operaciones 'irbis' en afganistán
Defensa trajo a España a varios afganos sin detectar su vínculo con el yihadismo
La alerta sobre los sospechosos, entre los que hay una mujer, la dieron los servicios de inteligencia de la zona
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Robles reanuda en secreto las extracciones de afganos

Las operaciones 'Irbis', como denomina el Ministerio de Defensa a las extracciones de contingentes formados por afganos supuestamente relacionados con nuestras tropas allí y sus familias, se han hecho en unas condiciones de seguridad que dejan bastante que desear, según expertos en ... seguridad del Estado consultados. El principal problema ha sido la imposibilidad de identificar, con un grado de certeza suficiente, a las personas que se ha traído a España, lo que era un riesgo porque alguno podía tener relaciones con el terrorismo yihadista.
Lo que al principio era un riesgo teórico se convirtió con el paso del tiempo en preocupante realidad en la segunda operación 'Irbis', cuando se produjo la extracción de un contingente que, curiosamente, no incluía a nadie que hubiera tenido relación directa o indirecta con nuestras tropas. Se trataba de personas elegidas por el Ministerio de Defensa sin que se conozca con qué criterios, aunque algunas fuentes las sitúan en el ámbito político. Como en la primera ocasión, se pagaron en torno a 100.000 euros a los señores de la guerra afganos para que permitieran la salida de sus compatriotas por la frontera de Pakistán.
Personal de la Embajada de España en ese país y elementos de la inteligencia que operan en la zona se desplazaron a la frontera para identificar a los recién llegados. Solo se tenía su nombre, que figuraba en una lista enviada por el Mando de Operaciones que había sido presuntamente confeccionada por Exteriores y enviada a Defensa, pero prácticamente nada más –por supuesto, las documentaciones de cierta fiabilidad brillaban por su ausencia– por lo que era imposible hacer una verificación eficaz.
Tras esa somera identificación se les trasladó en autobús hasta la capital, Islamabad, donde les esperaba un avión del Ejército de Aire español. A bordo de ese aparato llegaron a la base de Torrejón, en Madrid, donde les aguardaban agentes de Extranjería para cumplimentar los correspondientes trámites de documentación.
Desde la Jefatura del Estado Mayor de la Defensa ya se advirtió a sus responsables políticos en su momento de estas circunstancias y sus implicaciones, pero a pesar de los riesgos evidentes estos ordenaron seguir adelante con la extracción. Ni siquiera les hizo cambiar de opinión el hecho de que se trataba de un asunto que no sólo concernía a España, ya que desde que pusieran pie en territorio nacional los afganos podían moverse libremente por espacio Schengen, que de esta forma también quedaban afectados por esta grieta seguridad. Algún medio de comunicación también se hizo eco en su día de esos problemas con las identificaciones.
Con el primer contingente que se extrajo, en julio de 2022, no ha habido incidencias y a nadie de los que formaban parte de él se le han encontrado relaciones con el terrorismo internacional. La sorpresa saltó con el segundo, que llegó en agosto de ese mismo año y que como informó ayer ABC estaba formado por personas que nunca habían trabajado para las tropas españolas, ni directa ni indirectamente, a pesar de lo cual Defensa ordenó traerles a territorio nacional.
Según fuentes de Defensa de la máxima solvencia, fueron los servicios de Inteligencia de la zona los que alertaron a España de que varias personas incluidas en ese grupo, entre ellas una mujer, eran sospechosas de tener relación con grupos yihadistas, lo que lógicamente los convertían en una amenaza para nosotros y el resto de países del espacio Schengen.
Personas de interés
Esta información se trasladó de inmediato a las más altas instancias de Defensa para que actuasen en consecuencia. Se sabe que al menos la mujer, como muchos otros compatriotas, se había trasladado ya a vivir a un país del centro de Europa, mientras que el resto estaría en territorio nacional, alguno sin localizar. Todos han pasado a formar parte de las 'personas de interés' para las Fuerzas de Seguridad.
Algunas versiones a las que ha tenido acceso ABC precisan que ya tras la primera operación 'Irbis' el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante Teodoro Esteban López Calderón, alertó a la ministra Robles de que no se tenía control sobre la gente que se estaba metiendo en territorio nacional, entre otras razones porque la mitad de los que venían nunca habían trabajado para España y eran familiares, algunos bastante lejanos, de los que sí lo habían hecho.
Con la segunda de las extracciones, como ya se ha señalado, la situación fue aún más extraña porque ninguno de los miembros del contingente había tenido relación alguna con nuestras tropas. El Jemad asumió también su planificación y ejecución, pero se debieron producir discrepancias importantes en el seno del ministerio porque en la tercera ya no se emplearon medios militares, al margen de la actividad en materia de identificaciones a través de agentes de la inteligencia que operan en la zona.
La tercera operación 'Irbis' aún está abierta, pues quedan por salir varios grupos. Esta extracción, de la que de momento se han beneficiado unas 40 personas, según Exteriores, pasó por varios problemas –se tardó cuatro meses en sacar al contingente–, porque los permisos caducaron y renovarlos costó más de 3.000 dólares por persona, 'multa' que se pagó a través de personal de Inteligencia desplegado en Irán. Asimismo fue necesario hacer pagos a las autoridades iraníes, según las fuentes.
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