la semana
La lenta agonía de Frankenstein
Un vodevil que recuerda en no pocas cosas a los estertores del bipartito. Las mismas actitudes y aptitudes de los mismos actores. Y probablemente el mismo final
Luis Ojea: una frívola e irresponsable complicidad
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Iniciar sesiónUno de los socios de la coalición de gobierno acusa al otro de «dar la espalda a todas las mujeres» y de «traicionar al feminismo». Los segundos denuncian que los primeros «mienten descaradamente» y están «fuera de la realidad». En cualquier caso, tirios y troyanos ... siguen compartiendo la mesa del Consejo de Ministros. A pesar de que unos retraten a los otros como traidores y cobardes y los otros consideren que los unos tienen un comportamiento «impresentable e irresponsable». En realidad, esta película ya la vimos en Galicia en los estertores del bipartito, entre 2008 y 2009. Entonces fue el concurso eólico lo que mostró las miserias de un matrimonio de conveniencia mal avenido y ahora es la ley del 'solo sí es sí' la que está exhibiendo la profunda brecha que fractura al bloque de izquierdas.
Lo ocurrido esta semana en el Congreso retrata perfectamente la situación. Martes, 7 de marzo. Se discutía la toma de consideración de la propuesta del PSOE para reformar una ley que ese partido y el resto del bloque de investidura habían aprobado en esa cámara el pasado mes de agosto. Una parte de ese bloque político —los socialistas—, impelido por la «alarma social» que está provocando lo que denominan «efectos indeseados» de la norma, promueve un «ajuste técnico» de la misma. La otra parte —Podemos, Esquerra, Bildu y el BNG— se opone convencida de que en realidad lo que se impulsa es una enmienda «al corazón» de la ley. Y en tan crítico momento, el presidente de ese bloque se borra. Ni siquiera se presenta al debate y votación.
Ese debate y esa votación retratan a la izquierda de este país. A todos. A los líderes del bloque Frankenstein y a los diputados que sostienen en el Congreso a esa coalición de gobierno. Entre ellos, los siempre sumisos parlamentarios socialistas gallegos. Que votaron a favor de la norma el pasado mes de agosto con la misma efusividad que ahora promueven su reforma. En realidad, nunca podrá reprochárseles que hayan mostrado criterio propio en materia alguna. Siempre han obedecido dócilmente las directrices de Ferraz. En los bandazos de su partido con ley del 'solo sí es sí' o en unos presupuestos que discriminan a Galicia. Sin el menor atisbo, en ninguno de los casos, de incomodidad con ese rol de palmeros que tienen atribuido.
Igual de cómodo que está el BNG en el papel de comparsa en el bloque de apoyos parlamentarios al gobierno Frankenstein. En este caso, siempre subordinando su posición en el Congreso a las estrategias que decidan Esquerra y Bildu. En Barcelona y San Sebastián decidieron votar no a la propuesta del PSOE y el Bloque votó no. No a tomar en consideración la reforma de una ley que ha provocado más de 700 rebajas de condena —medio ciento en Galicia— a delincuentes sexuales. Con críticas, sí, del diputado Néstor Rego al PSOE y a Podemos, pero sin dinamitar los puentes con la coalición. Como tampoco hicieron cuando se evidenció hace bastante tiempo que era papel mojado el acuerdo de investidura que firmaron con los socialistas. Acomodados en el papel de figurantes.
Tanto como lo está Yolanda Díaz en la farsa de que su nuevo proyecto político representa algo distinto a lo que ha significado Podemos. Tras semanas evitando posicionarse, a la hora de la verdad la vicepresidenta ha votado con su grupo parlamentario contra la otra parte del gobierno. Porque Sumar, al margen de patrañas mal hilvanadas, es esencialmente lo mismo que ha sido UP y antes fueron AGE o las Mareas en Galicia.
Todos —rupturistas, nacionalistas y socialistas— atrapados en su propio laberinto. Cómodo cada uno de ellos en su impostura mientras el bloque político conjunto que armaron se desmorona. La lenta agonía de Frankenstein. Un vodevil que recuerda en no pocas cosas a los estertores del bipartito. Las mismas actitudes y aptitudes de los mismos actores. Y probablemente el mismo final.
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