El Museo de las Peregrinaciones revive con un relato para todos

Este renovado discurso —con el que el centro del Ministerio de Cultura pasa a manos de la Xunta— dará uso al antiguo Banco de España de la capital, donde tienen cabida el atuendo típico del caminante del siglo XVI y la indumentaria «quechua» tan característica de quien transita hoy por la ruta jacobea. De los prolijos fondos del museo, que mantendrá en su antiguo edificio servicios como biblioteca o talleres, se rescatan piezas nunca antes expuestas que construyen un paisaje vivo, emocional y riguroso que desde Oriente desemboca en un santuario cuyo origen continúa condicionando cuanto le rodea.

Bieito Pérez Outeriño , su director, guía a ABC por sus distintas plantas, con vistas privilegiadas a la Catedral desde el mirador y una futurible cafetería . El itinerario reflexiona sobre la peregrinación como « alegoría de la vida», incluso como un juego de la oca que también es camino tal y como se puede ver en la primera vitrina. Como referentes de la cristiandad junto a Jerusalén, Roma y Santiago se unen un óleo sobre tabla del siglo XVI, anónimo pero con aires leonardescos, en el que un joven luce las insignias de ambos lugares. La Santa Parentela , tabú para la Iglesia durante centurias, también se hace presente junto a otros iconos. Con la voluntad de que el museo sea «más ágora y menos templo» , se invita «a debatir desde un punto de vista científico» sobre aquello que la tradición hizo verdad.

El recorrido está salpicado de audiovisuales e interactivos realizados ex profeso para un nuevo museo que combinará su exposición permanente con otras temporales. Entre las muchas piezas sobre las que Pérez Outeriño se detiene están, por ejemplo, un sagrario en madera —originario de Triacastela— cubierto de vieras; una moneda del siglo XII que supone la primera representación de la «Traslatio» de los restos del Apóstol; la simbólica aldaba del viejo hospital de peregrinos de Melide; o un delicado e inusual códice del siglo XVI que representa con oro y acuarela a 28 mujeres del Camino .

Y así también una concha localizada en un enterramiento bajo la Catedral anterior a 1120 , reglas, bulas, casullas, mapas, un Santiago mata españoles (pues no todo eran «moros, turcos o indios») del XIX procedente de Latinoamérica o iconografía rusa como «justificación de la muerte por la santidad». También todo un repaso a los gremios y profesiones de Compostela en base a diversos hallazgos en excavaciones arqueológicas, en especial del castillo de Rocha Forte , símbolo del poder feudal del arzobispo. Y vestigios también los hay del santuario jacobeo, con la reconstrucción de un arco del claustro medieval. Un pasado más reciente se aprecia en una fotografía que certifica que en 1937 los restos del Apóstol salieron del templo en procesión.

En gallego, español e inglés, a 2,40 euros la entrada (pero también a mitad de precio o gratis en función de diferentes condiciones), el nuevo Museo permite incluso consultar una base de datos por año o nombre con peregrinos históricos. Y también los invidentes podrán «ver» varias piezas gracias a recreaciones para el tacto.