Dr. Gonzalo Pin: «Tenemos que preocuparnos del sueño durante el día»

Por ello, es necesario que comprendan que el sueño tiene un proceso madurativo y se comporta de diferentes maneras a largo de estos años. El problema es que las expectativas de los padres sobre cómo debe ser el sueño de sus hijos no se corresponde con ese desarrollo madurativo. En ese sentido, es necesario que los padres se adapten a los ritmos de sus hijos y no esperar que sea a la inversa».

El Dr. Pin insistió en que las familias pueden hacer mucho a lo largo del día, y no solo por la noche, para que sus hijos tengan un sueño reparador. Es importante conocer qué elementos externos al niño favorecen su sueño y cómo los padres pueden tenerlos en cuenta. «Para que el niño duerma bien es preciso poner en marcha el patrón del sueño que es como un puzle de cuatro piezas: afectividad, confianza, certeza de su entorno y unas condiciones ambientales favorables».

El sueño está muy relacionado con el sistema emocional del niño, por eso exige crear un ambiente tranquilo que le ofrezca seguridad. «Unos padres estresados pueden generar mucha incertidumbre en sus hijos y provocarles un déficit de sueño. Para cuidar, cuidarnos», asegura el Dr. Pin. Es decir, «los padres debemos disminuir los niveles de ansiedad si queremos que nuestros hijos tengan un proceso de maduración del sueño adecuado a su edad».

La respuesta a esta pregunta recurrente entre las familias con hijos pequeños tiene una respuesta muy precisa por parte del Dr. Pin: «Desde la mañana». Para tener un sueño conciliador los padres deben preocuparse de lo que ocurre a lo largo del día y si encuentran problemas por la noche deben reflexionar sobre cómo han actuado el resto de la jornada. «Si el niño se levanta y desayuna bien en una habitación con mucha luz, va a desarrollar mucha serotonina, una sustancia química fundamental para que por la noche se convierta en melatonina y el sueño llegue con mayor facilidad. A más serotonina, mejor se comporta un niño, mejor habilidad social adquiere, más aprende y mejor duerme».

La luz ambiental es muy importante para que los niños vayan asociando los colores matinales y vespertinos con su actividad física. Por eso, el Dr. Pin aconsejó que «se debe tener en cuenta el tipo de luz que tenemos en casa por la mañana y por la noche». Así mismo, el doctor recordó que es muy importante saber a qué hora y qué cenan, cuándo hacen deporte o cómo jugamos con ellos antes de dormir, porque en función de esas rutinas el sueño puede verse alterado. «Es necesario que el niño vaya sintiendo una desactivación de la rutina diurna para comenzar a activarse con la rutina nocturna, primero fuera del dormitorio y luego en el dormitorio. Cuando todo va bien, en cuarenta minutos el niño debería dormirse».

«Lo que el niño haga de cero a dos años le va a condicionar su desarrollo cognitivo el resto de su vida», asegura Gonzalo Pin. Por eso, es muy importante que todo lo que ocurra a su alrededor funcione muy bien. En ese sentido, las pantallas inciden mucho en la conciliación del sueño y no solo eso, «sabemos que en función de las horas que un niño de 12 meses le dedique a las pantallas, se producen unas alteraciones en la conexión entre neuronas que provocan que su sueño sea de menor calidad y, además, a los nueve años se manifiesta una menor capacidad de aprendizaje, más problemas de conducta, tal como ha quedado demostrado en un estudio recientemente publicado por la Associations Between Infant Screen Use, Electroencephalography Makers and Cognitive Outcomes». Por último, en palabras del Dr. Pin, es imprescindible que los niños pasen tiempo al aire libre.