Abascal, en un juicio como víctima de delito de odio: «No debo renunciar a la protección policial que llevo desde 2019»
El presidente de Vox declara en la vista contra un hombre para el que pide tres años de cárcel por colgar un muñeco con su foto y un disparo en la frente
El presidente nacional de Vox, Santiago Abascal, declaró este jueves por videoconferencia en el Juzgado de lo Penal número 4 de Castellón como víctima de un presunto delito de incitación al odio, después de que un hombre colgara un muñeco con su cara ... con un tiro en la frente en un árbol de una conocida plaza de la misma ciudad.
Según explicó el líder de Vox ante el juez, desde 2019 existe «un clima creciente de hostilidad y reproducción de amenazas de esta naturaleza», que desemboca en «agresiones en actos públicos» convocados por su formación política.
Al respecto, Abascal relató que desde ese mismo año es «consciente» de que «no debe renunciar a la protección policial que porta de forma ininterrumpida», al tratarse de «una constatación de una amenaza como otras tantas que ha recibido» desde entonces.
Vox solicitó una pena de tres años de cárcel para el acusado, miembro del grupo autodenominado Brigadas Antifascistas de Castellón (BAF), por un supuesto delito de odio. De acuerdo con la información suministrada por el partido, «fue clave para resolver el caso una huella dactilar encontrada por la Policía Nacional en el celo que se usó para pegar el papel con la cara de Abascal en el muñeco».
Imagen del muñeco colgado con la cara de Abascal con un tiro en la frente en Castellón
ABC
Además de la pena, la parte demandante pide una multa de diez meses con una cuota de diez euros diarios por daños morales, así como la inhabilitación del acusado para cualquier profesión u oficio en el ámbito, docente, deportivo y de tiempo libre, durante un tiempo de tres años.
El máximo dirigente de Vox reconoció durante la declaración online que «se sintió amenazado», tanto en su nombre como «sobre las personas que representa», a quienes «pretenden intimidar a través de la simulación de un asesinato».
Por su parte, el acusado negó su vinculación con las Brigadas Antifascistas de Castellón (BAF) y apuntó que sus huellas aparecieron en el papel con la cara de Abascal porque los días previos desde su asociación prepararon una campaña contra la clase política, versión que la sección científica de la Policía desmintió al encontrar sus restos en el celo y no en la foto.
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