'Enciclopedia' de la verbena en las parroquias gallegas

Así lo explica, en conversación con ABC, el propio Sánchez-Fuarros. «Como estoy trabajando en un centro donde hay especialistas en arqueología y en patrimonio, se me ocurrió montar un proyecto que permitiese estudiar de qué forma las fiestas patronales han cambiado en Galicia en los últimos 30, 40 años, fijándonos en las infraestructuras materiales que las hacen posibles». La idea, explica, «es estudiar estos elementos arquitectónicos –los palcos y su entorno, los campos de fiestas– y ver cómo han ido cambiando»; y, con ellos, el propio formato de las verbenas y «la manera de vivirlo» de los vecinos .

La premisa del estudio es que existe una evolución en los tipos de palco pareja a la de la cultura comunitaria que les da cabida: «Esa es la hipótesis de partida». Para ilustrarlo, el experto recuerda que «alguna gente con la que ya hemos hablado nos contó que en los años 40, 50, e incluso 60 lo habitual era que los palcos se construyesen con madera y de un año para otro». Eran estructuras «más efímeras» que «surgían para la fiesta y después se desmontaban».

Años más tarde, ya entrados los 60 y durante la posterior década, «la música se electrifica y empieza a haber conjuntos más numerosos»; es entonces cuando surge la demanda de palcos más duraderos y empiezan a construirse techados y con bloques de hormigón. Teniendo en cuenta cambios como estos, el proyecto busca confirmar otras variables, como si el mismo tipo de infraestructura, o su ornamentación, varía de unas zonas a otras, o en función de la capacidad económica de las aldeas y sus habitantes.

Durante su primera etapa, de «inventariado», el estudio se propone localizar las parroquias que tienen, o tuvieron en el pasado, un palco para sus fiestas patronales. Y en esta encomienda se topó con «una dificultad», admite Sánchez-Fuarros: que, de las 3.771 parroquias gallegas, «casi» todas caen dentro de este saco. Por eso, su equipo ha optado por abordar el escenario desde otro enfoque: trabajar en colaboración con los vecinos. A través de una web (palcos.gal), cualquiera puede señalar la ubicación –antigua o no– de un escenario en su entorno local.

El objetivo es doble y propone, «también, que añadan una fotografía o cuenten alguna historia» sobre cómo surgieron, las fiestas que se celebraron en ellos o, si es el caso, cuándo y por qué se demolieron. Esto tiene relación directa con la segunda fase del estudio, en la que se «archivarán» estos relatos particulares en una base de datos.

Para la última fase «nos gustaría, con todo el material que recopilemos, (...) hacer algún tipo de acto de fin de proyecto», explica. El equipo se propone, de ser posible, «reactivar algún palco que esté en desuso» y reivindique que forma parte de un «patrimonio vivo». Pero también está prevista «una gran exposición» con materiales recogidos durante el trabajo «que también puede servir para reactivar los palcos», consdiera Sánchez-Fuarros; «quizás no in situ, pero sí en un contexto de museo», a través de fotografías, tanto antiguas como actuales, y grabaciones sonoras de las actuaciones que se hayan realizado en ellos.

Para el investigador, «una parte muy interesante de este trabajo es que, básicamente, cualquier persona con la que hables en Galicia tiene algún recuerdo de las fiestas [en su parroquia]. Tienen una importancia fundamental en las comunidades, ya sean grandes o pequeñas».