Los asesinos de Samuel Luiz lo mataron con «crueldad» y una «deshumanización extrema»
La Fiscalía pide penas de entre 22 y 27 años de cárcel para cinco jóvenes por el brutal crimen del enfermero coruñés el verano de 2021
El ministerio público concluye que la «reacción» contra la víctima de dos de los cinco acusados fue «mucho más violenta» por su orientación sexual
La confesión de un detenido a otro tras el crimen de Samuel: «Tengo un problema con los gais»
Uno de los detenidos por el crimen de Samuel, en una imagen de archivo de agosto de 2021
Cuando la madrugada del 3 de julio de 2021 en las inmediaciones del paseo marítimo de La Coruña, Diego M. se encaró con Samuel Luiz, a quien no conocía de antes, ya suponía que la víctima, a la que luego iban a agredir hasta matarle ... , era homosexual. Así lo interpretó Diego M., según la Fiscalía, «por las palabras, gestos, forma de vestir, tono de voz y apariencia física» del joven enfermero de 24 años. eso provocó que su «reacción» contra la víctima «mucho más violenta».
Esta es una de las principales conclusiones de la Fiscalía en su escrito de acusación previo al juicio por el crimen que el verano de 2021 conmocionó Galicia. La delegada en la Fiscalía de La Coruña para delitos de odio y discriminación reclama penas de entre 22 y 27 años de cárcel para cinco acusados por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento. Fue un ataque grupal con la intención deliberada «de aumentar innecesariamente el dolor y sufrimiento físico -de Samuel- para alcanzar el fin letal, reflejo de una crueldad y deshumanización extremas». Además, por lo que respecta a Diego M. y a su pareja, Kathy S., la fiscal les atribuye el agravante de discriminación por orientación sexual.
Los detalles del relato de los hechos de la Fiscalía sobre aquella noche son los siguientes. En torno a las 2.56 de la madrugada, Samuel y una amiga salieron del pub el Andén y caminaron hacia una bancada junto al paseo marítimo. Allí, con el teléfono móvil de su amiga, Samuel empezó una videollamada con una amiga en común que aquella noche no había salido.
Insultos homófobos
Al mismo lugar llegaron unos minutos después Diego M. y Kathy S., cuando allí solo estaban Samuel y su amiga. Diego M. se dirigió a este de forma agresiva, gritándole «deja de grabarnos». Samuel le explicó que simplemente estaban haciendo una videollamada con una amiga, pero Diego M. no entró en razón y fue entonces, como ya se ha dicho, que este reaccionó contra Samuel de una manera «mucho más violenta» por su «animadversión» hacia la orientación sexual de la víctima. Hasta llegar a gritarle, según sostiene la Fiscalía: «¡Deja de grabar, a ver si te voy a matar maricón!».
Diego M. se abalanzó de forma «sorpresiva y repentina» hacia Samuel «con ánimo de causarle la muerte». Le dio puñetazos y patadas, especialmente en la cabeza y en la cara, «sabedor de que podía ocasionarle la daños corporales gravísimos e incluso la muerte si persistía en el ataque». Al poco, Alejandro F., alias ‘Yumba’, amigo de Diego M., se sumó a la agresión. Entre los dos, y sin dejar de golpearle, tiraron a Samuel al suelo. Y Alejandro F. incluso utilizó contra la víctima la famosa técnica del ‘mataleón’: le atacó por la espalda, rodeándole el cuello con fuerza.
El papel de Kathy
La amiga de Samuel, la única persona que estaba con él cuando le atacaron, intentaba ayudarle y gritaba a los agresores que parasen. Pero Kathy S., que había estado allí desde el principio del ataque, y que escuchó la mencionada expresión homofóbica de su novio hacia Samuel, que ella «compartía plenamente», trató de asegurar que nadie socorriera a la víctima. Por eso, según la fiscal, Kathy S. «apartó y empujó» a la amiga de Samuel, tirándola al suelo mientras le gritaba: «¡Apártate, que tú no pintas nada!».
En cuestión de segundos, se sumó a la agresión un nutrido grupo de amigos y conocidos de Diego M., ‘Yumba’ y Kathy. Entre ellos estaban Kaio A. y Alejandro M., que también golpearon a Samuel sabiendo que así podían matarlo. Se unieron además dos menores, que, por su edad, ya fueron juzgados y condenados en una causa aparte. La Fiscalía considera que en ese «contexto brutal de violencia» Samuel no tenía opción alguna a defenderse.
«Recibió numerosos y continuos golpes en la cabeza, así como patadas y puñetazos por todo el cuerpo, incluso tirado en el suelo, encontrándose totalmente indefenso y desvalido debido al elevado número de personas que lo agredían y rodeaban y a la continuidad de los golpes», resume la fiscal del caso en un apartado de su escrito de acusación de cara a un juicio que todavía no tiene fecha.
Dos jóvenes senegaleses que pasaban por allí y que no conocían a ninguno -ni a los agresores ni a la víctima- trataron de socorrer a Samuel, pero fue imposible. Durante unos 150 metros, los tres -los dos senegaleses y Samuel, que a duras penas había podido reincorporarse- fueron perseguidos por el grupo de agresores, que «no cesaron de propinar golpes a Samuel por todo el cuerpo, sobre todo en la cabeza». En esa persecución, Diego M. gritaba «te voy a apuñalar, vas a morir», sin dejar de darle patadas y puñetazos. En ese trayecto, ninguno de los cinco -ni tampoco los dos menores ya condenados- se descolgó en momento alguno del grupo, sino que «con su presencia y aprobación durante todo el ataque contribuyeron a su trágica ejecución».
Más insultos homófobos
Samuel cayó al suelo desplomado e inconsciente en la confluencia de las calles Rubine y avenida de Buenos Aires, siendo rodeado por, al menos, los cinco acusados y los dos menores, «que no cesaron de golpearlo». Luego, se dispersaron en diferentes direcciones. Diego M. y Kathy S. se fueron al parque Europa y en ese trayecto, en una conversación con terceros, Diego M. dijo: «¡Quién le mandó al puto maricón meterse en eso, si era un puto maricón!».Samuel fue trasladado en ambulancia al Complejo Hospitalario Universitario de La Coruña, donde murió a las 6.50 horas.
Por todos estos hechos, la Fiscalía reclama una pena de 25 años de cárcel para Diego M. y para Kathy S., a los que atribuye el agravante de discriminación por la orientación sexual de la víctima. Para Alejandro F. y Alejandro M. pide 22 años de cárcel por el mismo delito. Y para Kaio A., la pena solicitada asciende a 27 años de prisión al sumarle al delito de asesinato otros cinco años de cárcel por el robo con violencia del teléfono de Samuel en un momento de la agresión.
La fiscal también recoge en su escrito de acusación las indemnizaciones que considera que los investigados deberían pagar como responsabilidad civil: 227.727 euros a los padres de Samuel por los perjuicios y el daño moral ocasionado por el asesinato de su hijo. También otros 35.557 euros a su hermana, por el mismo concepto. Diego M., Kaio A. y ‘Yumba’ permanecen en prisión preventiva desde su detención. Kathy S. y Alejandro M. siguen en libertad provisional.
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