«Creemos que Adif no causó el accidente y no por eso somos insensibles, ni cínicos, ni mentirosos»

Sus palabras rememoraron ayer parte del informe suscrito por la Fiscalía, que de forma inesperada modificó sus conclusiones hace justo un mes al entender que no había pruebas suficientes para acusar por el siniestro en el que 80 personas perdieron la vida al responsable de seguridad en la vía en aquel momento, Andrés Cortabitarte. El cambio de parecer fue duramente criticado por las acusaciones, que no dudaron en hablar de «la jerarquización en la carrera fiscal» y en anotar, explícitamente, «una llamada corporativa de su jefe», en clara referencia a la Fiscalía General del Estado. Las críticas también llegaron de forma individualizada por parte de algunas víctimas, que desde los primeros compases de la instrucción afearon el trato que el administrador ferroviario les había dado. Ayer fue el día de enfrentar estos reproches y de hablar cara a cara a quienes sufrieron las consecuencias del accidente.

Para ellos, las víctimas directas y sus familias, reservó el letrado de Adif las últimas palabras de su informe. En un tono muy alejado del que marcó el resto de su intervención, Suárez reconoció los errores cometidos por el administrador al que defiende. «Podíamos haber hecho algo mejor, cuando preguntamos [a los afectados] todos respondieron que no se sintieron atendidos. Yo soy un funcionario con más de treinta años de carrera y lamento que la administración se muestre distante. Lo lamento porque las personas que la forman no son así. Y todas las personas de Adif también lo lamentan», manifestó al abogado al término de su discurso. Echando mano de varias reflexiones del escritor José Luis Borges, al que aludió en dos ocasiones, Suárez demostró pesar por que «una organización cuyo principal valor es el servicio público no mostrase la sensibilidad que requerían las circunstancias». También se confesó al aclarar que esta parte quiso estar presente en todas las sesiones del juicio por respeto y que «lo que oímos durante meses no lo olvidaremos». «En Adif creemos que Cortabitarte es inocente y que Adif no causó el accidente, y por eso no somos insensibles, ni cínicos, ni mentirosos. Nos gustaría que eso se entendiera. Querríamos que lo entendieran las víctimas, cuyo dolor no es comparable con nada», profundizó el letrado ante un tribunal en el que, llamativamente, no estuvo presente el fiscal Mario Piñeiro.

Aunque reacio a pedir perdón -«es difícil pedir perdón por algo de lo que uno no se siente responsable. Pero como decía Borges, el perdón es un acto ajeno»-, Suárez aseguró que el accidente de tren del que el próximo lunes se cumplen diez años «ha sido un antes y un después en el sector y la industria y las personas del sector sienten toda la solidaridad que se puede sentir hacia las víctimas». «Todos querrían haber podido realizar cualquier cosa» que evitase lo sucedido, trató de convencer.

Con los informes del Ministerio Público, de la defensas, de Adif y de Renfe ya expuestos, los últimos coletazos de este macroproceso corresponderán la próxima semana a las defensas de los dos inculpados: el maquinista Francisco José Garzón Amo y el exjefe de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte. En concreto, el 26 de julio (pasado el 24, día del aniversario), será el turno de los de las aseguradoras de Adif (Allianz) y Renfe (QBE) y el 27 de julio, los de las defensas de los acusados. El calendario judicial, que arrancó el pasado octubre, podrá modificarse si alguna de las jornadas se prolonga más o menos de lo previsto. De mantenerse como hasta ahora, el 27 de julio los acusados podrán hacer uso de su derecho a pronunciar la última palabra. Después, el juicio quedará visto para sentencia.