Carlos Mazón, candidato del PP, aspira a recuperar la Generalitat ocho años después frente al aspirante socialista Ximo Puig. De ellos dos saldrá el próximo presidente de la Comunidad Valenciana. Sin embargo, ante la ausencia de mayorías absolutas, tanto los populares como el PSPV-PSOE necesitarán de pacto postelectorales.
Ximo Puig depende del resultado de Compromís y de Podemos (que en la recta final de campaña está recibiendo el respaldo de Yolanda Díaz y Pablo Iglesias) para sumar los cincuenta escaños necesario para revalidar por tercera vez su mandato como presidente de la Generalitat. Los socialistas han evitado durante la campaña la confrontación con sus socios habituales. Por contra, Podemos, con su candidato, Héctor Illueca, ha elevado el tono en busca de pescar en el electorado a la izquierda del PSPV-PSOE, donde compite con el aspirante de Compromís, Joan Baldoví.
Carlos Mazón ha optado por apelar al voto útil para no dividir a los votantes que desean un cambio de ciclo político en la Comunidad Valenciana. Entre ellos, los de Ciudadanos y los de Vox. El partido de Santiago Abascal ha dejado claro, por boca de su candidato a la Generalitat, Carlos Flores Juberías, que si sus diputados resultan imprescindible para investir a Mazón como presidente no extenderán un cheque en blanco la noche del 28M y reclamarán formar parte del nuevo Gobierno de la Comunidad Valenciana.
En este escenario, los líderes de las principales formaciones políticas se han volcado en un territorio que resultará clave para dirimir si Pedro Sánchez o Alberto Núñez Feijóo se imponen en las próximas elecciones generales.
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