Aunque Soriano suele comentar con ironía o críticas los mensajes que sube a Twitter o Instagram, en este caso se ha limitado a colgar el cartel de estas reglas de funcionamiento del establecimiento en ambas redes sociales sin añadir nada más, tal vez porque considera que se explica todo por sí solo.
«Cada falta se sancionará con 30 minutos de trabajo o económicamente», advierte este hostelero, para añadir con ironía que «nadie está obligado a cumplir dichas normas excepto el o la que quiera forma parte de Restaurante...» y el influencer ha tachado el nombre del local al compartir la imagen con la lista.
¿Y cuáles son dichas normas? La lista numerada arranca con la «puntualidad», con la consigna de que «se llega al trabajo 5 minutos antes», para a continuación mezclar instrucciones razonables aunque subjetivas como mostrar «actitud y ganas», «respetar a los compañeros» o «cuidar al cliente (un cliente bien atendido podría ser más valioso que invertir dinero en publicidad», con otras más concretas y precisas.
Entre estas últimas, trabajar «uniformado», «prohibido usar el móvil» y «conocer a la perfección la carta (para poder aconsejar bien al cliente)».
Además, hay otras que probablemente disgusten más a los camareros, por el rigor que se insinúa: «Limpieza y orden (considerá que el lugar de trabajo es como un santuario)» y «los horarios, a demanda de la empresa», para añadir a continuación que «en verano trabajará 9 horas al día» y anticipar que los meses de vacaciones serán los de temporada baja, de noviembre a febrero.
Entre los beneficios para su personal, este hostelero establece que da la comida o la cena a sus camareros y, en caso de querer ambas, deja la opción de tener la segunda comida por tres euros para llevar.
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