Parece hacer honor a su nombre, este establecimiento (Wild Duck Benidorm, «pato salvaje») enclavado en la conocida como 'zona inglesa' o 'zona guiri', tradicionalmente un espacio proclive a ciertos excesos, al menos visuales, que ya hace décadas que no sorprende en este destino turístico.
Por lo que se aprecia en las imágenes que se comparten en Internet, los turistas se llevan con gusto los guantazos con la mano abierta -alguno se zarandean por el impacto- y parecen felices con la ocurrencia, porque además, pagan.
De momento, no ha trascendido que haya quejas y el fenómeno ha traspasado las fronteras, porque algunos medios británicos se han hecho eco de la nueva y peculiar forma de divertirse de algunos compatriotas suyos.
Tampoco son los únicos, porque está moda el Power Slap, que arraigó en Rusia y se ha popularizado en otros muchos países. Unos 'combates' o concursos de cachetadas entre dos agarrados a una mesa, aceptado ya el término de «bofetadas deportivas». Recuerdan a los duelos de echar un pulso.
Igualmente, se les ve en infinidad de vídeos subidos a las redes, en este caso, con aires prácticamente profesionales, porque hay contendientes que se colocan algodones o protectores en los oídos por prevenir daños en el tímpano. Una precaución lógica, porque enfrente tienen a veces a hombres de más de 120 kilos y los impactos dejan a algunos traspuestos. No falta ni la asistencia médica al lado.
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