Mercadona aclara la diferencia entre el pollo certificado y el convencional: «Le da un color característico»
La cadena de distribución valenciana desvela las peculiaridades de los múltiples productos frescos que vende en sus supermercados
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Algunos clientes de Mercadona todavía se preguntan cuál es la diferencia entre el pollo convencional y el certificado que se vende en los más de 1.600 supermercados que tiene repartidos por toda España. La cadena de distribución de origen valenciano ha explicado ... los principales motivos que los distingue y así poder saber las características de cada uno.
Según ha concretado Mercadona en su apartado web de Atención al Cliente, el pollo certificado, el que tiene un color característico más amarillento, proviene de una raza de crecimiento lento, es decir, que para alcanzar el peso de sacrificio deben transcurrir mínimo 56 días.
En cambio, el pollo convencional tan sólo requiere de 45 días, once menos que el certificado. Asimismo, existen otras razones para diferencias los pollos vende Mercadona. El certificado, además, es una raza que por sus características tiene más sabor.
El certificado que ofrece Mercadona a este producto fresco hace referencia a la garantía de la raza, la densidad en granja (mayor espacio por animal) y la alimentación. De hecho, se nutren con pienso 100% vegetal y con un mínimo de 50% de maíz, un elemento que es el que le proporciona la coloración característica amarilla gracias a la absorción de pigmentos naturales.
Por qué es amarillo el pollo certificado de Mercadona
Entre el amplio surtido de pollo certificado que oferta Mercadona, tanto en sus tiendas como en su página web, se pueden encontrar cuartos traseros, contramuslos, filetes de pechuga, pollos enteros, hamburguesas, alitas, solomillos y carcasas.
¿Se puede congelar la carne de Mercadona?
En cuanto a la duda de si la carne fresca se puede congelar, la marca valenciana asegura que sí es posible en la misma bandeja, al ser apta para conservar productos de alimentación. Asimismo, recomienda congelar fuera de las bandejas con materiales específicos como bolsas de congelación o envases destinados a este fin, siempre dentro de su vida útil y consumirse en un máximo de 24 horas una vez descongelado.
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