Okupa una casa y llama a la policía para denunciar que el propietario lo está molestando al exigirle que se vaya

Esto último es lo que están viviendo ahora en céntrico edificio de la calle Venezuela de Vigo, donde la tensión no para de crecer por la presencia de un okupa. El joven, al que le estiman unos 30 años, hace varios meses se coló en un piso con inquilinos y se adueñó de la vivienda y, desde entonces, no ha hecho más que complicar la convivencia al resto de residentes del bloque.

Según recoge ahora La Voz de Galicia, el casero ha denunciado en varias ocasiones la situación «insostenible» que se vive desde que este hombre se empezó a alojar en el piso: «Le hace la vida imposible a toda la comunidad de vecinos, han presentado una reclamación y hace poco hubo una intervención policial porque un residente se quejó de los gritos», comentaba en declaraciones a este medio.

La situación acababa saltando por los aires cuando hasta tres patrullas de la Policía Nacional acudían este pasado sábado al piso después de recibir una llamada del propio okupa. Fue este quien pidió ayuda a los cuerpos de seguridad ante las amenazas del casero, que acudió esa misma mañana para pedirle que abandonase inmediatamente el inmueble y dejara de complicar la vida a sus vecinos.

Tras recibir esta alerta, los agentes de paisano acudieron entonces al portal afectado y, tras hablar con ambas partes, le comunicaron al dueño del piso que no podían intervenir. El casero abandonó entonces el edificio, no sin antes acusarle de montar un narcopiso y de «amargar la vida» a todos los vecinos del bloque.

«En este piso hay un chico que vende drogas, ha montado un narcopiso y es un okupa. Le dije 'te tienes que ir' y él llamó a la policía, les dijo que yo estaba molestando», aseguró entonces al citado medio.

El joven intruso entró hace meses y sin contrato de alquiler en el inmueble, que comparte con otros tres inquilinos «muy buenas personas», uno de ellos mayor y con un trasplante. Desde entonces, se aloja allí sin pagar ni un euro al dueño y, al margen del dinero que debe, ha amargado la vida de la comunidad de residentes.

El casero de la vivienda okupada ha denunciado que este hombre ha convertido el inmueble en un narcopiso, donde se mueve mucha droga y se han vivido situaciones complicadas. La última, hace unos días, cuando unos delincuentes acudieron al narcopiso a cobrarle al okupa una deuda por las malas.

«Le pusieron unas bridas al joven, que se dedica al menudeo, porque les debía dinero, creyó que lo iban a matar o secuestrar», explican. Los gritos de socorro alertaron a uno de los vecinos, que llamó a la policía para denunciar el ruido dentro de la vivienda contigua.

El casero también ha manifestado su enfado con los pocos esfuerzos de la policía de Vigo para frenar lo que está sucediendo en el edificio. Asegura que en la comisaría «tienen constancia de que en ese piso se trapichea».