Tamara Rojo y el English National Ballet regresan al Liceo con una relectura del ballet 'Giselle'

Rojo, que acaba a final de año su periplo al frente del ENB, ha asegurado este martes en rueda de prensa que es una «pieza emblemática» de la compañía a la que se ha querido dar un nuevo barniz.

En esta revisión de 'Giselle', Akram Khan firma una onírica relectura de este ballet clásico con música de Vincenzo Lamagna a partir de la partitura original de Adolphe Adam, y será la última vez que Rojo dirija el ENB en España antes de asumir la dirección del San Francisco Ballet.

En esta relectura, el escenario no es la Alemania medieval sino una versión abstracta de la actualidad, y Rojo ha explicado que estas revisiones de los clásicos son más propias de la ópera, pero que en el ballet no es tan habitual.

La bailarina ha asegurado que cuando vio la película 'Bailando la oscuridad' de Lars von Trier vio en ella una 'Giselle' contemporánea y propuso a Akram Khan realizar una revisión de la obra, ya que a su juicio es un coreógrafo que entiende tanto la tradición como la innovación.

Preguntada por el motivo por el que en Barcelona baila en dos de las piezas, ha dicho: «Yo ya estoy dejando de bailar. No he bailado nada desde hace más de dos años, desde la gala de los 70 años del ENB y antes de eso la 'Giselle' en el Teatro Real«.

«Es un desarrollo natural del que estoy muy satisfecha. He tenido mucha suerte. He bailado más de lo que habría soñado en todos los teatros del mundo. Estoy muy agradecida al público por los años de apoyo. Estoy preparada. Hay gente nueva llena de talento que también tiene que tener su momento y oportunidad», ha dicho Rojo.

Ha asegurado que sus planes son bailar en estas funciones en el Liceo, llevar 'Giselle' a Nueva York, una pequeña aparición en México y ha remarcado que su «último espectáculo» como bailarina será en París en octubre con 'Giselle'.

Ha afirmado sentirse «muy orgullosa» de sus años al frente del ENB, sobre todo del catálogo de creaciones y de la nueva sede, y ha considerado que deja la compañía en un momento muy sólido, con giras planificadas a tres y cinco años, pero que tras diez años cree que es momento del relevo.

Sobre su futuro como directora artística del San Francisco Ballet, ha dicho que se está empapando de historia norteamericana, y ha dicho que la compañía tiene sus propias peculiaridades diferentes a las que se encontró en el ENB.

Preguntada por la situación del ballet y la danza en España, ha dicho que la situación es «si cabe peor» que cuando era adolescente, ha remarcado que compañía privadas que había ya no existen y muchas escuelas que crearon generaciones de bailarines no existen o están trabajando de forma diferente, y ha considerado que los jóvenes lo tienen difícil si quieren un futuro en la danza.

Para ella, el gran problema es que «todo está demasiado politizado» y que la clave es que las instituciones puedan planear a largo plazo y sin condicionamientos, con apoyo económico e independencia artística, añadiendo la necesidad de mejoras en las leyes sobre mecenazgo.