El juicio por el crimen de Samuel Luiz en La Coruña empezará el 13 de septiembre y durará un mes

Un día antes, se seleccionará a los miembros del jurado popular que decidirán el destino de los cinco jóvenes encausados por el crimen, que se enfrentan a penas que oscilan entre los 22 y los 27 años de cárcel. Y al día siguiente, se celebrará ya una primera sesión del juicio, dedicada a presentar y resolver cuestiones previas, según el guion elaborado por la Sección Primera de la Audiencia de La Coruña, y al que ha tenido acceso ABC.

Pero la parte nuclear del juicio no comenzará, si se respeta el plan previsto, hasta el siguiente lunes, 16 de septiembre. Ese día, declarará el primero de los acusados, Alejandro Míguez, y se espera que dé tiempo también a escuchar a cuatro testigos presenciales de la paliza que acabó con la vida de Samuel. Los otros cuatro procesados no declararán hasta el tramo final del juicio, una vez se haya practicado ya toda la prueba y se haya escuchado a la cincuentena de testigos citados, además de a los peritos, policías y forenses. Por tanto, Diego Montaña, Alejandro Freire, Kaio Amaral y Catherine Silva declararán ante el jurado popular el viernes 11 de octubre.

Lo más común es que los acusados sean interrogados al principio de los juicios, aunque cada vez es más habitual que las defensas soliciten relegarlo al tramo final de la vista, y que el tribunal lo acepte. Lo que es poco frecuente es lo que sucederá en este caso: uno de los investigados declarará al principio de la vista, y el resto lo harán al final. Será así por las solicitudes de sus respectivos abogados, que el tribunal, en un auto al que ha tenido acceso este diario, ha aceptado sin reparos.

Se espera que la vista oral concluya el 14 de octubre, con la presentación de los informes finales y las conclusiones. Ese día, los cinco acusados tendrán la opción de usar su derecho a la última palabra, antes de que el juicio quede visto para sentencia.

Otra de las decisiones que el tribunal ha adoptado en el mencionado auto es mantener en prisión preventiva a Diego Montaña, Alejandro Freire y Kaio Amaral. Los otros dos procesados, Alejandro Míguez y Catherine Silva, seguirán en libertad provisional. Por matar a Samuel se investigó a otros dos jóvenes más, pero fueron juzgados y condenados en un proceso al margen, porque entonces eran menores.

Los nueve ciudadanos que formarán el tribunal deberán calibrar los hechos que son objetos de acusación, y que ahora el tribunal en este último auto, con fecha de 5 de junio, guioniza en 87 puntos. Abarcan todo lo que ocurrió desde que a las 21.38 del 2 de julio Diego Montaña y su entonces novia, Catherine Silva, llegaron al pub Andén, hasta que, a las 6.50, Samuel murió en el hospital a consecuencia de la brutal paliza que recibió.

Lo que sucedió en medio, en síntesis, según la versión de las acusaciones, es que sobre las 2.46, Samuel, que no conocía de nada a quienes iban a ser sus presuntos asesinos, salió con una amiga del pub y se sentó en una bancada cerca del paseo marítimo. El joven inició una videollamada con otra amiga que esa noche no había salido, y Diego Montaña pensó que Samuel le estaba grabando con el teléfono. Por eso le insultó y empezó a agredirle, sumándose a la paliza el resto de los acusados. En cuanto al papel de Catherine Silva, las acusaciones no la señalan por golpearle, sino por maniobrar para que su amiga no pudiera defenderle.

Pero los miembros del jurado no solo deberán evaluar el relato de los hechos ordenados en esos 87 puntos, sino también pronunciarse sobre otras cuestiones. Por ejemplo, si Diego y Catherine actuaron contra Samuel movidos por «su animadversión hacia la orientación homosexual que le atribuyeron a la víctima», ya que esto supondría un agravante. Antes de atacar a Samuel «de forma sorpresiva», Diego Montaña le gritó: «¡Deja de grabar, a ver si te voy a matar, maricón!».

En cuanto a su novia, las acusaciones consideran que compartía con su pareja su animadversión hacia los homosexuales. Por eso, la fiscal sube para ellos la petición de pena hasta los 25 años de cárcel. En todo caso, la mayor pena reclamada es para Kaio Amaral, porque se le atribuye también el robo del móvil de la víctima. Para los otros dos, la pena se quedaría en 22 años por el asesinato.

El jurado deberá, además, determinar si cada uno de los cinco acusados intervino «propinando golpes» a Samuel y/o «impidiendo la defensa y huida» de la víctima. Y si tres de ellos tenían sus capacidades afectadas por el alcohol o drogas –posible atenuante–.