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Sueldo de 800 euros al mes por 48 horas semanales: clamor en las redes contra un hostelero por una oferta de camarero

El influencer valenciano 'Soy Camarero' publica las polémicas condiciones laborales de un empresario para contratar un empleado que han hecho arder Twitter

Sueldo de 1.500 euros por catorce horas al día: la polémica oferta para contratar un camarero con experiencia

«Sigue durmiendo»: el enfado de un hostelero con un camarero indignado por recibir su turno a las seis de la mañana

Imagen de archivo tomada en un restaurante ubicado en la localidad alicantina de Benidorm JUAN CARLOS SOLER

D. M.

VALENCIA

El popular influencer valenciano Jesús Soriano -@soycamarero- ha vuelto a revolucionar las redes sociales con dos nuevas capturas de una oferta de trabajo y las exigencias de un empresario a un camarero, las cuales han abierto el enésimo episodio de indignación del polémico estado actual del sector de la hostelería.

No es la primera oferta de trabajo con condiciones «indignas» que destapa esta conocida cuenta de Twitter con cerca de 100.000 seguidores. De hecho, el título de la publicación es «no encontramos camareros, capítulo 761417388». En esta ocasión, se trata de una conversación entre un empresario y un candidato al puesto que ofrece en su restaurante.

«Si no pasa empiezas el martes, pero de momento sería por las mañanas», le explica el hostelero. Inmediatamente, el postulante le pregunta cuál sería su horario a lo que el primero le responde que «mientras que aprendas y veo cómo te va de momento hacemos de 11:00 a 19:00».

Poco confiado, el interesado le consulta sobre el suelo que cobraría por el trabajo, momento que se desata la indignación: «De momento 800 y cuando esto vaya subiendo te subo el sueldo, como te dije acabo de empezar y no puedo más». Para el fin de semana, «lo mismo de momento». «No sé, sobre la marcha lo vamos viendo», añade.

A ello, pregunta de manera indirecta «O sea, serían 40 horas semanales. Dada de alta cuatro horas». El empresario le dice que «de momento sí», pero le promete que «cuando suba la cosa de gente también subirá el sueldo y el contrato».

A partir de este momento, la negociación cambia completamente de rumbo después de comprobar el aspirante las pobres condiciones laborales de la oferta. «Son 48 horas semanales por 800 euros, no puedo trabajar ahora mismo ya que yo ya he trabajado y tengo experiencia. Lo siento, pero no me interesa ahora mismo con estas condiciones», le argumenta.

El hostelero, visiblemente sorprendido, le contesta que «son las mismas que te dije porque acabo de empezar y no sé cómo va esto. Y ya te dije que poco a poco esto irá subiendo y yo iré subiendo sueldo. Y según me dijiste que lo entendías y que te parecía bien».

«Pero bueno, lo respeto. Pero muchas gracias por todo. De todas formas como mucho puedo ahora mismo 900 euros, porque ya te dije que estoy arrancando y está flojo la cosa», así cerró el empresario la conversación que ha generado cerca de 5.000 me gusta y numerosas reacciones de usuarios que critican tanto el horario como el sueldo ofrecido.

«La forma de hablar me da la sensación de ser cualquier proyectillo de niños o adolescentes donde te metes a probar. Me alegra ver que estas ofertas no son aceptadas y nadie las toma, así de verdad se puede cambiar» o «Me encanta. Que el riesgo lo asuma el camarero a costa de su tiempo, luego ya veremos», son algunos de los comentarios con más retuits a las capturas publicadas por 'Soy Camarero'.

«Si hay más trabajo, trabajas más»

El segundo caso que ha denunciado Jesús Soriano en sus redes sociales esta semana es el de un camarero de apoyo que mantiene una acalorada conversación con su jefe por llamarle el mismo día para acudir a trabajar ante las numerosas reservas que había recibido.

«Hoy no trabajas vale, mañana tampoco, te paso el horario nuevo mañana», le escribió a las 11 de la mañana. Después, a las 11.00 de la noche, «cambio de planes», trabaja de 13 a 17.00 horas. «Trabajo mañana pero no puedes cambiar o decirme el horario el mismo día, que ya había hecho planes y ahora tengo que deshacerlos», le comenta al hostelero.

Este le responde con rotundidad: «Pues mira, descansabas mañana porque había poco trabajo, pero salieron comidas. Tú estás de extra, si hay más trabajo, trabajas más y si hay menos, trabajas menos. No sé si lo entiendes».

«Si no quieres venir mañana me lo dices y sin problema», le añade. El empleado reconoce saber que está de extra pero «eso no significa que no pueda hacer planes por si me avisas tarde o cambias. Yo mañana te lo hecho pero te lo digo para la próxima».

En este momento, el hostelero decide no requerir los servicios del camarero: «No vengas, yo para la próxima le digo a la gente que no cojo más trabajo, que la persona que viene de extra no la puedo avisar. El trabajo entra durante el día, no antes. Y claro, tampoco sé lo que va a venir, yo no te aviso tarde ni cambio, te aviso cuando me entra el trabajo».

La conversación termina con la renuncia del empleado ante «sus diferentes opiniones» sobre la «disponibilidad inmediata». «Ya no voy más, me pagas siete horas que me debes y estamos en paz».

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