Enfermo del corazón y encarcelado por los rusos a sus 74 años en Ucrania: «Si el Gobierno español no actúa se muere»

Su situación en la prisión de Simferópol es realmente preocupante. Según relatan algunos presos con los que han podido contactar sus allegados en Ucrania, Mario -como le conocen cariñosamente allí- ha adelgazado mucho y se encuentra «muy débil» debido a sus problemas de corazón. «A sus 74 años, no está en condiciones de aguantar en la cárcel mucho más tiempo», explicaba a ABC su amiga Olena, quien intentó sin éxito llevar el caso a un Juzgado europeo de Derechos Humanos e incluso hasta el Vaticano.

«Está en muy mal estado o el Gobierno español hace algo o se muere», señala Santisteban a este periódico. Su fiel amigo y el resto de su familia mantienen contacto periódico con el Ministerio de Asuntos Exteriores y la Embajada de España en Ucrania, quienes «siguen con preocupación el caso y cuántas noticias puedan recibirse acerca del eventual paradero de Mariano».

Su entorno pide al Ejecutivo español que abra una nueva comunicación con el Gobierno que preside Volodímir Zelenski para que incluya al jubilado nacido en la localidad valenciana de Carlet en un futuro intercambio de presos con el Kremlin. No obstante, el embajador Javier Fuentes recomendó hace un par de semanas a la familia que exploraran la vía de contactar con una ONG ucraniana para acelerar la el trueque de presidiarios. Otra opción que manejan los amigos de Mario pasa por que Turquía solicite el canje, pero insisten en que es necesario que España incremente sus esfuerzos diplomáticos.

Por su parte, el Gobierno liderado por Vladímir Putin no ha demostrado ningún interés durante estos meses en acometer la liberación del exfuncionario español, ni siquiera reconoce oficialmente tenerlo apresado. Fue el 19 de marzo del año pasado cuando durante una manifestación contra la invasión rusa fue detenido y trasladado a una cárcel, antes de llegar a un segundo centro penitenciario donde se encuentra actualmente.

Para el Kremlin, Mariano es un «combatiente extranjero peligroso engañado por la propaganda ucraniana y occidental», debido a que durante su estancia en Ucrania ha colaborado con su ejército y ha posado en diferentes ocasiones con armas. No obstante, su amiga Olena defiende que «nunca ha actuado como mercenario ni soldado, sino que siempre fue y será un voluntario».

Desde su llegada a Ucrania en 2014, este valenciano de 74 años dedicó su vida a la tarea humanitaria entregando a diferentes ONG tanto alimentos como medicación y ropa en zonas de conflicto. Gracias a esta labor fue considerado como «un héroe español» y recibió la medalla de honor de la ciudad de Jersón.

En una conversación con ABC, Mariano prometió «ayudar hasta la muerte» al pueblo ucraniano, a pesar de que su familia le pidió en varias ocasiones que regresara a Valencia tras el estadillo de la guerra. Su respuesta fue la siguiente: «El papá sabe cuidarse y no va a volver». «Me dijeron que me matarían por apoyar a Ucrania, pero me dio igual, yo quería ayudar al pueblo que acogió a más de 3.600 niños después de la Guerra Civil Española», relató.