Mazón y Page se alían para eliminar las fronteras sanitarias entre sus regiones en plena 'guerra' del agua

El acuerdo, que se sellará en Requena, pretende eliminar límites burocráticos en asistencia especializada de primer y segundo nivel, así como farmacia hospitalaria o atención de emergencias, entre otros.

En la práctica, permitirá a los pacientes ser atendidos en el servicio de Urgencias más cercano y tener como hospital de referencia el centro que quede más próximo a su domicilio, aunque se ubique en otra región.

De este modo, los residentes en cinco municipios del Valle de Ayora podrán tener como referencia el Hospital de Almansa, mientras los vecinos de 22 localidades de la provincia de Cuenca podrán ser asistidos en el Hospital de Requena.

En un comunicado, Carlos Mazón ha explicado que con esta medida «se contribuye a una mayor cohesión social entre ambas regiones de manera que se utilicen los recursos sanitarios de la forma más eficiente y eficaz para mejorar el servicio a los ciudadanos».

A través de este convenio -que se abrió a extender a Murcia o Cataluña, otras dos comunidades limítrofes con la Comunidad Valenciana- se «garantiza el derecho a la protección de la salud de todos los ciudadanos de ambas comunidades con independencia de su lugar de residencia o de donde se demanden las prestaciones de la asistencia sanitaria».

La medida fue anunciada pocos días después de la llamada «conjura de Fitur», una reunión improvisada que ambos dirigentes mantuvieron en la feria del turismo con sus homólogos de Andalucía y la Región de Murcia, Juanma Moreno Bonilla y Fernando López Miras, del PP. En este encuentro en los pasillos de Ifema, todos ellos apostaron por reclamar -sin éxito- al Gobierno de Pedro Sánchez un fondo de nivelación ante la infrafinanciación que padecen las autonomías que gestionan.

Mazón y García-Page, único barón socialista que gobierna con mayoría absoluta y conocido por los polémicos choques con algunas decisiones de su partido, también han protagonizado sonoros desencuentros a cuenta de sus posturas enfrentadas respecto al trasvase Tajo-Segura.

Mientras el Ejecutivo valenciano carga contra los recortes que se vienen produciendo en los últimos tiempos, el castellanomanchego ha defendido el cumplimiento de los caudales ecológicos fijados y ha llegado a amenazar con no realizar más aportaciones hasta que no se consuma todo el agua proveniente de desaladoras.

La Generalitat va de la mano de Andalucía, Murcia o la Comunidad de Madrid en la presentación de alegaciones ante el Ministerio para la Transición Ecológica sobre las normas de explotación del trasvase, lo que provocó las críticas de Page, especialmente contra la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.