Vox diseña sus candidaturas de mayo con juristas, cargos del partido y sin fichajes estrella

Tras la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la presidencia del Partido Popular, y especialmente tras la mayoría absoluta de Juanma Moreno en las elecciones andaluzas, se abrió una luna de miel demoscópica para los populares que generó un efecto de descenso en paralelo para Vox. Eran malos tiempos para la formación presidida por Santiago Abascal.

La decepción de un resultado por debajo de las expectativas en Andalucía se agravó rápidamente por la marcha de Macarena Olona. Camuflada en su momento como una salida pactada y pacífica, pronto se empezó a visualizar como un agrio enfrentamiento entre ella y parte de la cúpula del partido.

El shock que se produjo internamente y la decepción con que se vivió esa marcha amenazaban con provocar consecuencias insospechadas. En un primer momento Abascal y su entorno temían el coste que un hipotético proyecto político alternativo abanderado por Olona podría suponer para Vox. Pero esos fantasmas no han tardado mucho en conjurarse. Los últimos movimientos de Olona se consideran «erráticos» y creen que la llama que su figura podía despertar en algunos sectores se empieza a apagar. Además, ella ya dejó claro que descartaba armar un proyecto de cara a las elecciones de mayo.

Pese a que en la experiencia de Podemos y Ciudadanos los fichajes rutilantes fueron una baza para armar sus estructuras directivas y territoriales, en esta ocasión Vox busca perfiles que en su mayoría tienen trayectoria en el partido. Los que tienen menor vinculación cuentan con una trayectoria profesional consolidada y se les vincula con el partido desde hace tiempo.

En los últimos días se han dado a conocer más de una decena de candidaturas para disputar alcaldías y presidencias regionales. Destaca por ejemplo la juez Irene Carvajal como candidata a la alcaldía de Valladolid. Otro de los nombres más destacados es el de Carlos Flores Juberías como candidato a la presidencia de la Generalitat Valenciana. Flores es catedrático de Derecho Constitucional de la Universitat de Valencia. Profesor de Derecho Constitucional desde 1989 es vocal de la Junta Electoral autonómica desde 2015.

En el día de ayer se conoció que Inés Cañizares, una de las diputadas más relevantes del grupo parlamentario en el Congreso, será la candidata a la alcaldía de Toledo. Esta economista sonaba también como candidata a la presidencia de la Junta de Castilla-La Mancha. Pero finalmente ese encargo recaerá en David Moreno Ramos, que en la actualidad es portavoz en el Ayuntamiento de Talavera de la Reina.

Por su parte, Alejandro Nolasco, que en la actualidad es concejal en Teruel será candidato a la presidencia del Gobierno de Aragón. Sonia Lalanda, abogada y que forma parte de Vox desde 2019, será la candidata a la alcaldía de Palencia. Juan Francisco Rojas será el candidato en el Ayuntamiento de Almería. Mientras que Beatriz Sánchez, ingeniera de Caminos que forma parte de Vox desde 2014 será la candidata para la alcaldía de Granada. Es concejal en el consistorio desde 2019. Cristina Coto será la candidata a la alcaldía de Oviedo, donde es actualmente concejal. Mientras que José Manuel Torres, que milita en Vox desde 2018, será candidato a la alcaldía de Pontevedra.

Así, la inmensa mayoría de ellos no llega de nuevas a Vox. En este sentido el calendario ha jugado a favor de Vox. Las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019 pillaron al partido en sus primeros compases como fuerza con ambición nacional. En aquel trance los que de verdad tenían que demostrar una buena disposición eran Podemos y Ciudadanos, a los que a su vez el precedente de 2015 les había llegado también pronto.

Pero ahora Abascal va a tener más de tres años desde su resultado en noviembre de 2019 hasta la cita de mayo. Con Ciudadanos asomándose a la desaparición y con Podemos e Izquierda Unida con acuerdos puntuales y sin el paraguas de Yolanda Díaz, Vox va camino de consolidarse como tercera fuerza política del país. Y ahora no solo por la presencia en el Congreso sino en la mayoría de ayuntamientos y cámaras regionales del país.

Comparándolo con el resultado de 2019 la lectura va a ser en el conjunto del país en clave de crecimiento, aunque en los lugares como Andalucía o la Comunidad de Madrid en los que ya ha habido dos elecciones desde 2018 se ha percibido una tendencia al estancamiento. No así en Castilla y León, donde en 2019 el partido no había terminado de echar raíces y lo hizo ya este año en la repetición electoral.