ELECCIONES
Héctor Illueca: «Estoy satisfecho con el apoyo de Yolanda Díaz, Sumar no se presenta a las elecciones»
El vicepresidente segundo y candidato de Unides Podem-EU a la Generalitat Valenciana confía en que su formación sea decisiva para reeditar el actual Gobierno progresista y apunta a la sanidad o la energía como ejes decisivos en la negociación
Elecciones autonómicas en la Comunidad Valenciana: máxima igualdad a la espera de la 'encuesta' definitiva del 28M
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz acuden al rescate de Podemos en Valencia pero evitan coincidir en la recta final de la campaña del 28M
VALENCIA
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa noche del 28 de mayo, la izquierda estará pendiente de dos factores fundamentales: el resultado en escaños de Compromís y el porcentaje de votos que permita a Unides Podem-Esquerra Unida superar el umbral electoral para garantizarse representación en las Cortes Valencianas. Esas ... claves reforzarán las opciones de reeditar un tripartito liderado por el PSPV de Ximo Puig.
Héctor Illueca (Valencia, 1975), aspirante a la Presidencia de la Generalitat por la formación morada, se muestra confiado en que eso ocurrirá. Alude a una notable movilización de sus bases durante la campaña, que espera que se traduzca en más apoyo en las urnas que les permita ejercer más presión sobre sus socios de Gobierno en algunos asuntos.
Hijo del 15M, doctor en Derecho e inspector de Trabajo y Seguridad Social, regresó a la política autonómica hace dos años tras ejercer como director general del rango en el Ministerio que dirige Yolanda Díaz. Dos días después de esta entrevista con ABC, la vicepresidenta le acompañó en un acto en Alicante, el único estrictamente electoral en la Comunidad Valenciana durante la carrera hacia los comicios. Pablo Iglesias le arropará en el cierre de campaña.
En una extensa conversación, Illueca hace balance de su gestión como vicepresidente segundo y conseller de Vivienda desde 2021, analiza los choques con PSPV y Compromís, repasa sus propuestas de cara a una hipotética reedición del tripartito progresista y responde sobre las derivadas que la irrupción de Sumar ha generado en la política valenciana.
—En plena campaña ha sufrido, junto a la candidata en Valencia Pilar Lima, el bloqueo de su cuenta de Twitter. Aunque está solucionado, ¿qué explicación les han dado?
—Es una situación completamente anómala y dañina para la democracia. Estamos hablando de la cuenta en una red social del vicepresidente y del candidato de una fuerza política que forma parte del Consell. En todo caso, se inscribe en un contexto que venimos viviendo en las últimas semanas, en el que hemos sido excluidos de debates de televisión, en el que RTVE nos ha silenciado y en el que se ha tratado de evitar por todos los medios que este partido pueda difundir sus ideas y sus propuestas como corresponde en una campaña electoral. Tienen que juzgarlo los ciudadanos con su veredicto.
—¿Cree que puede estar relacionado con la polémica surgida a raíz de los comentarios hacia Lima en 'El Hormiguero?
—Lo ignoro. Sobre las causas habría que preguntarle a Twitter, que es quien bloqueó mi cuenta. Lo que sí que es cierto es que ese episodio es uno más en este contexto al me refería. Pudimos ver atónitos todo el país cómo dos personas se burlaban de nuestra candidata en Valencia, mi querida compañera y amiga Pilar Lima, por el hecho de ser homosexual y sorda. Estamos ante una situación en la que llueve sobre mojado. En Unides Podem hemos experimentado a lo largo de los últimos años, y eso hoy ya no lo discute nadie, una campaña de violencia mediática por parte de algunos medios y de acoso judicial con decenas de querellas que siempre quedaron en nada.
Socios de Gobierno
«Cuando una medida implica un conflicto con los poderosos chocamos con la resistencia de los socialistas»
—Las encuestas vaticinan que su resultado en las autonómicas será clave para reeditar el pacto de izquierdas. ¿Temen no superar la barrera electoral?
—Encuestas hay para todos los gustos y se publican tantas que al final la gente se pierde. Tenemos nuestros propios datos y los hicimos públicos con luz y taquígrafos. Tenemos plena confianza desde hace ya muchas semanas en que, no solo podemos estar en el Gobierno valenciano, sino estar con más fuerza para ser determinantes en las políticas que se lleven a cabo. Lo fundamental es tener claro que lo que hemos vivido estos años es una dialéctica constante en el seno del Consell donde cada vez que aparece un avance, una medida que implica un conflicto con intereses poderosos de diferentes grupos empresariales o de diferentes lobbies, chocamos con una resistencia importante de los socialistas. Por eso estamos apostando por una nueva correlación de fuerzas favorable a la alternativa al PSOE. Vemos mucha movilización en nuestra base electoral y eso nos hace pensar que, en los días que quedan, la línea ascendente que venimos observando se va a incrementar.
—¿Comparten espacio político con Compromís?
—Con nuestros socios, tanto con PSPV como con Compromís, hemos mantenido una relación de lealtad en la que es evidente que tenemos coincidencias. Eso es innegable. Pero también es evidente que tenemos diferencias importantes sobre temas sustanciales con ambos. Hemos apostado por el diálogo en el seno del Gobierno y creo que ha funcionado bastante bien. Estoy satisfecho. Hemos resuelto muchas veces las diferencias por acuerdo y, cuando no hemos podido resolverlas, hemos seguido dialogando. Es una buena base para el futuro gobierno que se va a constituir a partir del 29 de mayo.
—Han sido muy beligerantes en campaña con el candidato de Compromís, Joan Baldoví. Irene Montero ha cargado contra él en dos mítines en Valencia. ¿No es arriesgado romper puentes con quien se tiene que sentar a negociar si dan los números?
—Lo fundamental es tener claro que la ministra Irene Montero dijo la verdad: en uno de los momentos más críticos de la historia reciente del país, cuando estaba bloqueada la constitución de un gobierno de coalición que tenía una base parlamentaria sólida para poder ver la luz, el señor Baldoví apostó por un gobierno del PSOE con Ciudadanos. Eso no solo está en las hemerotecas, llegó a firmar manifiestos que defendían esta opción. Hubo que repetir las elecciones cuatro veces para que la mayoría parlamentaria que siempre existió pudiera traducirse en un gobierno estable como hemos tenido estos años. Decir eso no tiene porqué ofender, porque es la verdad.
—No recuerdo esa forma de dirigirse a su socio en 2019, con Mónica Oltra como cabeza de cartel ¿La llegada de Baldoví desde la política nacional ha influido?
—Lo que se ha producido es algo que en política debemos de normalizar. La ministra Montero dijo la verdad, vuelvo a insistir en ello. Todo el mundo ya asume que efectivamente hay una situación intolerable de prácticas monopolistas abusivas que hacen que mucha gente no pueda llenar la nevera. Pero cuando nosotros criticamos los abusos que se estaban produciendo en el precio de los alimentos por parte de algunas grandes superficies, el primero que salió a criticar nuestra postura y a pedir que no insultásemos a los empresarios fue el señor Baldoví. Ocurrió lo mismo en el debate de la reforma de la ley del 'sí o sí'. Fue él quien se abstuvo en el Congreso para que fueran admitidas a trámites las enmiendas pactadas por PP y PSOE. Según publicaron algunos medios de comunicación valencianos y no ha sido desmentido, la propia Mónica Oltra dijo que su posición habría sido muy distinta en caso de que hubiera estado ella en su lugar.
Pactos tras el 28M
«El PSOE nunca ha querido gobernar con nosotros, pero la aritmética electoral les obliga»
Somos proyectos distintos, la historia está ahí, y las posiciones de cada uno han sido las que legítimamente se ha considerado oportuno defender. El día 29 habrá que ponerse de acuerdo para constituir un gobierno con arreglo a la mayoría parlamentaria realmente existente, que es lo que no consintieron entre 2015 y 2019, cuando se apostaba por un gobierno de los socialistas y Ciudadanos que no tenía ninguna base. No porque nos guste más o menos entendernos con nuestros actuales socios, sino porque es el mandato de los votantes. El PSOE nunca ha querido gobernar con nosotros. Pedro Sánchez dijo que no dormiría tranquilo con gente como yo metida en un gobierno. La ciudadanía sabe perfectamente que gobiernan con nosotros porque la aritmética electoral les obliga. Estoy convencido de que los gobiernos de coalición, en la Comunidad Valenciana y en España, han llegado para quedarse.
—¿Mantiene una buena relación con Yolanda Díaz?
—Sí, hablo con ella habitualmente.
—Tras presentar su candidatura a las generales con Sumar, estará con usted este miércoles en un acto de Unides Podem en Alicante y el jueves con Joan Ribó (Compromís) en Valencia. ¿Qué le parece esa opción de consenso?
—Esa información no es correcta. El miércoles estará conmigo en un acto de campaña electoral de Unides Podem. Pero el jueves viene a Valencia a un acto que organiza la Comissió Ciutat-Port, que es un movimiento social apartidista que ha invitado a la vicepresidenta del Gobierno de España y a todas las fuerzas políticas que se oponen a una ampliación absolutamente irracional, que además pasa por encima de cualquier consideración de impactos ambientales. La candidata de Unides Podem en Valencia, Pilar Lima, acompañará a Díaz, pero desconozco lo que van a hacer otros representantes políticos de otras fuerzas.
—No me va a negar que se generó mucha tensión en su partido ante la incógnita de si Díaz apoyaría a candidatos de Unides Podem o de Compromís, que sí participó en actos de Sumar. ¿Se podría haber evitado anunciando la candidatura a las generales después del 28M?
—Sumar no se presenta a las elecciones el 28 de mayo. Nosotros hemos sumado en la Comunidad Valenciana, hemos construido una alianza muy amplia, donde está la tradición de los indignados que un día nos fuimos a las plazas porque queríamos cambiar el país, democratizar la política y acabar con la corrupción; donde está la tradición de lucha por los derechos sociales y por la democracia de Izquierda Unida; donde está la tradición del ecologismo político representada con la Alianza Verde o con unas siglas históricas como la de Els Verds. Hemos llevado la lógica de la unidad hasta las últimas consecuencias. Más allá de eso, hemos intentado transmitir desde el primer día la idea de que la nuestra iba a ser una campaña unitaria. Me siento muy satisfecho de estar recibiendo el apoyo de referentes estatales como Yolanda Díaz y compartir escenario con ella o con Ione Belarra, Irene Montero, Alberto Gárzon o Juantxo López de Uralde.
—Ha gestionado el área de Vivienda. ¿Por qué no se ha avanzado más en esta materia? ¿Ha sido una cuestión de presupuesto, de voluntad política o de burocracia?
—Hay que partir de una base y es que vivimos, lo acaba de decir la Comisión Europea, una crisis estructural de la vivienda y no sólo en España. Esta legislatura hemos empezado a construir las bases de un sistema público de vivienda con diferentes pilares. Se han adquirido 1.300 a las que habrá que sumar las 600 que estamos en negociación con la Sareb, después de dos años reivindicándolo sin que el PSOE nos hiciera ningún caso. Van a ser prácticamente 2.000 viviendas, después de décadas sin adquirir una sola para el parque público. Hemos retomado la promoción pública en la Comunidad Valenciana con obras muy simbólicas, como el caso de La Torre de Sociópolis, una estructura gigantesca que se ve desde la carretera y que se va a convertir en 200 viviendas para jóvenes tras una década abandonada.
Hemos puesto en marcha proyectos de colaboración público-privada ambiciosos, como el último concurso de solares -licitado y resuelto- que supondrá la construcción de 1.090 viviendas en todo el territorio. Las necesidades en este ámbito son dramáticas, muchas veces perentorias y todo lo que hagamos siempre va a ser poco. Pero creo, honestamente, que algunas cosas las estamos haciendo bien y no es casual que las políticas de Vivienda de la Generalitat sean una referencia para el conjunto del Estado.
Botànic III
«En nuestras manos la sanidad pública estaría mejor gestionada»
—Me hablaba de las resistencias del PSOE respecto a las viviendas de la Sareb. ¿Teme que las haya también para aplicar el tope a los alquileres en zonas tensionadas que contempla la nueva ley?
—Es evidente que sí. Hace dos años le envié una carta abierta a la vicepresidenta Nadia Calviño pidiéndole lo que acaba de anunciar el presidente Pedro Sánchez sobre las viviendas de la Sareb: que se pusieran a disposición de la ciudadanía. Son el fruto de un enorme dolor social y de un período donde le quitaron las casas a la gente pobre para dárselas a los bancos. Nunca obtuve respuesta y han tenido que llegar las elecciones para que el sentido común se imponga. Algunos se ponen la chaqueta de pana cuando llega la campaña, pero nosotros llevamos cuatro años trabajando y lo hemos conseguido.
Con la ley de vivienda ocurre lo mismo. Ha estado bloqueada dos años en el Congreso de los Diputados porque el lobby de la patronal inmobiliaria ha estado presionando para ello. ¿Cuánto sufrimiento se habría ahorrado si se hubiera puesto en marcha hace tres años? Por eso es tan importante una correlación de fuerzas favorable a la alternativa al PSOE. El PP ya ha dicho que no va a aplicarla. Carlos Mazón -candidato popular a la Generalitat- ha dicho que va a hacer lo mismo que la señora Ayuso y recurrirán la norma al Tribunal Constitucional. A mí me preocupa el silencio de alguna fuerza, pretendidamente progresista, sobre si se va a aplicar o no esa ley. Nosotros somos claros: si estamos con más fuerza en el Consell, vamos a limitar el precio de los alquileres y al 2% las plazas de alojamientos turísticos en las zonas tensionadas, porque son un factor fundamental del encarecimiento de los precios. Esto acota de forma exacta el debate real sobre el derecho a la vivienda y todos los candidatos tendrían que tomar posición.
—¿Le gustaría gestionar otras áreas?
—Aspiramos a hacer en otras áreas lo que hemos hecho en vivienda. Por ejemplo, a la ciudadanía le preocupa mucho el funcionamiento de la sanidad pública. En nuestras manos, estaría mejor gestionada, pero necesitamos fuerza. El otro día Pedro Sánchez vino a la Comunidad Valenciana a anunciar a bombo y platillo el refuerzo de la Atención Primaria destinando 580 millones de euros en todo el territorio nacional. Con todo el respeto al presidente del Gobierno de España, es una afirmación ridícula porque supone repartir ese dinero entre 13.000 centros de salud. Con 44.000 euros por centro no tienen ni para cambiar las ventanas.
Nosotros apostamos por destinar a la Primaria el 25% del total de la inversión sanitaria, como indica la OMS, para acabar con las listas de espera y mejorar el conjunto de los servicios. Eso significaría 800 millones de euros solo en la Comunidad Valenciana, por lo que requiere ideas y voluntad política. También para sacar adelante una ley de salud mental que blinde los recursos necesarios en un área tan demandada. Nosotros la tenemos y ofrecemos un equipo preparado para ello con profesionales del más alto nivel técnico y político, con una larga trayectoria intachable tanto académica como profesional en la defensa de la sanidad pública.
—¿Sería una de sus exigencias en una hipotética negociación para un tercer Botànic?
—Cuando llegue el momento habrá que discutir cuál tiene que ser la composición del Gobierno y el reparto de responsabilidades, pero usted me ha preguntado y yo le he contestado con un ejemplo que es bastante ilustrativo de los objetivos que nos marcamos en esta campaña electoral: estar con más fuerza en el Gobierno y lograr una correlación de fuerzas favorable a la alternativa al PSOE para hacer en otras áreas lo que hemos hecho en vivienda. Por ejemplo, en sanidad.
—Tras ocho años, ¿cuál cree que ha sido el mayor acierto y el peor error del Gobierno autonómico?
—El mayor logro ha sido limpiar la corrupción del PP de las instituciones. Todos los valencianos hemos vivido la experiencia de salir de nuestra tierra y que lo primero que te preguntaran fuera por la podredumbre que corroía nuestras instituciones. La gran asignatura pendiente, y lo vamos a situar en el corazón del nuevo Gobierno en la negociación programática, es el cambio en el modelo productivo. Transitar de un modelo injusto e insostenible a otro que sea más democrático y que le dé a los jóvenes un horizonte de empleo digno. Ahí no se ha avanzado porque detrás está siempre la estructura de poder. Cuando se ha tratado de avanzar hacia un modelo que no esté solo al servicio de las grandes empresas, en la creación de empresas públicas, en una mayor horizontalidad del modelo que apueste por la centralidad de la pequeña y mediana empresa, de los autónomos, de los asalariados, del tejido cooperativo... Cuando se ha planteado todo eso hemos chocado con la resistencia del PSOE.
—¿En un Gobierno de coalición los aciertos y los errores siempre son compartidos?
—En un gobierno de coalición hay siempre una correlación de fuerza determinante de las políticas que se llevan a cabo. El nuestro es un sistema parlamentario y la gente sabe perfectamente que en el seno del Gobierno estamos con el peso que nos han dado los votos. Empujando frente a esas resistencias que siempre se producen del PSOE en los temas que afectan a los intereses del poder económico, hemos conseguido arrancar algunas conquistas, como la subida del salario mínimo interprofesional, el incremento de las pensiones un 8% o la reforma fiscal progresiva después del anuncio de bajada general de impuestos que hizo Ximo Puig. Aspiramos a estar con más fuerza para ser más decisivos, que los cambios lleguen más lejos y que sean más profundos.
Negociación tras el 28M
«Vamos a condicionar el Botànic III a la creación de una empresa pública de energía»
—El turismo es un sector fundamental en la Comunidad Valenciana. El Consell ha tenido que salir al rescate del sector ante la negativa del Ministerio de Derechos Sociales, que dirige Ione Belarra, de subir los precios del Imserso. ¿Ha intentado mediar en ese conflicto con su compañera de partido?
—Tanto el Gobierno de España, como el valenciano han dado muestras más que sobradas a lo largo de una legislatura que ha sido muy difícil, de su voluntad de apoyar a los sectores estratégicos de nuestra economía, como es el caso del turismo. Hablo de miles de millones de euros en ayudas que han contribuido a mantener la actividad en el sector y que han sido decisivos para evitar que estas circunstancias tan difíciles que hemos atravesado se tradujeran en un colapso económico.
Estamos proponiendo limitar los alojamientos turísticos al 2% en las zonas tensionadas porque es un modelo que perjudica gravemente a la hostelería tradicional, pero también a los jóvenes que buscan un alquiler. El problema es que esto, como siempre, nos lleva a enfrentarnos a intereses que son muy poderosos. Y ahí es donde nuestra fuerza política tiene la valentía de llamar a las cosas por su nombre y de proponer cosas que redunden en la ciudadanía en general, no en grupos específicos.
—¿Qué proponen en materia de energías renovables?
—Es una de las diferencias que hemos mantenido con nuestros socios de Gobierno. El despliegue de las energías renovables no puede hacerse a costa de degradar una vez más nuestro territorio. Tenemos que ser conscientes también de los riesgos que conllevan las grandes macroplantas fotovoltaicas en términos de destrucción del paisaje y el hábitat de muchas especies o de actividades económicas tradicionales. He estado en las Coves de Vinromà, en Monòver y en otras localidades del Vinalopó que están viviendo con dramatismo el despliegue irracional de las energías renovables, que a los únicos que interesa es al oligopolio eléctrico en una connivencia vergonzosa con el viejo bipartidismo, con empresas como Gas Natural o Iberdrola y con fondos de inversión que se han sumado a la fiesta.
Propuesta de supermercados públicos
«Muchas familias consumen basura porque las grandes superficies están abusando del precio de los alimentos»
Apostamos muy claramente por las comunidades energéticas locales. Vamos a condicionar la formación del Gobierno a que la prioridad número uno del nuevo Botánico sea la creación de una empresa pública de energía que pilote la transición energética, que ponga en marcha una planificación ecológica para que el despliegue de las renovables se haga escuchando a los Ayuntamientos y para que intervenga de forma decisiva en la producción, distribución y comercialización de la energía para bajar la factura de la luz.
—Su programa incluye la puesta en marcha de una red de supermercados públicos. ¿Es factible?
—Partimos de un diagnóstico veraz: hay muchas familias valencianas que están cambiando sus hábitos alimenticios y consumiendo basura porque las grandes superficies están abusando del precio de los alimentos. Por eso proponemos aplicar de forma inmediata la ley estatal de comercio, que prevé la posibilidad de limitar el precio a costa de que algunos, que están obteniendo beneficios récord, tengan que arrimar un poquito el hombro. Una administración que verdaderamente pretenda defender el interés general del país no lo puede consentir.
Además, proponemos una solución estructural: la creación de una cadena de supermercados públicos, como existe en otros países como en Suecia. Esto permitiría organizar un circuito económico alternativo alrededor de la producción local, mejorar las condiciones de los pequeños agricultores y ganaderos que se están viendo asfixiados por la bota implacable de las grandes superficies que les imponen condiciones draconianas, muchas veces, a costa de su propia supervivencia. La Generalitat tiene que garantizar la seguridad alimentaria de la población. Los responsables públicos no podemos permanecer impasibles ante una situación donde las necesidades son impostergables.
—La última pregunta es la misma para todos los candidatos. ¿Cuánto vale un viaje de metro o autobús urbano y cuánto una barra de pan?
—Me has pillado, porque el metro no lo estoy utilizando últimamente. Me muevo mucho en taxi. Y respecto a la barra de pan, no recuerdo ahora los céntimos en los que está.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete