, y el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, para asistir al corte de la primera chapa de la fragata F-112, la segunda de la serie F-110 y al acto de inicio de construcción de la nueva fábrica digital de bloques.

No faltaron, en aquella ocasión, el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, y el presidente de la Diputación de La Coruña y secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso -que han repetido este miércoles-. A renglón seguido, tenían una cita en Santiago, donde Sánchez arropó a su candidato a presidir la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro -en unas elecciones que estaban a cinco días de ser anunciadas por Alfonso Rueda-, en un fin de semana de conferencia política, que sirvió para lanzar la candidatura del político lucense y perfilar el programa electoral. El PP criticó con profusión que Sánchez se sirviera, de nuevo, del Falcon para desplazarse a actos de partido con actos institucionales encajados ad hoc.

Besteiro, este miércoles, se ha apropiado de la paternidad del encargo del buque, recordando que ya dijo en su día que el corte de chapa no sería la última buena noticia para Navantia Ferrol. Se ha declarado «feliz de haber conseguido este compromiso del presidente del Gobierno», que atribuyó a «semanas de intenso trabajo» en las que se volcó en «conseguir más carga de trabajo». Como si se hubiera gestado durante arduas negociaciones.

Sánchez repetirá visita en breve a Galicia. Será este sábado, con Lugo como destino, en este caso para un acto del PSOE con el que volverá a arropar a Besteiro de cara al 18F. El secretario general socialista ya dejó dicho, en otro mitin en la Comunidad, meses atrás, que quiere darse el «gusto» de desbancar al PP donde más daño le haría a su líder, Alberto Núñez Feijóo, 14 años presidente de la Xunta en virtud de sus cuatro mayorías absolutas consecutivas.

Ya antes de que fueran convocados los comicios, en el PSOE gallego se esperaba una presencia intensa de Sánchez en precampaña y campaña, con sus correspondientes anuncios. No al nivel de la que se espera de Feijóo, pero sí con visitas frecuentes, secundadas por las de sus ministros.

El acto de Lugo lo ha avanzado la exalcaldesa de la ciudad, la también socialista Lara Méndez, quien dejó repentina y sorpresivamente el cargo para enrolarse como número dos por su provincia en las listas de su partido para el 18F.