Macarena Olona: «Escucho que falta democracia interna y hay trato sin respeto dentro de Vox»

—¿Alguna vez imaginó que provocaría la primera gran crisis de Vox?

—Bueno, no creo que exista una crisis en Vox. A mí no me consta, así que no puedo considerar que he provocado una crisis.

—Pero ha colocado al partido en la encrucijada de permitir su vuelta o cerrarle la puerta.

—Se están anticipando unos pasos que todavía no he dado en el camino que estoy recorriendo. Lo primero que se tiene que producir es esa conversación entre Santiago y yo. Esa conversación de tú a tú en la que desde luego tendremos que ver si podemos seguir caminando juntos, por Andalucía y por España.

—¿No debería haber anunciado a Abascal que quería volver a la política antes de hacerlo por Twitter?

—Es que yo no he anunciado nada. No he anunciado los siguientes pasos en el camino. No concibo que de ese encuentro (con Santiago Abascal) no salgamos caminando juntos por Andalucía y por España. Es que no lo concibo y no concibo qué razones se podrían esgrimir en buena lógica para no seguir de la mano.

—¿Qué papel le gustaría desarrollar si volviera a esa primera línea?

—Si se produjese esa vuelta no concibo una forma distinta a que Andalucía no se sienta traicionada. ¿Cuál será esa fórmula? Es algo que se tendría que concretar. La más evidente sería retomar el Parlamento andaluz, pero eso es imposible legalmente.

—Dicen que ya ha transmitido a Abascal, por una tercera persona, que su deseo sería ser candidata a la alcaldía de Granada. ¿ Es cierto?

—No. Estoy analizando. Desde la distancia y desde la absoluta calma que me da el saber que mi camino tiene un rumbo muy fijo y que tengo ya una decisión absolutamente tomada. Pero por respeto a Santi, será Santi quien la conozca de primera mano. No puedo negar que se puede interpretar que estoy lanzando la posibilidad de volver a primera línea política. Y podría hablarte del linchamiento que se produce cuando yo anuncio que pido la reunión. Imagínate si yo hubiera tenido cáncer, si los peores diagnósticos se hubieran cumplido. ¿Cuál sería el relato sobre mí en este momento? Pues resulta que no es cáncer, que es un problema relacionado con tiroides. ¿A qué se debe este linchamiento? ¿Tengo que pensar que algunos vieron la enfermedad como una oportunidad extraordinaria para sacarme de primera línea, de escena?. ¿Y que ahora, cuando hay una posible vuelta, hay que poner en marcha la trituradora de carne?.

—Todos los males empezaron por Andalucía... 

—Molestó y mucho mi propósito de recorrerla entera con una calma, con una dedicación que no pude tener como candidata paracaidista que en apenas dos semanas de campaña tenía que hacer algo que yo creo que era una empresa imposible de ejecutar. Y bueno, sí que puedo decir que hice lo que pude y dí lo mejor de mí misma. Con 15.000 kilómetros recorridos. Pero Andalucía es muy grande en todos los aspectos. Ese fue mi propósito anunciado. Y eso sí que puedo certificar que generó profundas molestias internas.

—Se ha hablado mucho de los errores que hubo en esa campaña. En Vox hay quien dice que desobedeció órdenes directas de Abascal e hizo oídos sordos a dirigentes que creían que no debía vestirse tan asiduamente de flamenca. ¿Es verdad?

—Mi lealtad hacia los españoles incluye mi silencio sobre cuestiones internas de Vox y lo único que tengo que decir es que creo que algunos se están equivocando mucho, rompiendo la unidad que caracterizaba a Vox frente a otras formaciones políticas. Mintiendo como es mentira lo que me acabas de trasladar, que me consta que es cierto y sé de dónde viene la puñalada interna. Lo único que puedo decir, no a esas personas sino a los españoles y especialmente a los votantes de Vox, es que estoy pensando en ellos y en el proyecto que es España, para el que ahora mismo solamente Vox representa un instrumento válido, cuando no entro a contestar y demostrar con pruebas muy concretas que esas informaciones son falsas.

—Cuenta que ha encontrado personas que se fueron de Vox, ¿qué le dicen?

— La verdad es que estoy teniendo la oportunidad de conocer a gente extraordinaria. A derecha y a izquierda. En cuanto a personas que estarían o que habrían estado en Vox y que por desavenencias, por circunstancias y a lo largo de toda España, ya no están en el proyecto, escucho siempre las mismas palabras: falta de democracia interna, y el tratamiento, cuando se eleva la voz, por parte de la organización del partido... no se considera que se trate con respeto. Soy muy consciente de que el puesto más complicado en un partido, sin lugar a dudas, es el de secretario general. Pero para ser alternativa un partido nunca puede ser excluyente. Hemos visto ejemplos en partidos más mayores de a qué lleva la exclusión. No es algo que los votantes entiendan. No entienden que se antepongan los egos personales a la finalidad del proyecto. Necesitamos unidad y necesitamos todas las manos posibles para luchar. Manos que luchen y que estén dispuestas a arremangarse no sobran.

—¿Es posible volver a integrar a esas personas que se fueron de nuevo en Vox?

—Hay que mirar hacia delante y se puede hacer. No pierdo la esperanza de poder aglutinar a todas esas personas que se han desencontrado por razones ajenas a su amor a España. No pierdo la esperanza de que puedan volver a encontrarse en el proyecto que hoy representa sus ideales, aunque sea porque no hay una alternativa actualmente distinta a Vox que los defienda. Y a eso, desde luego, yo aspiro en este camino.

—¿Ese camino podría pasar por aglutinar a todos ellos en un nuevo proyecto?.

—Te contesto sinceramente. No, no cabe. No concibo que en esa conversación tranquila de tú a tú, cara a cara entre Santi y yo, no haya un resultado distinto a que caminemos juntos. No lo concibo.

—Los pasos que dio después de su retirada, el Camino de Santiago, las intervenciones, conferencias... se vieron como un intento de plantear un pulso, o forzar una llamada de Abascal para que regresara. ¿Existía esa intención?

—Santi, que es quien me importa, tiene muy claro que yo no le echo ningún pulso, porque si además quise echarle un pulso, mi forma de actuar sería muy distinta. Estoy pensando únicamente en España. Tengo mucho que devolver porque he recibido y estoy recibiendo mucho amor, incluso en este momento en el que se ha activado la maquinaria de triturar carne. A mí no me están soltando la mano los españoles y soy de las personas que cuanto más le dan, más da. Por eso yo me iré a casa el día que los españoles así lo decidan.